Lo que comenzó como una jornada de cosecha habitual terminó convertido en un grave incidente en la tarde del viernes 28 de noviembre, en un campo de El Potrero, a pocos kilómetros de Gualeguaychú.
Guillermo Reichel, productor rural de la zona, perdió su cosechadora luego de que un incendio voraz consumiera la maquinaria en cuestión de segundos, reduciendo a cenizas años de inversión y trabajo.
El siniestro ocurrió en horas de la tarde, en calle 11 entre 3 y 4 de El Potrero, mientras se realizaban tareas de cosecha. Según relató el propio Reichel, el fuego comenzó en la parte trasera de la máquina, donde se ubica el tanque de combustible de 650 litros, lo que provocó una propagación inmediata e incontrolable de las llamas.
El productor, que manejaba la cosechadora al momento del inicio del fuego, logró escapar de la cabina a tiempo y salvar su vida. De todos modos, sufrió quemaduras leves en el rostro y perdió todas sus pertenencias personales, que quedaron atrapadas en el interior de la maquinaria.
“Entre lágrimas no nos quedó más que aceptar”, expresó su hija con profunda tristeza, aunque destacó el alivio de que no hubo víctimas fatales.
Reichel manifestó su desconcierto por lo ocurrido: “A la máquina le venimos haciendo el mantenimiento, no sabemos qué pudo causar el problema”. Agregó además que era apenas la segunda campaña en la que se utilizaba y que contaba con cobertura de seguro.
Los daños materiales fueron significativos. La cosechadora quedó totalmente destruida y el fuego afectó entre 10 y 15 hectáreas de trigo y rastrojo. Dos dotaciones de Bomberos Voluntarios de Pueblo Belgrano y una de Gualeguaychú trabajaron durante la tarde del viernes para controlar y extinguir las llamas.
La magnitud de la pérdida golpea de lleno a las familias involucradas. “Somos tres familias que dependen de la cosecha”, señalaron los afectados, con evidente angustia. Además, el campo donde trabajaban es arrendado, lo que suma complejidad a la situación.
En medio de la adversidad, la familia destacó la solidaridad de vecinos y amigos que acudieron de inmediato para brindar contención y ayuda, un gesto que ofreció algo de consuelo en un momento tan difícil.
Este siniestro vuelve a exponer la vulnerabilidad del sector agropecuario, donde el esfuerzo y la inversión de toda una vida pueden desvanecerse en segundos. Para familias como la de Reichel, que dependen enteramente de su producción, un hecho así representa no solo una pérdida económica devastadora, sino también un profundo golpe emocional que pone en riesgo su sustento y su futuro.
Fuente: r2820
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