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FÚTBOL LOCAL

Violencia inaceptable, sin reacción de la Justicia: atentaron con armas de fuego contra la casa de un jugador de Parque Sur

El sábado por la tarde jugaron Almagro y Parque Sur por la Liga local. El partido finalizó con una gresca generalizada. Sin embargo, lo peor llegaría 24 horas después: balearon la casa de uno de los jugadores del sureño. Dentro estaban él y su pareja. En videos de la trifulca en el Plazaola se ve cuando lo amenazan: “Te voy a matar”. El tiempo hasta el ataque y su forma muestran una acción planificada.

 

Por J.R.D. de EL MIÉRCOLES

Fotomontaje de portada: M.B.

Edición de videos:M.D.

Disparos en la noche

Con la violenta jornada del sábado 20 de abril durante el clásico entre Parque Sur y Almagro frescos en su memoria y sus sentidos, Leandro Lagraña se levantó temprano el domingo 21 de abril, se vistió y partió desde su casa, que alquila en calle Victorica entre 12 de Octubre y Don Bosco hacia el Puerto Viejo, para dirigir a la cuarta división de fútbol de Parque Sur, de la que es el director técnico, para disputar un encuentro ante Rivadavia.

Sin mayores novedades volvió su hogar y, como buen futbolero, miró por TV el Superclásico entre River y Boca junto a su pareja. Luego de las 20.30 prendieron la luz de la habitación y prepararon el mate. Unos 20 minutos después todo cambió.

Mientras intercambiaba mensajes con su cuñada y su hermano para acordar el cuidado de sus sobrinos por algunas horas, escuchó una detonación y posteriores impactos sobre la pared y en la puerta del frente de su casa. “En principio me tiré al piso porque no sabía con qué me estaban tirando”, relató Lagraña a EL MIÉRCOLES. Enseguida escuchó cómo una moto partía raudamente. Se armó de coraje para asomarse y observar hacia afuera, visualizando a dos personas a bordo del vehículo, que por la oscuridad del lugar y los nervios lógicos del momento no pudo distinguir. “En un principio pensé que era una de 110 cc porque vi de golpe y salí corriendo para reconocerlos, pero como iban con casco fue imposible”. Para su suerte, el testimonio de un testigo ocular determinó que se trata de una moto tipo cross, dato que puede ser clave para la investigación policial.

Aún sin tener en claro lo que había pasado supuso que los impactos escuchados podrían ser de piedras, pero al mirar con detenimiento se encontró con perforaciones en la puerta, en el marco de ésta y en la pared, y los pedacitos de plomo de los perdigones diseminados en el piso.

Cuando tomó conciencia de lo que sucedió, llamó con urgencia a su hermano que se desempeña en la Prefectura local y en minutos llegaron unidades de esa fuerza. Luego arribaron patrulleros de la Policía de Entre Ríos.

Una dificultad es que en los alrededores hay escasa iluminación pública y casi ninguno de los vecinos tiene cámara

 

Momentos de la agresión a Lagraña, ni bien terminó el encuentro.Aquí recibe amenazas de muerte.

Planificado

Al otro día del hecho, el lunes 22 de abril, se encontró con un vecino del barrio, quien había observado todo: “Me dijo que eran dos muchachos en moto, que frenaron a la altura de mi casa, uno disparó y salieron acelerando. Era una moto cross”. A medida que se desarrollaba, el testimonio de su vecino dio mayores precisiones: “En el momento que arrancaron para el (barrio) 30 de Octubre, del lado contrario venía un auto en dirección a la (avenida) Balbín, descartaron la escopeta en el auto y siguieron para el lado del ‘30’”.

Esos datos son claves y confirman dos cosas concretas. Primero: los atacantes dispararon con una escopeta, con municiones múltiples que lanzan perdigones, son de las que se usan para cazar animales, ya que en un momento se especulaba con que fuese un arma casera tipo ‘tumbera’. Y segundo: fue evidentemente una acción deliberada, planificada, con mentalidad asesina, un hecho que escapa a una mera discusión deportiva o momento de calentura de un clásico (ver “Disturbios...”)

