Tras un tenue rebote en agosto, la economía habría vuelto a caer en septiembre, según las primeras estimaciones privadas. De este modo, se confirmaría la recesión, ya que se trataría del segundo retroceso trimestral consecutivo.
La consultora Equilibra calculó una contracción mensual del 1% en su propio Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de septiembre. Esto fue explicado por un retroceso del 1,3% en el indicador que excluye al sector agropecuario, ya que este último tuvo una mejora del 2,4%.
De este modo, según la entidad, la actividad del noveno mes del año se ubicó un 2% por debajo del nivel de febrero. "En la medición desestacionalizada se observa una caída de 0,7% en el tercer trimestre respecto al segundo cuarto del año, siendo la segunda consecutiva -cayó 0,1% en el segundo trimestre de 2025-, dando lugar a lo que formalmente define a una recesión", subrayó en un informe publicado este jueves, publicó Ámbito.
Por su parte, la consultora Analytica pronosticó una merma del 0,3% en la economía de septiembre. Lo hizo a través de un índice que utiliza datos de alta frecuencia (incluyendo indicadores sectoriales, de consumo y crédito), con elevada correlación con el EMAE.
"La actividad retrocedió en un contexto marcado por la inestabilidad de precios relativos, evidenciando comportamientos dispares entre sectores. Las caídas predominaron en la industria automotriz, en la metalurgia básica y en el sector energético, con una disminución en la producción de gas. También se observaron retrocesos en los indicadores vinculados al consumo, mientras que algunos segmentos industriales mostraron mejoras, particularmente en la producción de aceros planos y laminados en frío, así como en ciertos bienes durables", detalló la consultora.
En paralelo, resaltaron que "las importaciones continuaron expandiéndose con fuerza, reflejando la persistente heterogeneidad del entramado productivo".
Vale recordar que septiembre estuvo atravesado por las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, que representaron un duro golpe para el oficialismo y para los mercados financieros, un combo que llevó a la intervención activa del secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, para calmar las expectativas.
Las consultoras ajustaron a la baja sus proyecciones de crecimiento para 2025
Con la misma tónica, Orlando Ferreres & Asociados dio a conocer esta jornada que su Índice de Producción Industrial (IPI) se hundió 3% en septiembre, respecto de agosto. "La actividad industrial se encamina a cerrar el año en caída con algunas excepciones sectoriales", advirtieron.
Agregando al resto de los sectores, Equilibra espera para lo que queda del año una "caída desestacionalizada producto de la incertidumbre política y la volatilidad cambiaria". "Por estas razones, corregimos a la baja nuestra previsión de expansión del PBI a 3,5% promedio en 2025", proyectó.
LCG avizora un crecimiento acumulado del 3,8% en 2025. "Con una perspectiva más larga, seguimos esperando un crecimiento errático para lo que queda del año, con meses con bajas o con crecimiento muy modesto, y concentrado en pocos sectores (petróleo, minería y agro) que difícilmente pueda traccionar una recuperación del empleo y los ingresos", señaló.
Pese al rebote de agosto, las perspectivas para la actividad económica no mejoran
Cabe remarcar que esta semana el INDEC informó que en agosto la economía rebotó 0,3% versus julio, cortando así una racha de tres caídas al hilo. Aun así, el dato de la serie desestacionalizada fue menor a los observados entre diciembre del año pasado y mayo de este año (con excepción de marzo).
LCG reflejó que la industria alimenticia aportó 0,6 puntos porcentuales (p.p) al crecimiento mensual. Vale recordar que esta actividad venía de acumular un derrumbe cercano al 10% entre febrero y julio, por lo cual era de esperar que en algún momento haya cierto rebote. Por otra parte, los datos desestacionalizados reflejaron que fue la intermediación financiera el sector que más creció en comparación con el mes previo.
Las dudas sobre la sostenibilidad del esquema cambiario no contribuyen a darle impulso a la economía, ya que las expectativas de devaluación retrasan las decisiones de inversión de las empresas. Asimismo, estas se ven afectadas por la altísima volatilidad de las tasas de interés, que se ubican muy por encima de la inflación esperada.
Por el lado de la demanda, no se vislumbra una tendencia a una recuperación significativa de los salarios reales. Los últimos indicadores de consumo masivo reflejan el bajo poder de compra que tienen los ingresos de los ciudadanos argentinos.
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