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EL RELATO DE UN URUGUAYENSE QUE PADECIÓ “LA ESTAFA MONUMENTAL”

El fútbol argentino sumó otra mancha a su parte gris. Aquí, el relato en primera persona de un uruguayense socio de River, que lleva más de 25 años asistiendo regularmente al Monumental. Sus impresiones, la certeza de la “zona liberada", la connivencia entre barras bravas, Policía y dirigentes. Un análisis desde cerca pero con la lejanía suficiente para no caer en lugares comunes. Despojado de camisetas y lamentando ver cómo el Deporte Rey sigue desvirtuándose por el accionar de unos pocos.

 

Por FERNANDO POERIO (Especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL). 

 

El sábado fui con mi hijo y amigos al Monumental, el domingo también a ver la gran final. Días previos a la primera final entre todos mis conocidos les pasé un mensaje recomendando que mantengamos la calma, que cuando terminen las finales habría un ganador y un derrotado, pero que nuestros amigos seguirían siendo eso después de los partidos, nuestros amigos. Se sintió siempre la peligrosidad de los mensajes de los medios de comunicación, donde se hablaba de "una final de vida o muerte" y sabemos que muchos lo toman así, literal. No colaboraron en nada.

Nos acercamos al estadio cuatro horas antes de lo marcado para el inicio del partido, siempre llegamos unas dos horas antes. La gente estaba con clima de final pero los ánimos estaban sorprendentemente muy tranquilos. Cuando llegamos al primer corte, allí es donde te frenan y van dejando pasar de a grupos para que no se amontonen en el siguiente control, la gente colaboraba, no empujaba, nada. Todo muy tranquilo. Seguimos y la columna de gente tendría -digamos- unos 25 metros de ancho y, por sorpresa, nos encontramos con un "embudo" de no más de cuatro metros en donde estaba la Policía. Imaginen lo que es intentar que pasen esas personas por ese espacio.

"Lo único que nos queda a los que nos gusta este deporte es el momento en que la pelota rueda, y cada vez rueda más teñida de mugre, y esta vez, por suerte o por casualidad, no rodó con sangre de algún muerto". 

Ya allí decíamos con un amigo ‘esto es raro, no nos pasó en los partidos anteriores’. Me tomo un alto y cuento que hace 40 años que voy a la cancha pero hace 26 años que soy socio y voy con alta frecuencia habiendo presenciado todos los partidos importantes de River en ese periodo, los buenos y los malos. Pero para no ir tan lejos cuento que fui a los partidos con Racing, con Independiente y con Gremio, los cuales se jugaron todos con entradas agotadas. Entré siempre por el mismo lado, así que el operativo policia lo conocía de memoria.

Cuando pasamos ese “embudo” la gente empezó a quejarse a los policías, los que respondían con insultos y amagando golpes. El resto de los cacheos de la seguridad del Club fueron normales y en calma.

Una vez dentro del estadio, historia conocida: más de seis horas al sol, rumores, etc. Dos cosas: 1) La gente dentro del estadio con un comportamiento excelente y además enojados "con los imbéciles de siempre" que apedrearon el colectivo y no desviando el centro del enojo. 2) Las puertas del club se habían cerrado por capacidad colmada y se notaba claramente que había más huecos que en los partidos anteriores, ¿raro no? Insisto con que tenía la referencia de tres partidos anteriores, recientes, jugados a entradas agotadas.

Cuando nos retiramos, todo era en paz y tranquilidad hasta el “embudo”. Se sabe que a la salida de un evento multitudinario las vallas, a 40 metros del estadio, se sacan, pero no: ¡había vallas a la salida!

Allí, la Policía hizo un cordón con escudos, insultó, provocó corridas, se vivieron momentos tensos. Aún así la gente no reaccionó. Es más, le pedíamos calma nosotros a la Policía.

"Si usted tiene un hormiguero gigante atrás del sillón del living de su casa hace 25 años, ¿lo patea diez minutos antes que le llegue una visita de trascendental importancia (...) Eso es lo que hicieron al allanar la casa del barra de River (¡oh, casualidad no estaba!) el día anterior al partido. Les rompieron el negocio que tienen hace rato y que es de público conocimiento ¡el día anterior y con todos ellos sueltos!" 

Cuando nos íbamos por Libertador vimos los restos de piedras de la batalla que nos enteramos había sucedido mientras estábamos adentro. Llegamos al auto y nos volvimos. Este largo relato es, en realidad, para contar lo que vi en persona, objetivamente pero para introducir lo que viene ahora.

Recuerden: un primer “embudo” que no había antes; insultos a la entrada de la Policía; insultos y corridas a la salida con vallas peligrosamente puestas; estadio con puertas cerradas habiendo menos gente que en otros partidos.

 

NO FUE "UN GRUPO DE INADAPTADOS” 

El viaje de vuelta lo dedicamos a "putear" a los imbéciles, entendiendo todos que no se puede jugar un partido con un solo jugador que no esté en condiciones de hacerlo, no sorprendidos por la actitud de Conmebol y FIFA, y orgullosos de la actitud de Marcelo Gallardo y el Presidente D'Onofrio -que si ahora son traicionados con otro tipo de presentaciones y se pierde el partido hicieron lo que tenían que hacer-, hubiese sido una bajeza presentarse 19.15 a jugar un partido desnaturalizado, y esta es mi opinión y no hablo por el resto de los hinchas de River, ni en esto ni otra opiniones que diré.

