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Funcionario oficialista uruguayense insiste en apoyar la boleta única

Ante el avance de la posibilidad de que por una buena vez se cambie el sistema de votación en el país y en la provincia, el dirigente justicialista Juan Martín Garay, quien en otras ocasiones también se expresó favorablemente a esta iniciativa, subraya que no se debe perder de vista lo más importante: "Lo que se necesita más que nada es una 'revalorización de la política'”.

Por JUAN MARTÍN GARAY (*)

Se vienen tiempos de debate para las definiciones en materia electoral en la provincia. La determinación del nuevo sistema electoral en Entre Ríos es la clave. Por más extemporáneo que esto pueda parecer, y aún lejos de lo que realmente le importa por estas horas a la gente, lo cierto es que las leyes vinculadas al Régimen Electoral Provincial se deben reformar.

Bajo el título de “Reforma Política”, en la Cámara de Diputados de la Provincia se dio inicio al debate en comisión del proyecto de Ley del Código Electoral de la Provincia de Entre Ríos.

Presentado por el Ejecutivo Provincial, básicamente se busca la modificación del instrumento de votación a través de la incorporación de la Boleta Única Papel (BUP) en reemplazo de la tradicional boleta.

(Archivo de El Miércoles Digital).

Esto no es una novedad en el país, este sistema está instalado (y con éxito comprobado) por ejemplo en las dos restantes provincias que componen la Región Centro, me refiero a Córdoba y Santa Fe.

Además se la utiliza en las cárceles para que voten en elecciones nacionales las personas procesadas que se encuentren cumpliendo prisión preventiva. Para poder votar las personas privadas de su libertad deben estar incluidas en el Registro de Electores Privados de Libertad, que es elaborado por la Cámara Nacional Electoral. Otro ámbito donde ya se utiliza el sistema es en las Embajadas, allí los ciudadanos argentinos en el exterior pueden emitir su voto mediante esta modalidad.

La oportunidad

Este impulso, si se aprovecha la oportunidad con profesionalismo y seriedad en el tratamiento legislativo (sin demagogia o queriendo imponer cuestiones particulares por sobre el interés general), debería servir para fortalecer el sano ejercicio de elegir y ser elegido, tratando además de sacarle el prurito a algunos dirigentes de exponerse a la consideración del votante para que cada ciudadano pueda elegir entre las opciones que se le presente.

El objetivo debe apuntar a que la voluntad del elector quede expresada al momento de sufragar de una manera más clara, efectiva y trasparente. Por eso, ante esta iniciativa y las “pícaras” opiniones a favor o en contra de quienes tienen viejos recorridos o jóvenes largas trayectorias políticas, las palabras de Don Arturo Jauretche en la “Carta a Amílcar Vertullo” del 3 de julio de 1959 cobran vigencia nuevamente: “Hay que actuar en dirigente revolucionario y no en dirigente electoral, porque se trata de la disputa del poder. No podemos incurrir en el error de los radicales en 1945 y eso le ocurrirá fatalmente al que haga política en función del pasado. Por cuidar los votos, ellos se quedaron parados y cuando se dieron cuenta, los votos se habían ido. No importa dónde están los votos ahora. Importa dónde estarán para ejecutar un programa. El que está atento solo a lo que piensa la gente hoy, se quedará al margen de lo que pensará la gente mañana y aquí está la clave para saber quién es dirigente o no. Además, lo que piensa la gente no está dicho por lo que proclaman en voz alta, sino por lo que se dicen en voz baja y, aún más, por lo que no se dice y está en el subconsciente”.

El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente. Las últimas elecciones enseñaron que el voto se está definiendo cada vez más de una manera selectiva, aun soplando contra el viento del actual sistema electoral vigente.

Recordemos que no hay acto más poderoso que la voluntad popular expresada en un acto eleccionario, porque da legitimidad de origen a un gobernante, la legitimidad de ejercicio ya depende del elegido o elegida.

Cuando la ciudadanía vote el próximo año le pondrá, como el año pasado, toda su impronta con bronca o esperanza. La gente no es mala cuando no elije por una opción ni es buena cuando lo hace por otra, porque lo que se conjugan son la realidad del momento y el humor social fundamentalmente, pero más que nada la situación económica.

Es decir, la posibilidad o no de tener un bienestar general y familiar, mirando un presente probablemente con bronca pero tal vez un mañana con optimismo y esperanza.

Tiempo de debate

Está claro que se debe evolucionar sobre un sistema que viene siendo ampliamente criticado y del que es buen momento de darnos la oportunidad de discutirlo, debatirlo, consensuar y hacer un salto de calidad.

Por eso esta iniciativa deberá dialogarse mucho y lo suficiente para construir un amplio consenso que involucre a la ciudadanía “de a pie”, al mundo académico, a las organizaciones de la sociedad civil y por supuesto a los partidos políticos; porque sólo así se podrá atender el reclamo de quienes en tiempos electorales exigen tener un mecanismo superador con mayor seguridad y simplificación del voto y su escrutinio.

Si se consigue dictamen favorable una vez cumplido el tiempo de labor parlamentaria que sea necesario, se podrá avanzar un paso en la modificación del sistema electoral si luego se aprueba obteniendo la media sanción en Diputados.

Remitido a la otra Cámara, si el Senado lo aprueba sin modificaciones y luego el ejecutivo promulga, recién ahí tendremos nueva Ley y con esto se habrá evolucionado cívicamente para que se elija en las elecciones en Entre Ríos mediante la Boleta Única Papel (BUP), tarea nada fácil en el “cabildeo” por delante. De ser así, comenzará una nueva forma de hacer “política” mediante una moderna herramienta electoral.

Pero algo tiene que quedar claro, no perdamos el eje, porque independientemente de este proyecto, lo que se necesita más que nada es una “revalorización de la política”.

Vale decir, que se terminen de una buena vez con las formas nocivas de practicarla y que profundizan la crisis de representatividad que tanto daño nos hace. Ocurre que “la política” no es mala, por el contrario, es la mejor “herramienta” de transformación social positiva (o no, dependiendo de quien la ejerza).

Todo debe hacerse siempre en función de la gente y “la política” debe estar puesta al servicio del verdadero interés común, el del pueblo y su felicidad. Recordemos siempre que lo único que debe importarnos es la gente. Siempre, no cuando sólo sea conveniente.

(*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-

 

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