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De cómo el cambio climático frenó una elección presidencial

En Tuvalu, un país insular que está por desaparecer por la subida de los mares, no se pudo completar el proceso electoral. Un ministro hizo público el drama en la cumbre de Glasgow.

 

Por GABRIEL MICHI (*)

Tuvalu es el país que más peligro corre por el cambio climático. El diminuto archipiélago es en realidad un rosario de atolones formados por corales, ubicado en la Polinesia, que tiene una población que no supera las 12.000 personas, lo que lo convierte en el segundo país más pequeño del planeta, después del Vaticano. También es el cuarto en extensión con apenas 26 kilómetros cuadrados. Y según los registros internacionales es, desde el 2008, el más amenazado del mundo por el calentamiento global. Y es que su parte más elevada está apenas cuatro metros por encima del nivel del mar, un mar que sube año a año por los deshielos generados por el cambio climático. Ese hecho quedó ante los ojos de todo el mundo cuando, en medio de la cumbre COP26 de Glasgow en 2021, el ministro de Justicia, Exteriores y Comunicación, Simón Kofe, habló por videoconferencia vestido de traje y corbata y con el agua por encima de las rodillas: "Señoras y señores, Adiós. Nos estamos hundiendo", fue su contundente mensaje. Se estima que para el año 2100, el 95% de la superficie quedará bajo el agua y ya un quinto de su población se fue. La situación es de tal gravedad que ahora el cambio climático complicó hasta el desarrollo de las elecciones presidenciales. De hecho, el resultado de las comicios en Tuvalu se demoró dos semanas debido a que el clima peligroso impidió que los barcos llevaran a nuevos legisladores a la capital para votar al primer ministro, algo que se vio potenciado justamente por los efectos del cambio climático. A tal punto que este tema se convirtió en el factótum político central en esas islas del Pacífico.

Como el primer ministro saliente de Tuvalu, Kausea Natano, había perdido su escaño en las elecciones del pasado 26 de enero, los 16 legisladores que resultaron electos debían decidir quién sería su sucesor. Pero el factor climático les impidió llegar a la definición. Olas de más de 4 metros golpearon sus costas, impidiendo que los barcos que traían a los legisladores desde distintos puntos del archipiélago pudieran arribar a su destino: la capital Funafuti. El comisionado electoral, Tufoua Panapa, señaló: "Cuatro diputados electos todavía están atrapados en las islas exteriores. La fecha propuesta para elegir al primer ministro no es posible ahora. Está inundando algunos lugares donde nunca antes había habido inundaciones", dijo, atribuyéndolo al aumento del nivel del mar.
Mientras todo eso ocurría, los residentes de Funafuti -una isla de apenas 660 metros de ancho que está a sólo 2 metros sobre el nivel del mar- permanecían atrapados en sus casas, rodeados por la suba de una marea de 3,2 metros que inundaba la isla. Las fotografías en las redes sociales muestran el agua golpeando las puertas de entrada de casas elevadas y las olas rompiendo en las carreteras. Los científicos predicen que Funafuti corre el riesgo de de desaparecer por las mareas para 2050. Frente a semejante escenario apocalíptico, las autoridades de Tuvalu ya han llegado a un acuerdo con las de Australia para permitir que su población migre gradualmente hacia el gigante de Oceanía. Pero, mientras tanto, necesita de ayuda inmediata que le permita avanzar en medidas urgentes para fortificar su costa ante el embate del mar que crece.
Un dato aparte: las elecciones en este pequeño país insular son seguidas con mucho interés por Taiwán, China, Estados Unidos y Australia, en medio de una puja geopolítica por la influencia de las potencias en el Pacífico Sur. Esta diminuta nación es una de las tres aliadas de Taiwán en el Pacífico, y el tema se metió de lleno en la campaña, generando posiciones divididas. Sin embargo, para los habitantes de Tuvalu la principal preocupación pasa por otro lado: los devastadores efectos del cambio climático en sus vidas.

Maina Talia, una activista climática elegida para representar el atolón de Vaitupu, publicó en Facebook: "Estamos cansados ​​de contar nuestra historia una y otra vez", en clara referencia a la gran cantidad de alertas y a la persistente búsqueda de conciencia que los locales vienen intentando instalar sobre este drama ambiental que los amenaza desde hace años. Talia viajó desde su atolón a la capital Funafuti en barco y pudo observar, cuando dejaba atrás su lugar de residencia, la ferocidad con que el agua de mar que se filtraba a través del camino hacia las casas de Vaitupu, provocando que sus pobladores queden totalmente aislados. Por eso plantea: "para abordar este problema necesitamos un enfoque agresivo y serio".

