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TESTIMONIOS: EL RECUERDO DE CHELA CHAPPUIS

A treinta años de su desaparición física, algunos testimonios sobre la filósofa y educadora uruguayense. Estos testimonios son un recuadro complementario de la nota central sobre ella, que se puede leer haciendo click aquí: Chela Chappuis: a treinta años de su desaparición fisica.

 

Por A.S.de EL MIÉRCOLES DIGITAL

 

A treinta años de la desaparición física de la profesora Juana Alicia Angió de Chappuis, compartimos algunos de los testimonios sobre esta filósofa y educadora uruguayense, que la evocan desde distintas miradas: ex alumnos y alumnas que la recuerdan en el aula, pero también en su rol directivo, y una faceta menos conocida: su decidido impulso a la democratización de la educación superior. Aunque no pudo ejercerlo, Chela fue la primera rectora elegida por el voto universal de la comunidad educativa de la Escuela Normal. Estos testimonios son un recuadro complementario de la nota central sobre ella, que se puede leer haciendo click aquí: Chela Chappuis: a treinta años de su desaparición fisica.

Profesor Daniel Carbone

Daniel Carbone, profesor de Filosofía

“Tengo los mejores recuerdos de Chela: gracias a ella aprendí a amar a la ética como disciplina filosófica y fue mi intención –y por suerte lo pude lograr– ser profesor de ética. La inspiradora fue Chela.

Era una persona muy afectuosa, muy dada para atender los cuestionamientos, las preguntas, las inquietudes que teníamos como estudiantes.

Tenía un humor muy especial: la recuerdo que llegaba a la clase, se sentaba ante el escritorio, en invierno miraba hacia las ventanas y hacia la puerta del aula y decía: ‘Cada vez que me siento acá creo que me voy a morir de frío’. ¡Y se mataba de risa!

Era muy inspiradora: sus clases me capturaban. La forma en que hilvanaba el discurso hacía que yo le prestara toda la atención. La manera en que armaba su discurso, la estructura de su razonamiento, era muy amena. Hacía la clase llevadera a pesar de que ella no se movía, se quedaba sentadita.

Tengo un muy buen recuerdo de ella como persona y como profesora”.

Gustavo Sirota, profesor de Historia

Profesor Gustavo Sirota.

El profesor Sirota fue por entonces presidente del Centro de Estudiantes del Profesorado. No la tuvo como profesora, pero mantuvo una cercana relación institucional. Así recuerda un episodio muy significativo de aquellos años:

“Yo no tuve la suerte de disfrutarla como profesora, pero recuerdo el reconocimiento académico e intelectual que tenía de parte de sus alumnos. Y la recuerdo como rectora con varias cosas que hablan muy bien de ella: una, cuando a cargo de la rectoría de la Escuela, posibilitó la participación de los estudiantes en el Consejo Consultivo. Había un docente por cada carrera, y allí nos insertamos en representación de los estudiantes, algo que en ese momento, 1986-1987, fuimos uno de los pocos institutos de educación superior del país donde existió una apertura de ese calibre.

“El otro recuerdo es cuando Ovide Menin, quien estaba en ese momento a cargo de la Dirección Nacional de Educación Superior, viene a nuestra escuela y lleva adelante la que fue la primera experiencia democrática en institutos superiores de todo el país: la elección democrática de las autoridades. Nosotros desde el Centro de Estudiantes propusimos que las autoridades del Profesorado fueran electas directamente por el voto de toda la comunidad educativa, mayoritariamente por los estudiantes. No por claustro, sino todos en un mismo padrón, docentes, estudiantes y egresados, todos votando a los consejeros. Algo que incluso hoy, no existe en ninguna institución educativa.

“Esa elección se realizó y fueron elegidas Chela, y la recordada Ethel Bekenstein como vice, que fueron nuestras candidatas. Me acuerdo incluso de los editoriales de aquel momento del pasquín local La Calle, escritos por el inefable Diego Young –que era docente en el Profesorado– repudiando esas elecciones y acusando a Ovide Menin de su pertenencia a la izquierda y de sus inclinaciones sexuales… Un escándalo para aquella época, sin duda… Y a las autoridades democráticas de ese momento, los amigos radicales, les pareció que era demasiado y decidieron mandar la intervención, aunque le llamaron ‘normalización’.

