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LA PANDEMIA Y LOS ENTRERRIANOS POR EL MUNDO (II)

Coronavirus: el relato de la pareja entrerriana que esquivó el bloqueo italiano

Estaban en Roma cuando se enteraron que el país sería bloqueado y se fueron a Inglaterra, donde los controles eran más laxos entonces (esta entrevista se hizo el viernes pasado). Contaron cómo se vive en Italia y en Inglaterra. No minimizan la pandemia, pero creen, a pesar de sus temores, que hay una mayor paranoia en Argentina, sobre todo en los medios. Piensan regresar a Argentina en 2021.

 

En el motorhome donde "viven" y recorren ciudades.

 

Por JORGE RUBÉN DÍAZ de EL MIÉRCOLES DIGITAL

Ver también: Cómo se vive la pandemia en el resto del mundo, en primera persona

Esta historia la cuenta el joven matrimonio compuesto por la abogada uruguayense Agustina Poerio y el licenciado en Comunicación paranaense Juan Alzamendi. Hace un año emprendieron la aventura de recorrer ciudades europeas. Dejaron sus trabajos, vendieron todo lo material que tenían, compraron un motorhome y empezaron a llevar una vida nómade. “Básicamente con lo puesto”, recorrieron Barcelona, Roma, llegaron hasta Eslovenia y Croacia. El invierno los encontró en el sur italiano y se quedaron porque en la nieve es difícil moverse con ese vehículo. Además, aprovecharon para trabajar y hacerse de algo de dinero: “Conseguimos trabajo en unos olivares que fue otra aventura, no teníamos idea de ese trabajo en campaña y nos dimos maña”, contó Juan.

 

DE ROMA A INGLATERRA A LAS APURADAS

El 9 de marzo estaban por emprender otro recorrido por varias ciudades en compañía de dos matrimonios amigos que viajaron desde Argentina en los primeros días de este mes. Con ellos querían pasear por Roma, Londres y París, terminando el periplo el 25 de marzo porque debían volver a Italia para presentarse a trabajar, mientras sus amigos (vía Madrid)regresaban a Argentina. Nada de eso ocurrió porque estalló todo: “Nuestros amigos llegaron a Roma y a las cinco horas nos llegó la noticia de que se bloqueaba el país, por lo que decidimos levantar campamento e irnos a Inglaterra”, relató Juan.

“Nuestros amigos llegaron a las 18", recordó Agustina. "Tomamos unos mates, fuimos al supermercado, cenamos y nos empezaron a llegar mensajes de conocidos que viven en el sur de Italia, que sabían que estábamos con plan de viajar. Todos muy preocupados por la situación. Nosotros no entendíamos nada. Imagínate, ¡estábamos en otra! Prendimos la tele y nos enteramos del decreto. Nos queríamos morir. Nuestros amigos habían llegado a Roma hacia muy pocas horas. Todavía ni siquiera habían desarmado las valijas. No sabíamos qué hacer ni cómo era la situación real. Porque el decreto anunciaba que la restricción de aislamiento del norte, se hacía extensiva a toda Italia. Pero no decían a partir de cuándo. Ni cómo iba a operar, nada”.

Ante tamaña situación fueron expeditivos: “No lo pensamos demasiado: juntamos los platos, agarramos las valijas, llamamos un Uber y salimos al aeropuerto. Decidimos tomar el primer avión que saliera, con todos los nervios y miedos del mundo, incertidumbres y lo que te puedas imaginar”, confesó. “Teníamos miedo de que nos quedáramos hasta el 3 de abril en Roma. Imagínate que los chicos tienen vuelo de vuelta a Argentina el 28 de marzo. No daba quedarse. Encima la restricción no es sólo de traslado, sino que también abarca la circulación por espacios públicos. Olvidate de salir a pasear”, agregó.

 

"Nuestro viaje no termina acá. O no debería. Queremos saber si podemos seguir viajando. No es fácil, no queremos ser para nada irresponsables". (Agustina).

 

“De camino al aeropuerto, veíamos cómo las calles de acceso a Roma se iban cerrando. Llegaba la Policía, el Ejército, todo. El chofer del Uber nos decía que si llegábamos al aeropuerto y no podíamos tomarnos ningún vuelo, probablemente no podíamos volver a Roma tampoco. Habíamos pagado varias noches en Roma de alojamiento que estábamos literalmente tirando. Estábamos desesperados, muy nerviosos. Finalmente llegamos al aeropuerto y estaba cerrado. Estuvimos desde las 12 de la noche hasta las 4 de la mañana haciendo cola afuera del aeropuerto, esperando que abriera. Pleno invierno, muertos de frío y de nervios”, continuó Agustina.