Tres imágenes de los disparos en la pared y en el marco de la puerta.

 

Disturbios y amenazas

Este ataque a la vivienda de Lagraña tiene sus orígenes en lo ocurrido el día anterior, en el clásico entre Parque Sur y Almagro jugado en el ‘Simón Luciano Plazaola’.

Los simpatizantes de Almagro ocuparon la Popular Sur y la platea de Atlético Uruguay; mientras que los de Parque estuvieron en la popular norte y la platea este.

Sin embargo, ningún fiscal intervino de oficio. Él sigue viviendo en el mismo lugar a pocas cuadras de distancia de donde viven sus agresores. ¿Qué esperan que ocurra? ¿que en la próxima afinen la puntería?

Todo comenzó en la previa, cuando una persona de Almagro ingresó al campo de juego a provocar a la tribuna adversaria. Enseguida ingresaron algunos sureños, pero fueron separados por los mismos arqueros de ambos planteles, que estaban haciendo el calentamiento previo.

Durante el partido no se registraron hechos de violencia, aunque unos 20 simpatizantes del Taíta estuvieron durante todo el segundo tiempo subidos al alambrado de la Popular asignada sin que el juez accionara para bajarlos. Del otro lado no se quedaban atrás y exhibían camisetas de Almagro en su poder, como trofeos de guerra.

En el tramo final del encuentro se armó una batalla campal entre jugadores, cuerpo técnico y parte de las parcialidades que se metieron al campo de juego.

Cuando terminó el partido, el jugador Gabriel Pérez, de Almagro, fue a increpar a Lagraña, volante sureño, y se desató un tumulto en el acceso a los vestuarios de Parque Sur. Allí, incluso lo amenazó y quedó registrado en el video: “¡Te voy a matar!”.

En esa ocasión hubo un intento de ingreso por parte de algunos hinchas de Almagro hacia los vestuarios, incluso abrieron el tejido divisorio y ahí fueron reprimidos por la Policía.

Finalmente, desde la popular de Almagro entraron a "buscar" a los de Parque Sur que estaban en la Este y se produjo un choque tirándose con lo que consiguiesen.

 

Disturbios en la cancha. (Video subido por una página a Almagro).

Amenazas de muerte

Ya hablando específicamente de lo sucedido en el encuentro, el docente y jugador del club del Puerto Viejo resaltó: “He tenido encontronazos en los partidos, pero son cosas que quedan ahí. No sé por qué se la agarraron conmigo al final. En ningún momento sobramos o provocamos. Recibí las amenazas de un par de jugadores de ellos y pensé que quedaba ahí. Me han amenazado miles de veces, pero después cruzan frente a mi casa, porque vivo cerca del barrio 30 de Octubre, y nos saludamos normalmente”.

Se avalanzaron a querer pegarme y zafé porque me cubrieron mis compañeros si no hubiese sido peor. Logré salir por el portón. Salí porque vi que la gente de ellos se metieron a la cancha, nadie entendió por qué fue el enojo, si el partido no dio para tanto”, remarcó desorientado.

Pese a la gravedad de lo ocurrido en la cancha, su denuncia fue por los disparos a su casa, no por las amenazas que recibió tras el partido, “no les di bola”, insistió sobre lo ocurrido en la cancha del barrio San Isidro.

Insistió que con esos jugadores no tuvo problemas antes, sólo roces de partido, pero en la denuncia que presentó citó los videos donde claramente lo amenazan. Incluso citó las frases intimidantes que le decían en la gresca: “Te vamos a matar cuando te encontremos en el barrio porque sabemos dónde vivís”. “Te vamos a tumbar de la moto y te vamos a pegar dos tiros’”.