"Lo que pasó no fue 'un grupo de inadaptados aislados'. Acá hubo zona liberada, no se tomaron las medidas mínimas y no fue inoperancia: hubo una actitud agresiva de la Policía que no había habido en partidos anteriores, se pateó el hormiguero para que las hormigas estén sueltas y rabiosas y hagan los desmanes que hicieron". 

Hasta acá lo que vi y viví en vivo. Ahora van hechos que no vi y apreciaciones subjetivas.

Por el lugar donde ingreso al estadio no es frecuente que vea los micros visitantes. Pero sí me tocó durante un tiempo, que mi hijo vivió en Libertador y Sucre, cruzarme dos veces con el micro de Boca yendo al estadio. Una vez en semifinal de la Copa Sudamericana que nos cruzó en Libertador y Etcheverría -creo- y les puedo asegurar que las motos y patrulleros que rodeaban y escoltaban te iban mirando fijo, dándote ordenes que permanezcas en la vereda, apuntándote etc. Todo bien, el micro pasó, los jugadores de Boca iban cantando y muchos hinchas insultando, etc.

El otro fue por el campeonato y nos tomó exactamente donde fueron los incidentes del sábado, como escuchamos las sirenas decidimos parar a ver, y la Policía nos sacó a todos casi media cuadra hacia atrás, dispersó la gente, se pusieron de espaldas al micro y de frente a la gente. Cuando el micro pasó eran contados con los dedos los hinchas que estaban ahí. Más que algunos insultos no pasó. Luego, el colectivo entra entre unas vallas con maderas muy altas que le sirven de protección. El chofer de la empresa dio un reportaje por radio La Red y explicó que llevó a Boca entre diez y 15 veces a River, y confirma esto que estoy contando: que nunca hubo esa gente en ese lugar y lo de las vallas que, casualmente (¿casualmente?) en el partido más cargado ¡no estaban!

No estaban las vallas. No estaban…

Vi las fotos de la cantidad de gente en la esquina esperando el micro y no lo puedo creer. Nosotros éramos 20 y nos sacaron, todo muy raro. Muy. Pablo Pérez acaba de confirmar que no se veían policías. Zona liberada.

EL HORMIGUERO 

Las barras son unas lacras en el fútbol y quienes más lo sufren son los propios hinchas de su mismo club. Te roban, te sacan las entradas, te cobran estacionamiento, regentean los puestos de comidas, etc, etc.

Me encanta que las puedan desmantelar. Ahora, los invito a una reflexión. Si usted tiene un hormiguero gigante atrás del sillón del living de su casa hace 25 años, ¿lo patea diez minutos antes que le llegue una visita de trascendental importancia o dice “dejo pasar hoy y mañana lo agarro y lo saco de una vez”? Si lo patea, cuando llegue la visita las hormigas van a estar sueltas por la casa, incontrolables. Bueno eso es lo que hicieron al allanar la casa del barra de River (¡oh, casualidad no estaba!) el día anterior al partido. Les rompieron el negocio que tienen hace rato y que es de público conocimiento ¡el día anterior y con todos ellos sueltos!

Quiero decir que lo que pasó no fue "un grupo de inadaptados aislados". Acá hubo zona liberada, no se tomaron las medidas mínimas y no fue inoperancia: hubo una actitud agresiva de la Policía que no había habido en partidos anteriores, se pateó el hormiguero para que las hormigas estén sueltas y rabiosas y hagan los desmanes que hicieron, se expuso a los jugadores de Boca a una tragedia, se expuso a 60 o 70 mil personas seis horas en una cancha a que reaccionen. No hubo inoperancia, hubo “intención” de que esto pasara. TyC Sports acaba de pasar imágenes de partidos anteriores y ratifica todo lo que cuento.

ZONA LIBERADA 

¿Con que fin? no sé. Tengo mis teorías pero de nada valen. Lo que sí valdría es una investigación a fondo, no de "los errores" como lo van a llamar, sino de que hubo atrás de todo esto. Pero sé que no lo van a hacer.

Ahora, mientras leen esto se van a estar peleando si hay que jugarlo, si le dan los puntos a Boca, si esto o aquello. La verdad, ya no me interesa. Esto no terminó en una tragedia mayor por milagro.

Supongo que hoy estarán atrás de todos los barras de todos los clubes que hacen lo que hacen todos ¿no? ¿Leeré hoy 50 allanamientos a distintos barras? ¿Arrancaremos la temporada que viene sin barras?

Genial, aunque me parece que no. He dejado más que claro que ojalá a los de River los lleven presos, esto no tiene color de camiseta. Son delincuentes.  Pero, insisto, redundo, etc.: ¿no les parece raro un día antes?

Nos expusieron a todos, primero a los jugadores de Boca, después a los hinchas, también a policías y a los controles. A todos.

Espero que los jugadores de Boca estén bien. Me enorgullezco de Gallardo. Pienso en que nos gobierna un tipo que quería jugarlo con visitantes y no pudo garantizar un colectivo (en esas manos esta nuestro país), pienso que hay gente que cree podemos organizar un Mundial, y celebro que no hubo muertos.

Lo único que nos queda a los que nos gusta este deporte es el momento en que la pelota rueda, y cada vez rueda más teñida de mugre, y esta vez, por suerte o por casualidad, no rodó con sangre de algún muerto.

Las miserias se resolverán en Paraguay, acá nada se va a investigar.

 

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