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CONCORDIA

Habló la ex coordinadora de comedores investigada por presunto desvío de fondos

Desplazada de su cargo en medio de un escándalo por supuesto desfalco y malversación de fondos públicos, Silvina Murúa, excoordinadora de comedores escolares de Concordia, rompió el silencio.

En una entrevista con Diario Junio, defendió su gestión, apuntó contra directivos escolares y funcionarios provinciales, y aseguró que fue la primera en denunciar las irregularidades que hoy se le adjudican. También se refirió al audio filtrado que la involucra con un proveedor, y a la denuncia que presentó junto al diputado Eduardo “Mono” López, quien luego se desentendió del caso y le quitó el apoyo político.

- ¿Cuál es la lectura que hacés de lo que se te está acusando exactamente?

Básicamente, de lo mismo que yo denuncié. El 7 de marzo hice la primera denuncia por malversación de fondos. Presenté la documentación junto con el diputado López. En agosto ampliamos la denuncia, y poco después, desde Paraná le dijeron a López que yo estaba trayendo demasiados problemas en Concordia y que me tenía que correr. Literalmente le dijeron: “la cambiás vos o la cambio yo”.

- ¿Cuáles fueron las irregularidades que detectaste?

Me encontré con muchas clases de robo. Con proveedores fantasma, sobreprecios escandalosos, chicos que comían todos los días guiso o arroz amarillo (con azafrán y huevo), cuando la plata llegaba en tiempo y forma. Detecté, por ejemplo, que en algunas escuelas se facturaba por 600 chicos y comían 150. La diferencia no se veía reflejada. Esa plata no sobraba. Nadie rendía el excedente, que por circular debería volver a Paraná o usarse en utensilios y elementos de cocina, previa autorización.

- ¿A quiénes denunciaste específicamente?

A ocho directivos de escuelas y dos tarjeteros. De un total de 201 servicios, eran solo 10, pero el proveedor que me acercó pruebas no trabajaba con todos, por eso eran pocos casos.

- Desde la Dirección Departamental admitieron que hubo quejas contra vos. Te acusaron de maltrato y de quitar tarjetas SIDECREER de manera arbitraria a los directivos. Incluso se habla de cartas documentos de los directivos.

Nunca recibí una carta documento. Lo que sí hubo fueron quejas de los directivos, porque yo les pedía remitos, facturas y cuadernos. Hacía seguimiento. Tengo actas firmadas que no pude sacar de la oficina porque cuando me desplazaron fue todo muy brusco.

- ¿Sentís que te soltaron la mano?

Totalmente. A mí me dijeron que no querían que jugara al policía. Yo avise de todo esto, incluso a la ministra (NdR: Se refiere a la ministra Verónica Berisso de Desarrollo Social). Fui a Paraná, habré hablado con todos, menos con el gobernador Frigerio. Y nadie hizo nada. Y ahora quieren que la culpable sea yo. Me dejaron sola.

- ¿Te advirtieron que dejaras de hacer denuncias?

Sí, me dijeron que dejara de molestar, que no hiciera más denuncias porque les estaba trayendo problemas. Y eso es lo que me inquieta hoy. No son los audios lo que me quita el sueño. Yo sé que no hice nada malo. Lo que me duele es que me acusen de algo que advertí desde el principio. Era una bomba de tiempo. Se lo dije incluso a la ministra, una tarde que nos cruzamos en la escalinata del Centro de Convenciones. Ella fumaba, y yo le contaba lo que estaba pasando. También hablé con el secretario de Paraná y con todos los que pude. Pero nadie me escuchó.

- Hiciste referencia a ese un audio filtrado en el que supuestamente se te escucha reclamando a un proveedor por fajos de billetes con faltante de dinero. ¿Es real ese audio? ¿Te reconocés?

Lo escuché muy por arriba y está totalmente sacado de contexto. Si soy yo, está editado. Yo no reconozco mi voz. Después vi la transcripción que hicieron ustedes y lo que se lee no es lo que realmente pasó. En ese audio se habla de dólares, pero no tiene nada que ver con plata de los pibes. Ese proveedor —Iñaki Partarrié, de “Ahora Voy” SRL— iba a la oficina. En una ocasión habló de donar un aire acondicionado porque los chicos trabajaban con 47 grados en oficinas de vidrio. Ese aire nunca se colocó. Fue algo fuera de lugar, lo reconozco, pero no hubo manejo de fondos de comedores. Partarrié iba a la oficina, sí. A veces venía por el tema del reconocimiento, y yo salía y hablaba con él. Pero no podía tener un diálogo fluido con él por una cuestión de ética. Esa oportunidad fue porque quería comprar un aire acondicionado para donar, porque hacía muchísimo calor. Y creo que esa conversación viene de ahí. Pero insisto: no era plata de los comedores ni de los chicos.

