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"La Banda de los Millones" y los cambios del negocio que inunda de cocaína cada rincón

En este informe que publicó ANÁLISIS está el detalle del funcionamiento de la estructura armada por Arce para amasar millones con la venta de cocaína, mientras mantuvo un ejército de soldaditos armados que le custodiaron el negocio a balazos.

Por JOSÉ AMADO de ANÁLISIS

 

La banda de los Millones” no es uno de esos nombres originales que las fuerzas de seguridad les ponen a sus operativos. Era el nombre del grupo de WhatsApp que reunía a los integrantes de la banda narco liderada por Andrés Alejandro Arce, un hampón de Concordia devenido en empresario de la droga. En septiembre de 2023 esta organización cayó tras una investigación de Prefectura y la Justicia Federal.

El detalle del funcionamiento de la estructura armada por Arce para amasar millones con la venta de cocaína, mientras mantuvo un ejército de soldaditos armados que le custodiaron el negocio a balazos.

Para entender el caso de Arce, antes vale poner su historia en contexto.

Los narcotraficantes entrerrianos están cada vez más sofisticados. En una época pasada, había uno o dos que tenían el contacto del que conseguía la droga en Misiones y le enviaba los cargamentos. Luego aparecieron otros que empezaron a tratar directamente con los proveedores del noreste argentino, donde a su vez fueron creciendo lo que cruzaban la mercadería desde Paraguay y la guardaban en su casa o algún aguantadero. En los últimos años el negocio explotó de tal manera que hay narcos de Entre Ríos que tratan directamente con algún paraguayo que les facilita la droga, consiguen a los expertos en cruzar la droga por la frontera (“paseros”) y utilizan a las mulas (cada vez más mujeres que varones) para que busquen y traigan. A su vez, al convertirse Paraguay de un centro mundial de producción de marihuana a un enclave de acopio y exportación de cocaína, la oferta de esta sustancia se diversificó: ya no existen los narcos exclusivos que proveían a toda la provincia, ahora cualquiera se hace de sus contactos, sus rutas y sus métodos.

 

Proveedor, paseros, guardadores, mulas

La fiscal federal Josefina Minatta solicitó al Juzgado Federal de Concordia abrir un expediente a partir de los datos que surgieron en otra causa de la pericia telefónica realizada sobre el celular de Arce y de la investigación llevada adelante: el concordiense estaba asociado a un tal “Richard”, de nacionalidad Paraguaya, y ambos montaron una organización transnacional dedicada a la adquisición, tráfico y distribución de cocaína y pasta base, desde Encarnación (Paraguay) a Posadas (Misiones), por canales o vías no autorizadas, para luego distribuir la droga a distintos puntos del país: AMBA, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, entre otros- Para ello, utilizaban “mulas” que fueron identificadas (Romina Ivana Sosa, Victoria Beatriz Vivero, Natalia Romina Jara Ortigoza, Sonia Marien Boga, Robert Narciso Paiva Cantero, entre otras) quienes trasladaban la droga en colectivos de larga distancia, en contacto permanente con Arce, quien les advertía sobre eventuales controles policiales.

El Departamento de Investigaciones del Narcotráfico de la Prefectura Naval Argentina profundizó la investigación y finalmente la jueza federal de Concordia, Analía Ramponi, autorizó los procedimientos que desbarataron la banda narco. El 22 y 23 de septiembre del año pasado se llevaron adelante 12 allanamientos en Entre Ríos y Misiones. Se incautó dinero, vehículos, elementos de corte, celulares, documentación y detuvieron a Arce y su pareja Sonia Marien Boga, quienes fueron localizados en el puesto caminero Paso Telégrafo (Departamento La Paz, Entre Ríos) mientras transitaban a bordo de un auto, vigilando una nueva operación narco.

La jueza pidió a los Juzgados Federales de Posadas y de Paso de los Libres los expedientes de otras dos personas que habían sido detenidas en Misiones mientras trasladaban la cocaína en colectivos, por tratarse de la misma banda que era investigada en Entre Ríos. Una era Victoria Beatriz Vivero, quien fue detenida el 14 de agosto por transportar 4,3 kilos de cocaína en un colectivo Crucero del Norte, a la altura del puesto fijo Fachinal, de Gendarmería, durante un operativo de control. Otro era Fernando Fidel Rousé, quien quedó arrestado por el transporte de 3,1 kilos de la misma sustancia el día anterior, 13 de agosto de 2023, en otro colectivo de la Empresa Vía Tac, a la altura del kilómetro 602 de la ruta nacional 14. En ambos casos, los ladrillos de cocaína tenían el mismo sello de un trébol.