De los jugadores que enfrentó el sábado, con algunos de ellos compartió plantel en su paso por Gimnasia.

Con la casaca de Parque Sur,el sábado 20 de abril, ante Almagro,antes que se desate la locura.(Facebook de L.L).

Se cruzó una raya”

Es la primera vez -y espero que sea la única-. La situación no fue linda, no entiendo como la práctica de un deporte tan lindo termina en una situación así”, se lamentó.

Hasta el momento del cierre de esta nota ningún dirigente de Almagro ni de la Liga lo llamaron para solidarizarse.

Si no hay una suspensión para quienes provocaron los incidentes me parece que es pan para hoy, hambre para mañana”, reflexionó sobre la decisión de la Liga local de fútbol de suspender la fecha durante el próximo fin de semana.

Se cruzó una raya. Uno juega porque le gusta, porque hace bien, no jugamos por una remuneración y si así fuera tampoco tiene que pasar. No voy a dejar de jugar por lo que me hicieron, voy a seguir. Si me toca enfrentarlos lo haré igual, sin problemas. Sí tomaré los recaudos de no exponerme tanto con la gente de ellos”, deslizó.

Lagraña está pensando en mudarse del barrio donde está alquilando desde menos de un año. Entre sus temores está el de tener que ir a dirigir con la cuarta división a la cancha de Almagro, que para esas categorías tiene habilitado su estadio en el aledaño barrio 30 de Octubre.

Aunque algunos abogados conocidos suyos se pusieron a su disposición, dijo que no tiene ganas de ir por el terreno legal. “No le quiero dar tanta importancia”, minimiza en diálogo con EL MIÉRCOLES. No obstante, pese a la gravedad de lo acontecido no recibe custodia policial.

¿Quién es Lagraña?

Leandro Lagraña es uno de los jugadores de la primera división de fútbol de Parque Sur. Llegó a Concepción del Uruguay proveniente de Paso de los Libres (Corrientes) hace poco más de 15 años para cursar el Profesorado de Educación Física en la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU). Aquí encontró su lugar en el mundo.

Mientras estudiaba quiso el destino que conociera allí a jugadores de Gimnasia que integraban el plantel de primera división. Lo invitaron a sumarse y terminó ganándose un lugar en el plantel. Luego se fue a jugar a Campito, en la Liga de Colón. Tuvo una etapa jugando en el Federal B con Atlético Uruguay. Luego fue convocado por Hernán Orcellet cuando tomó las riendas del Depro. Allí, en el club de Pronunciamiento fue parte de todos los ascensos. En el interín, fue a terminar la carrera universitaria en Gimnasia y Esgrima de la Ciudad de Buenos Aires (GEBA). Cuando concluyó volvió al Depro hasta 2022. Luego tuvo un paso por el Agrario Rocamora, y ya cumpliendo su rol de preparador físico, participó como colaborador del cuerpo técnico de Gimnasia en el Federal A con Orcellet de técnico en el año 2022, ”era ayudante del Vasco (Ismael Basconcel), tomaba la responsabilidad cuando él no podía ir a los entrenamientos porque estaba en las escuelas o en la Universidad. Incluso viajé con el plantel en una ocasión”, recordó.

Además de trabajar Parque Sur, lo hace en el secundario del Colegio Manuel Belgrano y un tiempo atrás se desempeñó en unas horas en la escuela Urquiza como suplente.

Los videos que se reproducen en esta nota muestran situaciones de violencia física y verbal tras un partido de fútbol, tema que algunos lo quieren enmarcar en “el folklore”.

Pero como dijo el mismo Lagraña, se cruzó una raya. Las imágenes de las amenazas y de los disparos fueron reproducidas en algunos medios. Sin embargo, ningún fiscal intervino de oficio. Él sigue viviendo en el mismo lugar a pocas cuadras de distancia de donde viven sus agresores. ¿Qué esperan que ocurra? ¿que en la próxima afinen la puntería?

 

 

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