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UNA MUESTRA MÁS DE LA DESIDIA

Ruta 136: pese a los anuncios y promesas de arreglos, sigue cobrándose vidas

Baches, abandono de obras y accidentes, muchos de ellos fatales, marcan el historial de la carretera que conecta Gualeguaychú con Uruguay.

Por PEDRO RICARDO PARPGANOLI (*)

A pocos kilómetros del centro de Gualeguaychú, la Ruta Nacional 136 funciona como una arteria vital para la conexión terrestre con la Banda oriental del Uruguay a través del Puente Internacional “Libertador General San Martín”.

Pero, este corredor estratégico de apenas 34 kilómetros arrastra desde hace años un deterioro que se profundiza con cada lluvia, cada día de tráfico pesado y cada obra anunciada pero nunca concluida.

El interrogante que resuena entre vecinos, transportistas y autoridades es siempre el mismo: ¿cuántas tragedias más se necesitan para que esta ruta reciba la intervención que reclama desde hace décadas?

Una demanda histórica ignorada

Es una demanda que Gualeguaychú venía sosteniendo hace mucho tiempo”, dijo en diciembre de 2022 la vicegobernadora Laura Stratta al firmar un convenio para reparar el acceso norte a la ciudad.

Ese reconocimiento oficial llegó tarde para quienes transitan a diario una ruta que acumuló señales de alerta durante años. El tramo más deteriorado corre desde la intersección con la Ruta Provincial 20 hasta el puente sobre el río Uruguay: poco más de 30 kilómetros donde, según informes de Vialidad Nacional de 2023, eran necesarias tareas urgentes de bacheo, fresado, relleno de huellas y sellado de fisuras.

En otros términos: baches profundos, hundimientos, huellones provocados por camiones y grietas que se expanden temporada tras temporada.

Corredor internacional, riesgos internacionales

La importancia estratégica de la Ruta 136 es innegable. Es el único acceso terrestre al Puente “Libertador General San Martín”, uno de los tres pasos binacionales sobre el río Uruguay.

Por allí circulan diariamente cientos de camiones y un flujo sostenido de vehículos particulares, en especial durante la temporada turística. El intendente Martín Piaggio lo resumió en 2023 como “una obra de gran magnitud estratégica”, clave para la vinculación con la Ruta 14, con el interior provincial y con la actividad productiva, comercial y turística de Gualeguaychú.

La Ruta 136 fue inaugurada en julio de 1954. Siete décadas después, su infraestructura original ha superado ampliamente su vida útil. Los reiterados anuncios, las obras inconclusas y el deterioro persistente conforman un patrón que afecta de manera directa la seguridad de miles de personas.

El centro fronterizo se ubica en el kilómetro 37,1 y el inicio del viaducto hacia el puente en el 40,1. Esto implica que cualquier conductor que quiera cruzar al Uruguay —turista, vecino o transportista— debe transitar obligatoriamente por esos 30 kilómetros deteriorados. No existen rutas alternativas.

El historial de promesas rotas

Los intentos de rehabilitar la Ruta 136 forman una secuencia de anuncios, inicios y abandonos. En junio de 2022, Vialidad Nacional abrió la licitación para una obra valuada en 1.400 millones de pesos, cifra que se elevaría luego a 2.200 millones según anuncios de febrero de 2023. El proyecto incluía la repavimentación total de 30,5 kilómetros, pavimentación de banquinas, readecuación de intersecciones y la construcción de un edificio para la Asamblea Ambiental en Arroyo Verde.

La empresa adjudicada, Concretnor S.A., instaló su obrador en abril de 2023. En agosto, Piaggio recorrió los avances en la construcción de banquinas. Los discursos hablaban de “una obra para 50 años”, “seguridad vial” y “fluidez en el tránsito internacional”.

Pero en noviembre de 2025 la realidad salió a la luz: según reveló el portal R2820, las obras habían sido prácticamente abandonadas. La empresa se retiró, el corredor volvió a su estado crítico y ninguna autoridad brindó explicaciones claras. El relato oficial quedó sepultado bajo el asfalto resquebrajado que miles de conductores siguen sorteando a diario.

Cuando el asfalto cobra vidas

La siniestralidad vial en el departamento de Gualeguaychú es una de las más altas de Entre Ríos. Hasta septiembre de 2025, según el Observatorio de Seguridad Vial provincial, la zona acumulaba 11 víctimas fatales. Varias tragedias están directamente vinculadas al deterioro de la ruta.

En 2018, el funcionario de CARU, Miguel Soto murió en un accidente provocado por el mal estado de la Ruta 136. Fue uno de los primeros casos que evidenciaron el riesgo creciente de este corredor.

El 16 de noviembre de 2024, un Honda CR-V que circulaba por el kilómetro 25 volcó tras desviarse por las irregularidades en la calzada. El conductor relató que un desnivel brusco lo lanzó al carril contrario y, al corregir, perdió el control. Terminó en la banquina con el vehículo dado vuelta. Él resultó herido; su hija salió ilesa. El accidente ocurrió más de un año después del inicio formal de las obras de repavimentación.

Tres días más tarde, en el kilómetro 22, un camión cargado con fungicidas e insecticidas volcó tras colisionar con un automóvil. El conductor del camión fue hospitalizado y tres dotaciones de bomberos debieron intervenir ante el peligro de derrame de sustancias tóxicas. Los ocupantes del auto sobrevivieron de milagro.

Cada conductor que transita hacia el Uruguay enfrenta una combinación peligrosa: baches, hundimientos, banquinas inestables y huellones capaces de desviar cualquier vehículo hacia el carril contrario.

La tragedia más impactante de los últimos años ocurrió en marzo de 2024, cuando un trailer mal enganchado se desprendió de una camioneta en la cabecera oeste del puente sobre el río Gualeguaychú. Golpeó un auto estacionado y mató a Lorena Gaisser, de 33 años. Su pareja sobrevivió con secuelas. El responsable recibió tres años de prisión condicional.

Foto: Diario El Enfoque.

En marzo de 2021, en el kilómetro 38, la agente policial Loana Barroso chocó contra un semirremolque mal detenido sobre la banquina. Resultó gravemente herida. Fue otro caso que expone el riesgo de circular en un corredor internacional sin señalización adecuada ni controles suficientes.

La cuenta pendiente

La Ruta 136 fue inaugurada en julio de 1954. Siete décadas después, su infraestructura original ha superado ampliamente su vida útil. Los reiterados anuncios, las obras inconclusas y el deterioro persistente conforman un patrón que afecta de manera directa la seguridad de miles de personas.

Cada conductor que transita hacia el Uruguay enfrenta una combinación peligrosa: baches, hundimientos, banquinas inestables y huellones capaces de desviar cualquier vehículo hacia el carril contrario. Los camioneros lo conocen por rutina; los turistas, por sorpresa. Las autoridades repiten promesas que no se concretan, mientras los accidentes continúan acumulando víctimas y alimentando la sensación de abandono.

La pregunta que persiste en la comunidad es simple y urgente: ¿cuántas tragedias más harán falta para que esta ruta reciba el mantenimiento indispensable para un corredor internacional? La respuesta, por ahora, sigue sin aparecer en los despachos oficiales. Entre tanto, la Ruta 136 continúa siendo una vía crítica donde cada kilómetro recorrido se siente como una apuesta al azar contra los baches, el deterioro y la desidia.

(*) Periodista. Director de infocdelu.com.ar

Foto de portada. El Día.

 

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