En la imputación a los integrantes de la banda se precisó, además, que contaban con personas específicamente encargadas de “pasar/contrabandear” las sustancias burlando los controles aduaneros, tanto por los cruces fronterizos legales como por pasos clandestinos. Estos personajes (que desde hace un tiempo crecieron en distintos lugares de las fronteras de Argentina con Paraguay, Brasil, Bolivia y Uruguay como un rol específico en la cadena de distribución de drogas) entregaban los cargamentos a personas en Posadas.

A su vez, tres misioneras eran las intermediarias entre Arce y el desconocido Richard, tanto para recibir la droga como para llevar a Paraguay el dinero de los pagos. Luego, les entregaban los cargamentos a las mulas y finalmente los recibían Arce o Marta Carina Noguera, tanto en Concordia u otros puntos del país, para su distribución hacia los puntos de venta.

 

“Captadas, utilizadas y explotadas”

A fines de diciembre, la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná confirmó los procesamientos y las medidas cautelares sobre los acusados que acudieron con distintos reclamos a esa instancia. Además de las cuestiones relativas al análisis de pruebas, si resultaban o no suficientes para demostrar tal o cual acusación, sobresalieron los planteos de las defensoras públicas oficiales de dos imputadas del rol de mulas, acerca de su situación de vulnerabilidad y el aprovechamiento por parte del jefe narco.

Noelia Quiroga, representante de Vivero (presa en la Unidad Penal 6 de Paraná), sostuvo que la resolución judicial “no fue dictada bajo una perspectiva de género, ya que no se habría investigado debidamente el contexto en el cual fue detenida, imputada y procesada” Vivero, por lo que el tratamiento judicial fue “discriminatorio por su impacto desproporcionado en el colectivo de mujeres”.

A su vez, instó a pensar qué es lo que debe pesar más en la balanza al analizar un caso como este: la salud pública puesta en peligro con el transporte de la droga, y la supervivencia de la mujer y sus hijos. “Vivero, al ser madre soltera de dos niños, los cuales no tendrían cubiertas siquiera mínimamente sus necesidades básicas, debió haber sido sobreseída atento al estado de necesidad justificante en que se encuentra inmersa”, afirmó la defensora.

“No formaba parte de la organización ilícita en la que se encontraba inmersa y era una víctima de dicha organización, la cual, abusando de su situación de vulnerabilidad, la captó, utilizó y explotó como ‘mula’ para los negocios ilícitos; y que su aporte podría haber sido realizado por ella como por cualquier otra persona por ser su contribución totalmente fungible”, sostuvo Quiroga.

A su vez, la defensora pública oficial Walkyria Bértoli, de Yésica Ibarrola, planteó en similar sentido que en la causa quedó clara “la situación de vulnerabilidad en la que se ve inmersa” la mujer, quien “por necesidad económica decidió viajar con Victoria Vivero a cambio de una suma de dinero, solamente para acompañarla”.

Destacó además “la vulnerabilidad en la que se encuentra inmersa, por ser mujer, persona joven de 32 años, y por sus circunstancias sociales y económicas”, con tres hijos por los cuales cobra la AUH. “Todas las mujeres procesadas en las presentes por el delito de transporte de estupefacientes, fueron captadas, utilizadas y explotadas como ‘mulas’ para negocios ilícitos, siendo meros objetos fungibles”, afirmó la defensora que reclamó el sobreseimiento.

Los camaristas Beatriz Aranguren, Mateo Busaniche y Cintia Gómez confirmaron íntegramente la resolución de la jueza Ramponi.

 

El brazo armado

La caída de Arce empezó a destapar la trama de la violencia que se venía viviendo en algunos barrios de Concordia. El jefe narco había montado una banda de soldaditos armados con pistolas 9 milímetros e incontables municiones para dirimir cualquier diferencia y atemorizar a todo el mundo.

La Policía de Concordia y los fiscales José Arias, Daniela Montangie y Macarena Mondragón venían siguiendo el accionar de estos violentos. A principios de diciembre se llevaron adelante los 17 allanamientos y las detenciones de 13 personas señaladas como los tiratiros que trabajaban para Arce.

Estas células armadas eran lideradas por Ramón Monzón, integrante del sindicato de la Uocra de Concordia. A lo largo de los meses, el personal de Criminalística realizó numerosas pericias, principalmente balísticas, en las cuales pudieron ir relacionando las numerosas balaceras en base a los indicios que quedaban en cada escena del crimen.

 

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