Lo que agrava el cuadro actual es que en esta época se transita la temporada de ciclones en Tuvalu, como en toda la región de las islas de Pacífico. Según Philip Malsale, climatólogo de la Secretaría del Programa Ambiental Regional del Pacífico, "el cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de las inundaciones costeras y los mares agitados de Tuvalu" durante los últimos tiempos.
Según observan los científicos las consecuencias del cambio climático ya se hacen sentir en Tuvalu: han desaparecido playas, pequeños islotes quedaron bajo las aguas y los arrecifes de coral están comenzando a morir debido a la intrusión de agua salada. Pero no sólo eso. Un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señala que a medida que se incrementa la temperatura del mar, mueren más corales. Un elemento que se suma a las consecuencias claras por la subida del nivel del mar y la violencia creciente de las -cada vez más frecuentes- tormentas, como la que impidió el desarrollo y culminación del proceso electoral.
Hace tiempo Apisai Ielemia, ex primer ministro de Tuvalu (2006-2010), publicó un documento donde señalaba. "Por más que compartamos la responsabilidad de proteger el medio ambiente, los impactos del cambio climático se deben a las emisiones de países que se encuentran a miles de kilómetros de distancia. Estamos a merced de la comunidad internacional. Por este motivo, Tuvalu ha participado activamente en las negociaciones sobre cambio climático y en discusiones recientes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Para un pequeño estado insular en desarrollo como Tuvalu, se trata de una cuestión de seguridad de enormes proporciones".
Y agregaba: "Por difícil de comprender que sea, el hecho es que es posible que todo nuestro país desaparezca como resultado del cambio climático. Tal y como ya declaró el Representante Permanente de Tuvalu ante las Naciones Unidas, el embajador Afelee Pita, ante el Consejo de Seguridad a principios de 2007, el efecto del cambio climático es una amenaza sin precedentes para nuestra nación. Se trata de una violación de nuestros derechos fundamentales a la nacionalidad y a la condición de estado contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otras convenciones internacionales". Pese a la contundencia de sus palabras, Apisai Ielemia falleció en 2018 sin ver ningún resultado en cuanto a la concientización internacional sobre el drama de su país, que desaparece día a día.

Es más, en su reclamo el ex primer ministro exigía una suerte de "Plan Marshall" que ayude a naciones como la suya a poder hacer frente al cambio climático. De hecho hay un informe de la organización internacional no gubernamental Oxfam que sugiere que los costos de adaptación a los efectos de este fenómeno ascenderían a cerca de 50.000 millones de dólares anuales, una cifra imposible de alcanzar para ellos.

"Debemos aplicar el principio del que contamina paga y explorar así fuentes eminentemente nuevas de financiación basadas en las emisiones de gases de efecto invernadero. En definitiva, necesitamos que los líderes mundiales desarrollen un nuevo tipo de Plan Marshall para obtener los fondos necesarios para sufragar los costes de la adaptación. El dinero que dediquemos ahora a la adaptación ahorrará miles de millones de dólares en compensaciones por daños ocasionados por el cambio climático en los años venideros. Si no se toman medidas urgentes para ocuparse de las necesidades de adaptación de los países vulnerables, nos veremos obligados a emprender el camino de la litigación. Un país altamente vulnerable como Tuvalu no puede simplemente quedarse de brazos cruzados y observar cómo su hogar desaparece lentamente", sentenció Apisai Ielemia. La amenaza de la naturaleza llevó a que entre 3.000 y 4.000 personas se hayan abandonado Tuvalu y se hayan instalado en Fiji o Nueva Zelanda; esto equivale a un 20% de la población de la isla que escapó antes de que sea demasiado tarde. Y los hechos parecen darle la razón. A tal punto que, por primera vez en la historia mundial, se vio frenado un proceso democrático como es una elección por efecto del cambio climático. Otra demostración de que el planeta está en el horno.
 
(*) Artículo originalmente publicado en mundonews.com.ar. Se reproduce por gentileza de su autor.
 

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