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OPINIÓN

Vicentín: el fantasma comunista

Algunos dirigentes políticos perciben que la Argentina está a un paso del comunismo. La intervención y eventual expropiación de Vicentín así lo demuestra. Fernández sería  Vladimir Ilich Ulianov (Lenin), Cristina Kirchner Rosa Luxemburgo y La Cámpora el Ejército Rojo comandado por Máximo Trosky Kirchner. Es un cacareo insustancial de quienes han sido incapaces siquiera de manejar el Banco Nación. Una de las principales empresas exportadoras sumida en un pantano de deudas, y auxiliada generosamente por la banca pública, no deja de ser por lo menos llamativo y con cierto olorcillo a fraude.

 

  • Por ANÍBAL GALLAY de EL MIÉRCOLES DIGITAL

Fotomontaje: M.B.

 

El gobierno de Alberto Fernández decidió intervenir la empresa Vicentín, y al mismo tiempo enviar un proyecto de ley para que el congreso la declare de utilidad pública. Esto último de acuerdo a la ley 21499, de 1977.

Es una decisión que trajo una serie de críticas, especialmente para los partidarios del “Estado mínimo”, que la tildaron de tragedia. Inclusive algunos ven aquí el ariete de un proceso que conduce a la Argentina hacia el comunismo. O lo que es peor: una vuelta al estatismo peronista de los años cuarenta.

Aquellos tiempos…

Asumido Perón en junio de 1946 encabezó un gobierno que procedió a una redistribución de la riqueza beneficiando a las personas y las familias. Pero esos cambios fueron más profundos y significaron que el Estado se constituyó en un protagonista de la dinámica económica.

Entre las acciones más importantes del gobierno nacional se procedió a la nacionalización del Banco Central (1946), de los ferrocarriles, de la Unión Telefónica y se crearon empresas como Gas del Estado, Aerolíneas Argentinas y la expansión de la Flota Mercante del Estado y la creación de Agua y Energía.

"Que una de las principales generadoras de agrodivisas del país sea pública, y tenga por objetivo maximizar el bienestar social, el desarrollo, y no la ganancia privada, puede atenuar las presiones en este frente” (Matías Rajnerman).

Pero lo que más escozor produjo en el establishment exportador fue la creación del IAPI, por el gobierno de Edelmiro Farrel, pocos días antes de asumir Perón.

Los historiadores Carlos Floria y César García Belsunce llaman a esta política “dictadura de Bienestar”. Una acotación digna de ser tenida en cuenta: la Argentina exportaba el 38 por ciento de los bienes en su propia flota. Hoy (2020) paga 10.000 millones de dólares rentando buques.

Este modo de ver el Estado se plasmó en la Constitución de 1949, especialmente en su artículo 40, que aún sigue generando polémicas.  He aquí el párrafo fundamental:

“La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar el pueblo dentro de un orden económico conforme a los principios de la justicia social. El Estado mediante una ley podrá intervenir en la economía y monopolizar determinado actividad, en salvaguarda de los intereses generales y dentro de los límites fijados por los derechos fundamentales asegurados en esta Constitución. Salvo la importación y exportación, que estará a cargo del Estado, de acuerdo con las limitaciones y el régimen que se determine por ley,  se organizará conforme a la libre iniciativa privada…”.

Estos conceptos fueron considerados fascistas desde algunos sectores en tanto que otros lo tildaron de comunista. Esta constitución fue derogada fuera de toda legalidad por la Revolución Libertadora.

Ahora Vicentín

El Banco Nación fue creado en 1891 durante la presidencia de Carlos Pellegrini y en medio de una extraordinaria crisis. Los propietarios en general estuvieron necesitados de financiamiento. Y pesar de su prédica aplaudieron que el Estado accione, financiando una economía empantanada.

Más de un siglo después llegó a presidirlo el doctor González Fraga quien acuñó aquel concepto:

"Le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior. Eso era una ilusión. Eso no era normal". (Se refería a los 12 años de kirchnerismo).

El Banco Nación con Javier González Fraga a la cabeza consideró normal otorgarle un crédito de 18 mil millones a una empresa como Vicentín. Y lo llamativo es que en noviembre de 2019 se le otorgaron 5.700 millones cuando la empresa estaba en cesación de pagos, a días de que Mauricio Macri entregara el mando.

La deuda total de la empresa con el sistema financiero llega a 23 mil millones de pesos y 60 mil millones a los productores. Las cifras han sido expuestas con abundancia de modo que no es necesario entrar en detalles.

Beneficios

El economista Matías Rajnerman de "Ecolatina" opinó: “La estatización de Vicentín es clave para el mercado cambiario. Que una de las principales generadoras de agrodivisas del país sea pública, y tenga por objetivo maximizar el bienestar social, el desarrollo, y no la ganancia privada, puede atenuar las presiones en este frente”.

 

rubengallay@hotmail.com

 

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