“Para terminar, me gustaría destacar que con ella las puertas de la rectoría estaban siempre abiertas para nosotros como estudiantes. Creo que esas cosas hablan, sobre todo, de la apertura de Chela, en un momento diferente al de hoy, en la época de transición del regreso de la democracia”.

Graciela Velasquez, profesora de Filosofía

Profesora Graciela Velasquez.

“La recuerdo con nitidez entrando al aula del Profesorado, segundo año Historia de la Filosofía Moderna. Llegaba a clase con el paso apurado, como escapándose de las tareas de la rectoría de la Escuela Normal. No eran momentos fáciles, muchos cambios en la formación docente, nuevos regímenes académicos, el surgimiento de los institutos formadores, las demandas de una nueva organización pedagógica. El país se convulsionaba con una feroz hiperinflación y, en educación, un paro de los más largos atravesaba el calendario académico”.

“Adentro del aula la realidad se ponía en espera. Traía con pasión el Renacimiento, aparecía la razón y el pensamiento como un desafío ético de los hombre de una época. Tengo presente con la fuerza que enseñaba a Giordano Bruno y las nuevas formas de racionalidad. Hoy a la distancia, recupero la capacidad de intertextualidad que ponía en sus clases. Para hacerlo más simple, nos hacía leer Descartes y Sábato y encontrar en ellos los puntos de conexión, las formas de comprender la actualidad con los ojos de la modernidad.

“Fue una de las maestras que nos insistió en la necesidad de profundizar nuestros estudios. Fue una profesora “de la vieja escuela”, formal y académica, pero cercana y preocupada por sus alumnos. Así la recuerdo”.

Gabriel Pérez, profesor de Historia

Profesor Gabriel Pérez.

Juana Alicia Angió de Chappuis – Vicerrectora’, reza el sello que aclara la elegante y florida firma estampada sobre el solemne título de bachiller impreso en la Casa de la Moneda con marca de agua incluida. La Señora de Chappuis, la Chela. Piel cetrina, cabellos cortos muy blancos y a veces azulados. Aunque tenía cargo de Vicerrectora muchas veces se la encontraba en el despacho del Rector cubriendo las largas licencias del titular.

“Tuve el gusto de tenerla como vicerrectora/rectora en los últimos años de la secundaria y los primeros del profesorado. Era una persona abierta en tiempos de profesores distantes. Una autoridad de esas que no le hacían asco al trabajo y hoy hacía horarios como mañana recorría las galerías controlando, con su sola presencia, el orden escolar.

“La recuerdo dando los buenos días por las mañanas al izar la bandera. La recuerdo hierática, sentada en el fondo durante las clases modelo. La recuerdo retándome. Las manos apoyadas en el escritorio de pie y diciéndome ‘¡Gabriel! ¿Qué voy a hacer con vos? ¡Gabriel!’ Con toda la razón del mundo porque le habíamos hecho la clase imposible a una practicante… y yo era el líder de la banda.

“La recuerdo en los pasillos del profesorado. En su despacho de vice o de rectora. En las extensas reuniones del Consejo Consultivo. Siempre dialogando, siempre abierta a la negociación, siempre tratando de comprendernos.

“La recuerdo el 6 de diciembre de 1985 cuando en el discurso de despedida trajo a colación (o a la colación) las metáforas de aquella película magistral de Federico Fellini: Ensayo de Orquesta.

“Supo ser campechana sin ser vulgar. Cercana a los alumnos. Rigurosa en sus enseñanzas y lecciones. Risueña. Agradable. Una autoridad que no daba miedo. Algo que no era poco a mediados de los 80.

“Recuerdo haberla visitado una vez ya enferma. Nos recibió amable a Martín y a mí, y charlamos un rato de bueyes perdidos. La recuerdo con mucho cariño. Como a esos docentes que supieron hacer escuela y supieron amar a La Escuela. La Señora de Chappuis, La Chela”.

 

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