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Argentina le dice no a las salmoneras

La legislatura de la provincia de Tierra del Fuego aprobó de forma unánime una ley que prohíbe la cría de salmones en su territorio, una decisión histórica, ya que se trata del primer país del mundo en legislar contra esta actividad nociva para el medio ambiente.

La ley, aprobada por unanimidad por la Legislatura fueguina y que consta de siete artículos, fue presentada el 20 de marzo de 2019 por la actual vicegobernadora -en su momento legisladora-, Mónica Urquiza, y el legislador Pablo Villegas (Movimiento Popular Fueguino).

Argentina se convirtió así en la primera nación que se pronuncia en contra de ese tipo de proceso de producción industrial que atenta contra el ambiente y el ecosistema natural.

La ley fue apoyada desde un principio por organizaciones ambientalistas locales y nacionales que impulsan la iniciativa desde 2018, cuando se empezó a debatir el posible establecimiento de salmoneras en el Canal de Beagle.

“La sanción de esta ley es una clara y contundente definición institucional que destaca la importancia que tiene para los fueguinos la protección y conservación de nuestros recursos naturales, del patrimonio genético de nuestros seres vivos y de su ambiente para un desarrollo económico sostenible”, resaltó el legislador Villegas.

 

Qué dice la ley 

La ley, que fue modificada durante el trabajo legislativo en comisión, prohíbe “el cultivo y producción de salmónidos en aguas jurisdiccionales de la provincia” con el objeto de “asegurar la protección, preservación y resguardo de los recursos naturales, los recursos genéticos y los ecosistemas lacustres y marinos” de Tierra del Fuego. La prohibición no será absoluta porque contemplará “actividades de cultivo para el repoblamiento” y reconocerá “los proyectos existentes de acuicultura”.

En sus fundamentos, el proyecto establece que "el salmón es una especie ajena al medio ecológico austral, cuya aparición causaría un desequilibrio dramático en el entorno marino, particularmente por la aptitud de generar enfermedades virales, parasitarias y bacterianas que no son propias de nuestras latitudes en virtud del enfoque industrial de criadero y su posterior procesamiento".

Además, indica que "la utilización de antibióticos que se terminan esparciendo en el agua, genera un sinnúmero de fallas en el micro entorno, muchas de ellas de carácter irreversible".

“La salmonicultura hubiese representado una amenaza para la economía de la provincia, ya que en Ushuaia la mitad de las familias dependen del turismo, una actividad que no podría convivir con el impacto ambiental de la industria. En pocas palabras, esta ley es un ejemplo del cuidado de un modelo económico y productivo sostenible, que respeta tradiciones culturales y prácticas artesanales que generan puestos de trabajo genuinos”, manifestó David López Katz, residente de Tierra del Fuego y miembro del equipo de Sin Azul No Hay Verde de la Fundación Rewilding Argentina.

Fuentes: Página 12 / Perfil / Los Primeros 

 

 

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