El médico uruguayense Enrique De Michele hace un planteo específico y abre una serie de preguntas para reflexionar.
Por ENRIQUE DE MICHELE (especial para EL MIÉRCOLES).
En algunas ciudades del mundo —sobre todo las más grandes y densamente pobladas— ya hay más perros que niños. Este dato, que podría parecer anecdótico, cobra una dimensión inquietante cuando se lo observa desde el prisma de la salud pública.
Recientemente, le pregunté a una inteligencia artificial cuáles son las enfermedades más comunes que se pueden transmitir por las heces de perros. Luego repetí la misma pregunta, pero cambiando “perros” por “humanos”. La respuesta fue reveladora.
Enfermedades transmitidas por heces
Perros
Bacterianas: Salmonelosis, Escherichia coli, Leptospirosis
Parasitarias: Toxocariasis, Anquilostomiasis, Giardiasis, Hidatidosis
Virales: Rabia, Peste bubónica
Otros: Helicobacter, Toxoplasmosis
Humanos
Bacterianas: Salmonelosis, Fiebre tifoidea, Shigelosis, Cólera, Escherichia coli
Parasitarias: Amebiasis, Giardiasis, Cryptosporidiosis, Helmintiasis
Virales: Hepatitis A, Norovirus, Rotavirus
Las diferencias no son tan marcadas como uno podría imaginar. Sin embargo, la tolerancia social sí lo es.
¿Normas para unos, indulgencia para otros?
Si un niño hiciera caca o pis en la vereda, sus padres serían señalados por transgredir normas básicas de higiene y sanidad. En cambio, los perros lo hacen a diario en todas las veredas del mundo, y la reacción social es muy distinta. Se acepta, se naturaliza, se perdona.
¿No es curioso? Las enfermedades que justifican las normas de higiene son similares en ambos casos. Pero la percepción cultural, la emocionalidad que rodea a los animales, y la falta de exigencia hacia los adultos responsables de ellos, generan una asimetría difícil de explicar.
Para reflexionar
No pretendo dar respuestas definitivas. No soy epidemiólogo ni urbanista. Solo me pregunto si esto es —o será— un problema. ¿Estamos normalizando una práctica que, desde el punto de vista sanitario, merece más atención? ¿O simplemente no hay que preocuparse?
Alguien sabrá. Yo solo dejo la inquietud.
Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectoresSumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. |