Estudios señalan que, por el calentamiento global, ya se perdió el 10% de la productividad de los cultivos, afectando a 1.700 millones de personas. A futuro el panorama es más oscuro.
Las previsiones no pueden ser más alarmantes. Como tampoco el hecho de que las respuestas nunca lleguen. Es sabido que el cambio climático está afectando de la peor manera al planeta, ocasionando fenómenos extremos que ya en el presente causan estragos. Y las promesas y compromisos asumidos por los países -en especial las grandes potencias más contaminantes- no quedan más que en eso: palabras incumplidas. Pero más allá de ese presente dramático, las proyecciones a futuro son aún más alarmantes. Incluso en materia de alimentación.
Partiendo de la base de lo informado en el reporte "Estado de la Alimentación y la Agricultura 2025" de la ONU en el que surge que la degradación del suelo causada por el ser humano ya redujo la productividad agrícola un 10% a nivel global (afectando directamente a 1700 millones de personas), un nuevo estudio de esa Organización ONU señala que, a futuro, el cambio climático socavará dramáticamente la productividad agrícola y el bienestar humano en toda la Tierra, con algunos de los mayores riesgos concentrados en los países menos capacitados para adaptarse a semejantes circunstancias.
Los datos son contundentes: según la plataforma "Human Climate Horizons" más del 90% de los países evaluados (161 de 176 analizados) experimentarán disminuciones en el rendimiento de los cultivos básicos para finales del siglo XXI, incluso teniendo en cuenta la adaptación forzosa de los agricultores.
En ese sentido, el director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, Pedro Conceição, señaló que: "el cambio climático no es solo un desafío ambiental; es una profunda crisis de desarrollo. Las altas cosechas no solo son importantes para la seguridad alimentaria; también sustentan los medios de vida y abren caminos para la diversificación económica y la prosperidad. Las amenazas a los rendimientos agrícolas son amenazas para el desarrollo humano hoy y en el futuro".
Todas estas conclusiones y hallazgos llegan en la previa del encuentro mundial de cambio climático -el COP 30- que se realizará en los próximos días en la ciudad brasileña de Belem. Allí los se emitirá una "Declaración sobre el hambre, la pobreza y la acción climática centrada en el ser humano" que busca profundizar el interés en los sistemas alimentarios y la equidad, planteando que esos vínculos deben ser centrales en las estrategias climáticas globales.
Pero más allá de las enunciaciones y de las expresiones rodeadas de buenas intenciones, se necesitan acciones concretas y comprometidas ya que el cambio climático golpea un sistema alimentario ya debilitado y vulnerable. Y eso promete agravarse a futuro sino no se ponen manos a la obra.
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