A través de una campaña, buscan poner en marcha una máquina de molienda y avanzar con la producción de placas elaboradas con plástico reciclado. La organización surgió durante la pandemia y hoy combina conciencia ambiental, inclusión social y educación comunitaria.
La experiencia que llevó a un grupo a formar la Cooperativa de Trabajo Ecorecolectores Ltda. comenzó en el momento más crítico de la pandemia. La idea original, contó el cooperativista Dardo Bertone, fue acercar soluciones energéticas a espacios comunitarios. “Descubrimos las cocinas rocket, de alta eficiencia, y empezamos a llevarlas a merenderos. Ahí nos encontramos con personas que, además de cocinar, recolectaban residuos para sobrevivir. Fue un punto de inflexión”, explicó.
La necesidad de crear un marco formal que les diera identidad y respaldo a estos trabajadores motivó la conformación del grupo. “Queríamos aportar valor y dignidad a esa tarea que siempre se hace en los márgenes”, señaló Bertone. Así nació la organización, en el municipio de Santo Tomé, con el acompañamiento de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral.
Ese acompañamiento académico permitió que el proceso de conformación fuera ágil y accesible, algo poco común en el universo burocrático. “La diferencia entre lo que conocíamos del ‘sálvese quien pueda’ y lo que vivimos con el modelo asociativo fue enorme. Nos cambió la forma de ver el trabajo y la vida”, agregó el dirigente.
En su etapa de mayor actividad, llegaron a integrar diez personas y recolectaban mensualmente cerca de diez mil kilos de residuos, principalmente plásticos. También recibían cartón, vidrio y aluminio. El trabajo incluía tareas de acopio, clasificación, prensado y venta del material. Pero el desplome de los precios y el aumento de los costos fijos forzaron el cierre del espacio físico. “Estamos en una etapa de reinvención. Queremos volver a poner en marcha el reciclaje con valor agregado”, sostuvo el trabajador.
Entre las iniciativas actuales, se destaca una campaña para recolectar papel, con la meta de reunir 5.000 kilos. Esto permitirá motorizar una máquina de molienda plástica, pieza clave para un nuevo proyecto: la fabricación de placas con plástico reciclado. “Apuntamos a soluciones habitacionales. La idea es que alguien pueda decir: ‘yo aporté con material reciclado y hoy tengo una vivienda digna’. Soñamos con un sistema de canje solidario”, planteó Bertone.
Más allá del impacto directo en la gestión de residuos, el grupo hizo un fuerte trabajo de concientización. Dieron talleres en jardines, escuelas, clubes y vecinales. “Nos llamaban y ahí estábamos. Los chicos, sobre todo, se entusiasman mucho y son multiplicadores naturales de estas ideas”, valoró el cooperativista. En un municipio sin sistema de recolección diferenciada ni políticas públicas activas en el tema, este aporte marcó un antes y un después.
Sin embargo, el panorama actual es complejo. El precio de los materiales reciclables cayó abruptamente en el último año y medio. Según Bertone, una de las causas es la importación de residuos desde Brasil. “Argentina está comprando basura. Nos venden recortes de cartón y otros reciclables a bajo costo, lo que deprime los precios internos. Además, entra material sin control, que no sabemos ni qué es”, advirtió.
Fuente: Elaboración de El Portal de las Cooperativas a partir de entrevista realizada en el programa Nuestras Cooperativas, en Show CDC Multimedios (General Roca, Río Negro).
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