Tras la apertura del aeropuerto, se sorprendieron de que no tuvieron mayores inconvenientes para subir a un avión con destino a la capital inglesa. Lo tomaron a las 6.30. “Salimos sin ningún tipo de control más allá de los migratorios habituales. Llegamos a Londres, teníamos mucho miedo que nos pusieran en cuarentena al llegar. Pero, por suerte, no ocurrió”, indicó la joven.

 

Una de las tiendas "vacías" de Italia.

 

“YA ESTAMOS EN EL BAILE”

Al margen de este periplo de 'escape', ¿cómo la están pasando?

J.: Te aclaro que no nos escapamos de Italia, aceleramos la decisión de irnos antes que llegue esa medida, pero nunca habíamos estado en el norte.

A.: Lo primero que se me viene a la cabeza, te diría con mucha incertidumbre, bastantes nervios. La verdad, es muy difícil abstraerse de lo que está pasando. Uno trata de pensar en positivo y disfrutar. Digo: “Ya estamos en el baile, bailemos de la mejor manera”, ¿no? Y ya que estamos acá, tratemos de disfrutar. Pero resulta muy difícil, estamos todo el tiempo mirando las noticias, siguiendo minuto a minuto lo que está pasando en Europa y tratando de adivinar cómo nos afecta esto. Nuestro viaje no termina acá. O no debería. Queremos saber si podemos seguir viajando. No es fácil, no queremos ser para nada irresponsables. Sabemos que es una cuestión de salud pública y que hay mucho en juego. Pero también nosotros y nuestros amigos argentinos que vinieron se están jugando mucho con el viaje, lógicamente. Tenían el viaje programado hace mucho y al momento de salir de Argentina, la situación no estaba tan complicada, por lo que las aerolíneas todavía no permitían el reembolso. Imaginate la pérdida económica que implicaba cancelar. Decirte que la estamos pasando mal sería mentirte, no consideramos que se nos arruinó el viaje, pero sí puedo decirte que nos afectó y mucho. Primero, económicamente tuvo una repercusión muy grande, todas las decisiones y medidas que tomamos para evitar el bloqueo no son gratis. Además, los ánimos están bastante caídos en el grupo, estamos muy preocupados tanto por el contagio de la enfermedad, como por los bloqueos y aislamientos. El miedo latente de quedar en cuarentena en cualquier momento, en cualquier lugar, siempre está. Eso, obviamente, no permite relajarte, te obliga a tener la cabeza en eso todo el tiempo y estar pensando siempre un Plan B, en caso de que nos tengamos que quedar en cuarenta por acá o si nos cierran las fronteras de nuestro próximo destino.

 

En Londres.

 

LAS DIFERENCIAS ENTRE ITALIA E INGLATERRA

¿Qué medidas de seguridad están tomando los países a los que fueron?

A.: Te cuento un poco de la situación previa al aislamiento total, como residentes italianos (N. de la R: ella tiene la ciudadanía italiana por su ascendencia): “En un principio la región donde vivíamos estaba, o parecía, completamente ajena al Coronavirus. Hacía tiempo que el norte de Italia era zona roja de Covid-19. Mientras que el sur hacía su vida casi tranquilamente: hasta el 7 de marzo había sólo tres casos. Estaban decretándose algunas medidas para frenar el avance del virus, algunas dirigidas a todo el país, como la suspensión de algunos eventos deportivos o de toda índole que sucedieran en espacios cerrados; suspensión de clases en escuelas y universidades, etcétera, y otros más restrictivos dirigidos sólo al norte del país, como los decretos que disponían la distancia mínima entre personas para bares y restaurantes, cierre de gimnasios o gabinetes estéticos, etcétera. La noche que tomamos el tren con Juan para ir a Roma nos enteramos de la primera medida fuerte que se tomaba en Italia: el bloqueo, aislamiento total y absoluto del norte de Italia. Dieciséis millones de personas aisladas, imposibilidad de traslados ni siquiera de una ciudad a otra, restricción de circulación incluso en las calles y espacios públicos. La verdad es que cuando escuchamos eso nos asustamos. Nos pareció una medida extrema y que podía hacerte suponer que la situación estaba tornándose  crítica. Pero, honestamente, nos pareció una medida que incluso nos podía beneficiar a los restantes residentes italianos, porque antes de que bloqueen el norte, el tráfico aéreo ya estaba restringido en esa zona (no salían aviones) pero el problema que teníamos es que si te tomabas un avión desde Roma, sin bloqueos ni restricciones pero junto con vos se subía un pasajero que era residente de la zona roja y se había ido hasta Roma para tomarse el vuelo, todos los pasajeros quedaban en aislamiento por estar en contacto con un pasajero de la zona de riesgo. Por eso la vimos como positiva. Dijimos: “Genial, nos garantizamos que no vamos a tener contacto con nadie de la zona 1”. Además, esa medida de aislamiento se aplicaba bajo pena de cárcel. Parecía infalible. Una vez en Inglaterra, la situación es completamente diferente. Acá no parecía haber ningún tipo de paranoia. No se ven carteles alusivos al Coronavirus. Tampoco hay impedimento de concurrir a espacios cerrados o con mucha gente. Nada de nada.

