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Cuando es más importante la rentabilidad que la vida

El Concejo Deliberante de Gualeguaychú había prohibido en abril el uso y comercialización del glifosato, pero un juez federal autorizó nuevamente su venta en la ciudad.

Informe: M.R.

El Concejo Deliberante de Gualeguaychú había declarado a la ciudad como libre de glifosato y de esa manera se había prohibido el uso, aplicación, expendio, almacenamiento, transporte, comercialización y venta de esa sustancia contaminante. Esto sucedió el pasado 16 de abril, luego de un intenso debate que se prolongó durante meses y finalmente, con 9 votos a favor y 3 en contra, se sancionó la ordenanza Nº 12.216/18.

El proyecto había sido presentado por el propio intendente local Martín Piaggio (FpV) en respuesta a la preocupación que generan desde hace años las numerosas denuncias por parte de pobladores, ONGs y organizaciones ambientalistas que alertan sobre un aumento de enfermedades asociadas presuntamente al uso de agrotóxicos, entre ellas el cáncer, con casos que, aseguran, se dan con cada vez mayor frecuencia y contemplan entre sus pacientes a numerosos niños.

Por otro lado, productores y entidades agropecuarias cuestionan la rigurosidad científica de la vinculación del glifosato con ese tipo de afecciones. Y califican la iniciativa como una respuesta "extrema" e "inconstitucional" que afectará gravemente al sector. Proponen, en cambio, una legislación que, sin prohibir el uso del producto que consideran "una herramienta de trabajo", exija una serie de controles para quienes lo aplican.

Por todo esto, poco después de promulgada la normativa, el Ejecutivo Municipal convocó a una mesa local con el objetivo de avanzar en la reglamentación de la misma, estableciendo los tiempos y la forma en la que se iría implementando la ordenanza. Medida que no tuvo éxito. Luego de una primera reunión, las organizaciones agropecuarias manifestaron que no fueron escuchadas y anunciaron que irían a la Justicia para reclamar la inconstitucionalidad de la ordenanza denominada “Glifosato Cero”.

Así fue que el 10 de julio el juez federal subrogante de Concepción del Uruguay, Pablo Andrés Seró, dio lugar a la medida cautelar presentada por diferentes propietarios de locales que comercializan el agroquímico dentro del ejido de Gualeguaychú. Esto implica que podrán continuar con la venta de glifosato hasta tanto la Justicia Federal se expida sobre la cuestión de fondo, es decir, sobre el planteo de inconstitucionalidad de la normativa aprobada en abril.

LAS REPERCUSIONES

Conocido el fallo, el intendente Piaggio posteó en su perfil de facebook: “Viaje a los pueblos fumigados es una película fuerte e impactante, que nos empuja a seguir andando este camino junto a toda una comunidad que quiere erradicar definitivamente los venenos de nuestros hogares, de nuestros campos, de nuestros ríos. Ojalá esta lucha nos encuentre unidos como pueblo comprometido con el ambiente”. Hace pocas semanas el director, Fernando Pino Solanas, estuvo en la ciudad presentando esa película. El post del jefe comunal fue acompañado del hashtag #GlifosatoCero.

Por su parte el viceintendente de Gualeguaychú, Jorge Maradey, afirmó que “son muchos los intereses que están en juego” pero dijo que están preparados “para estos embates, ya que al juez Seró ya lo conocemos por las causas vinculadas a Botnia e indiscutiblemente no le interesa ni la salud ni el medio ambiente”. Para Maradey “éste es un avance más de un modelo productivo que nos va envenenando y que creo que ha llegado al límite”. Y agregó: “Vamos a seguir peleando para que cese este proceso de envenenamiento con los propios alimentos. Con esta decisión judicial se está privilegiando el dinero por sobre la salud”.

También el diputado nacional Julio Solanas cuestionó la decisión judicial: “El fallo del juez federal Seró desconoce y vulnera el derecho a la vida y a la salud del pueblo de Gualeguaychú”, resaltó el legislador.

LOS PRÓXIMOS PASOS

Los asesores legales de la ciudad de Gualeguaychú están evaluando los pasos a seguir para que no se dé marcha atrás con la ordenanza. "Ésta es una oportunidad para volver a poner el tema en el tapete y para que la gente sepa quién está de un lado y quién del otro", expresó Maradey.

Sobre el planteo de inconstitucionalidad de quienes comercializan glifosato y de algunos sectores rurales, el funcionario argumentó que según la Constitución ningún emprendimiento puede ir en contra de la salud ni producir daño en el ambiente, y citó antecedentes de la Convención Interamericana de Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia.

"La Municipalidad tiene autonomía porque cuando se produce un daño, el primer perjudicado es el que está más cerca. Como dice la OMS, el glifosato es potencialmente cancerígeno. Todos sabemos que ha aumentado la frecuencia y la incidencia del cáncer, sobre todo en las zonas rurales. Indudablemente el tema del glifosato es una cuestión de salud pública, no es un tema de modelo productivo ni de modos de cultivar", enfatizó.

Finalmente, Maradey, que es médico, hizo referencia "al aumento de la cantidad de malformaciones, de abortos espontáneos, de alteraciones en la piel" y aseguró que han crecido en forma sorprendente los casos de cáncer de riñón".

Por otro lado, en una extensa entrevista brindada a Infobae, el director del Distrito Entre Ríos de la Sociedad Rural Argentina, Walter Feldkamp, asegura entre otras cosas que: “Nosotros no defendemos el uso del glifosato, defendemos el uso de los productos que están aprobados. Somos permeables a la crítica para mejorar. Pero no a que nos obliguen a cambiar el modelo productivo de un día para otro. Sentémonos a discutir, analicemos si estamos haciendo mal las cosas, pero no prohibiendo”.

La polémica no es nueva, el glifosato es una de las bases del sistema agropecuario actual y son muchos los intereses detrás de su fabricación, comercialización y uso. Lo cierto es que los enfermos se multiplican en nuestro país, y especialmente en Entre Ríos, y los ambientes naturales están cada día más llenos de veneno.

Nadie afirma que la prohibición sea la solución a todos los problemas, pero lo que sí parece claro es la necesidad de comenzar a cambiar la forma en que producimos nuestra comida, antes de que sea demasiado tarde.

Fuente: En base a Página Política / Diario Uno / El Día / APFDigital / Infobae

 

 

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