- Lo que se escucha suena a exigencia por un dinero que falta.Sí, pero no era una exigencia. No estábamos pidiendo plata. Yo no recuerdo como termina el audio, pero yo lo que sí me acuerdo es que en esa conversación él dice ‘yo tengo la factura del aire’. y nosotros le decimos: ‘ah, ya lo compraste’. Sé quién grabó ese audio. Fue alguien que entró a trabajar gracias a mí. Fue una cama. Me vienen buscando hace rato, esperando que me equivoque. Es más, no sé si hasta eso de conseguir un aire para la oficina no fue el comienzo de la cama que me hicieron.

- ¿No direccionaste compras hacia ese proveedor?

Fue el único que se acercó con pruebas de lo que hacían otros. Nos trajo carpetas, capturas de pantalla, chats. Después me avisaba qué tarjeteros le pedían “retornos”. Si alguien te da información, obviamente vas a confiar en esa persona.

- ¿Te ofrecieron coimas?

Sí. Un proveedor vino a ofrecerme el 40%. Me preguntó cuánto tenía que dejar. Le dije “¿40% de qué?”. No entró nunca a trabajar porque no lo permití.

- ¿Cuáles eran los sobreprecios?

Te doy un ejemplo. Una bolsa de papa la estaban cobrando $17.000. Cuando reclamamos, costaba entre $8.000 y $9.000. El doble. Y hoy está más barata aún.

- ¿Hay alguna persona respalde tu versión?

Sí. Quienes hablen con la verdad, me van a apoyar. Mis compañeros de trabajo saben cómo fueron las cosas. Ya hablé con mi abogado y tengo las pruebas. No las puedo mostrar ahora, pero están en manos de la defensa. Incluso si esto va a la Justicia, ellos van a testificar. También tendrán que declarar los proveedores y los tarjeteros.

- ¿Y el diputado López? Ahora parece desligarse completamente de vos.

Me dolió mucho. Estuve esperando que hablara él. Nunca me dejó renunciar, me dijo que esperara. Yo confié. Y ahora dice que me había advertido. No fue así. Yo no hice lo que me acusan, y si esto avanza judicialmente, mejor: quiero defenderme. Me están medicando, no duermo, tengo una hija de 16 años que también sufre esta exposición. Quiero limpiar mi nombre.

- ¿Ya pensabas en renunciar antes de todo esto?

Sí. Ya había decidido presentar la renuncia por los despidos que hubo. Despidieron a gente de esta gestión sin justificación. Echaron a personas que militaron, que trabajaron con nosotros, y dejaron a otros por pertenecer a UPCN o al PJ. Gente que ni siquiera fue a trabajar el segundo día, porque se iba a marchas. Despidieron a personas con tres años de antigüedad, con hijos, con discapacidad. Fue muy injusto, y me echaron la culpa a mí, pero las decisiones venían desde Paraná. Pasé días sin dormir ni comer por eso.

- ¿Tenías vínculos con el MID?

No. La cercanía era solo porque Arquitectura depende del MID, y la oficina que usábamos era de arquitectura. Pero no formo parte del MID.

- ¿Creés que hay una caja política detrás de los comedores? Es imposible no preguntarse qué intereses tocaste para que -como decís- te hicieran una trampa, el gobierno te desplace y el diputado López, señalado como tu “padrino político”, te soltara la mano de esta manera

Creo que hay muchos que sabían y no hicieron nada. Que miraron para otro lado. Y ahora, cuando todo explota, necesitan a alguien que caiga. Y me eligen a mí.

- ¿Estás dispuesta a ir a la Justicia?

Claro que sí. Si fuera culpable no querría que esto siga. Pero como no lo soy, quiero que todo se investigue. Que se sepa la verdad.

- ¿Confiás en que vas a poder limpiar tu nombre?

Confío en la Justicia terrenal y en la Justicia celestial. Esta acusación es muy grave: me están adjudicando un robo a niños. Y yo este lugar lo tomé por amor a ellos. Siempre trabajé en comedores comunitarios ad honorem. Siempre saqué de mi bolsillo para ayudar. Lo último que haría en mi vida es robarle a un chico.

Fuente: Diario Junio
 

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