 

"Estuvimos viendo los medios italianos un poco en su momento. Lo manejan como un tema central pero no con sensacionalismo, notas de color por ahí, pero bastante razonable. Los británicos, según pude ver en los periódicos gratuitos que están en los metros y en la calle, van informando de lo que pasa sin sensacionalismo". (Juan).

 

J.: Cuando íbamos en avión teníamos incertidumbre porque sabíamos que hubo aviones que directamente los pusieron en cuarentena porque venían de la 'zona roja'. Afortunadamente, no tuvimos ningún problema, nadie nos preguntó nada. Eso nos pareció raro, sólo vimos letreros que decían que si habías estado en las provincias del norte de Italia debías informarlo, pero nada más.

A.: Para contarte alguna medida que sí llegamos a ver en Italia es la que aplicaban los supermercados, por ejemplo, que entraban no más de diez personas por vez. Había que esperar afuera. De igual manera las oficinas públicas y demás. Acá, en Inglaterra no se ve nada de eso.

J.: La gente en el sur de Italia hace caso con tranquilidad, no hay psicosis generalizada, ni nada. Muy responsable, evitando andar por los lugares concurridos.

 

¿Qué van hacer en un mediano plazo?

J.: Estuvimos paseando y viendo información, hablando con las aerolíneas, viendo qué podíamos hacer. Tenemos la posibilidad de reprogramar nuestro vuelo hacia Italia el 1º de abril pero tenemos entendido que Italia está cerrada hasta el 3 de abril. Volvemos por cuestiones laborales, deberían permitirnos ingresar, pero todavía no tenemos contrato laboral porque lo firmaremos al llegar. No sabemos qué vamos hacer. Volveremos a Italia, calculo que a principios de abril, tenemos que ver qué pasará con su situación sanitaria. Pensamos ir a París en colectivo y de allí a Barcelona, que hasta ahora no hay problemas de nada, y después nuestros amigos quieren a Madrid, así que tenemos que ver qué dicen las autoridades, si es recomendable.

 

"Cuando llegamos a Londres nadie nos preguntó nada. Eso nos pareció raro, sólo vimos letreros que decían que 'si habías estado en las provincias del norte de Italia debías informarlo', pero nada más" (Juan).

 

A.: Nosotros, en lo personal, nos tomamos bastante en serio el tema. Mantenemos rutina de higiene de manos constantes. Cada uno tiene todo el tiempo su alcohol en gel encima y nos limpiamos varias veces. Tratamos de no tocarnos la cara con las manos, no compartir cubiertos ni nada y sobre todo no tocamos nada. Nivel extremo. Ninguna puerta, objeto. Nada de nada. Tenemos guantes, servilletas, hacemos todo lo posible para evitar el contacto. También evitamos los lugares excesivamente concurridos. Aún acá, en Inglaterra, que no se ve aplicar ningún protocolo. A diferencia de Italia, donde tengo familiares directos en el sur, directamente no se puede salir a la calle, para hacerlo hay que tener un certificado, incluso si no lo justificás te pueden desde multar hasta secuestrarte el auto.

 

Roma, vía del Corso. Una de las calles principales.

 

“NO SOMOS IRRESPONSABLES”

Contó Agustina que en redes sociales tanta ella como su pareja fueron tratados de irresponsables o faltos de conciencia social: “No es así, en ningún momento se nos dictó la cuarentena o la autocuarentena. Cuando estábamos en el sur no habían indicado nada. Cuando fuimos a Roma tampoco existía y cuando nos fuimos de Italia la medida aún no estaba aplicada, no violamos ninguna medida. Si fuese a la Argentina tendría que autoaislarme por el sólo hecho de haber estado en Europa”.

-¿Qué les dicen sus familiares desde la Argentina?

A.: Tratamos de llevar mucha tranquilidad pero sin dejar de transmitir el realismo. Entiendo que hay más paranoia en Argentina que la que se ve acá. En Italia la vida cotidiana está hiperafectada y no he visto a nadie quejarse. Lo que sí, obedecen y respetan. En Roma las calles estaban completamente vacías y los únicos que andábamos éramos turistas. En Argentina la situación se vive mucho más influenciada por los medios.

J.: Lo que nos dicen desde la Argentina es variopinto. Mi mamá me decía que era una locura ir "¿Por qué no se quedan?”, Y les insistíamos que no íbamos mucho a lugares donde había casos preocupantes, y que no íbamos a ponernos en situaciones de riesgos. Otros, más que recomendaciones nos preguntan. Vemos que hay poca información en Argentina, que cuando se dio la información es “se cierra Italia, ¿qué pasaba?”. Entiendo de que era para generar un poco el efecto que lograron con nosotros, que nos podíamos ir y nos fuimos.

¿Se sienten verdaderamente preocupados ustedes?

J.: No estamos preocupados. No sé si porque no somos conscientes de la dimensión o porque en los lugares donde nos movimos no hubo grandes problemas. Roma estaba super tranquila, muy poca gente, estuvimos por la calle principal, los negocios vacíos, en una tienda estábamos sólo nosotros dos en un solo piso. Pero todo tranquilo, nada de que se venía el fin del mundo. Sí con muchos cuidados en la gente, de lavarse las manos, con actitud responsable. En Inglaterra no vimos nada. Vimos memes en Argentina de que “acá no se hacen controles de nada”. Sólo carteles de que en los baños públicos te laves las manos durante 20 segundos, recomendaciones de ese tipo.

SIN XENOFOBIAS, SIN SENSACIONALISMO MEDIÁTICO

¿Han notado algún tipo de xenofobia de los europeos en referencia hacia los asiáticos sobre todo? Porque en China puntualmente empezó todo.

J.: No, no, para nada, sólo vimos un caso muy loco de un vago que bardeó a un chino en un bar y otro en un supermercado, pero era muy gracioso porque el chino hace diez años que vive en Italia y el otro era un filipino que hace un montón de tiempo vive ahí, pero fueron casos aislados. Acá los chinos tienen negocios de ropa, de cosas de cocina, de limpieza, ferretería, libros, de todo, algunos muy grandes. A esos los vimos vacíos y a 500 metros un centro comercial lleno de gente. No tiene sentido ni lógica, así que, evidentemente, alguna reacción por el origen de las personas tiene que ver. Aunque eso era en el sur de Italia, que es más primitivo si se quiere, una región bastante más atrasada en casi todos los sentidos. No fue de agresión, fue casi inconsciente.

Los medios de comunicación ¿cómo manejan el tema del coronavirus, hay sensacionalismo? Y la gente de ahí que conocen, ¿cómo se manejan con el tema en las redes sociales?

J.: Los medios no, estuvimos viendo los italianos un poco en su momento. Lo manejan como un tema central pero no con sensacionalismo, notas de color por ahí, pero bastante razonable. Los británicos, según pude ver en los periódicos gratuitos que están en los metros y en la calle, van informando de lo que pasa sin sensacionalismo. Y de redes sociales, aunque suene raro, más allá de lo que subimos nosotros y compartimos después Facebook, que es el que más opinión tiene, o Twitter, no quiero saber la opinión de la gente en redes sociales. Hemos visto que han compartido cualquier cosa, pero creo que en todos lados es así.

¿Tienen pensado regresar a la Argentina?

J.: No. No quiere decir que no lo hagamos en algún momento. Iremos seguramente el año que viene, pero de visita, algunos meses y después volver. También tenemos claro que no nos quedaremos en Italia, particularmente por una serie de trámites. Yo no soy ciudadano, tengo que renovar el visado. La primera vez me la dieron por un año y después será por cinco años, y ahí tendré mayor libertad para moverme. Ahí veremos cómo nos organizamos. La idea es trabajar una parte del año y la otra viajar, siempre estar en movimiento. Ya sea en motorhome, en mochila o como sea. Hemos ido cambiando los planes.

 

Por mayor información y tranquilidad a los vecinos de la comunidad, ingresar y buscar información en los siguientes números telefónicos y sitios oficiales:

 

Hacer click en MINISTERIO DE SALUD DE ENTRE RÍOS

 

O llamar en Concepción del Uruguay al:

 

 

 

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