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Betina Bonnin: “Correr es un círculo virtuoso que te permite progresar”

Desde hace más de una década el running es cada vez más popular. Por eso, El Miércoles Digital entrevistó a una uruguayense adoptiva que hizo sus primeros 5 km hace diez años y ahora sueña con pruebas de hasta 250 en pleno desierto: Betina Bonnin cuenta cómo hace para trabajar, tener una familia y correr cientos de kilómetros.

 

Entrevista: JORGE RUBÉN DÍAZ

Bonnín es una mujer que vive de su actividad profesional pero que adaptó su forma de vida al running en sus diversas distancias o modalidades. Comenzó a entrenar  “a veces” en el 2007, aunque la primera carrera fue el Maratón de la Playa en la distancia de 5 km recién al año siguiente. Su segunda carrera la misma competencia, pero recién en 2011, esta vez en 10 km, tras un entrenamiento continuo. Desde entonces corrió mucha agua bajo el puente, o al menos muchos km bajo sus suelas.

Empezó de grande, cuando ya habían nacido sus hijos por el solo hecho de “verse mejor”, pero pronto descubrió los beneficios de correr, donde los logros y metas deportivas son “sólo caminos” y no objetivos finales. Se reconoce en las referentes mexicanas Tere Derbez-Zacher  y Bety Camiade, y la chilena  Marlene Flores. Las tres atletas son mayores de 45 años con grandes logros. Progresivamente fue avanzando. Entre 2011 y la actualidad participó en carreras locales, la Provincia, y en diferentes puntos del país como Jujuy, Salta, Neuquén, Catamarca, Córdoba, Misiones, Buenos Aires,  y también en la República Oriental del Uruguay.

 

BETINA

Tiene  46 años, nació el 7 de marzo de 1972 en Pronunciamiento, vivió en 1º de Mayo, de segundo hasta sexto grado estuvo interna en un colegio de Colón, “desde séptimo grado en adelante vinimos a vivir en Concepción del Uruguay”. Hizo el último grado de la escuela y todo el secundario en el Sagrado Corazón. La etapa universitaria fue en la UCU, durante seis años. Tiene dos hijos: Clara, de 20 años, y Franco, de 12. Arquitecta y Magíster en Administración y Dirección de Empresas y Negocios. Tiene su propio estudio profesional y también trabaja en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, dependiente de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU).

“En 2005 empecé la Maestría. Trabajaba en Ciencias Económicas desde que empecé en la Facultad como becada, después fui empleada. Fui a la UCU durante 20 años todos los días, incluso los sábados. Por eso representar a la UCU para mí es importante, porque nunca perdí la relación. Cuando me cambié a Arquitectura en el 2011 fue sólo dos veces a la semana”, detalló.

¿Si no te becaban no podías estudiar?

No, tenía que dejar la carrera. Estaba entrando en cuarto año cuando empecé como becada. Desde 1994 fui empleada efectiva.

Tus padres son gente que vivió siempre en el campo.

Mi papá era más bien empresario, tenía granjas integradas de pollos. Pedimos la beca cuando la actividad avícola empezó a caer en una de las cíclicas crisis que tenía la avicultura, un año ganabas, tres perdías, y así.

 Nunca fue predecible.

No, lo predecible es que era cíclico. En un momento por un juicio laboral directamente fue a la quiebra. Mis padres eran conocidos del entonces rector, Roberto Perinotto, por la actividad avícola. Accedió y empecé a trabajar. Ahí empezó el hábito de hacer varias actividades a la vez: de mañana venía como becada, de tarde cursaba y de noche trabajaba en Ciencias Económicas también. En el primer trabajo que tuve en un estudio iba a las 6 de la mañana en verano. Así que eso de repartirse los horarios es una costumbre. Pero era movido por una necesidad, en cambio ahora es más una elección. Me recibí y seguí trabajando en la UCU cinco horas todos los días. En el 97 nació Clara (su hija mayor).

"Los que corremos sabemos que muchas veces no pensamos en nada"

EMPEZAR DE A POCO

Sus inicios y entrenamientos fueron esporádicos: “No lo hacía como hábito”, explicó.

 ¿Pero habías hecho otro deporte?

Nunca lo había hecho de manera competitiva, sólo para mantener la línea. Pero siempre digo que las desventajas que uno tiene muchas veces te ayudan a mejorar, porque siempre la mujer que tiene tendencia a engordar, como yo, me llevó a que toda la vida hiciera algún tipo de actividad pero no de una forma tan metódica como lo hice después. Creo que la mayoría de los que empiezan lo hacen por una casualidad. En el 2008 era amiga de Javier Almirón, que tenía un ciber, y cuando pasaba para ir a mi casa lo hacía por el frente de su negocio, me decía porque no me anotaba para el Maratón de la Playa, en esa época siquiera trotaba, andaba en bici o salía a caminar. Pero para hacer los 5  esos empecé a entrenar. La sufrí muchísimo, serían como 100 ahora más o menos. Hacía mucho calor. Sin embargo, después de eso no empecé a tomarlo como hábito. Si bien me gustó y fue mi primera medalla, no alcanzó para engancharme. Empecé a practicar de manera más habitual en el momento que dejé de fumar. Me fumaba un paquete por día. Desde los 18 años lo hacía. Los interrumpí en mis dos embarazos, pero al año o dos volvía con todo. Debido a la necesidad de mantener la línea que siempre tuve más la ansiedad de querer fumar fue que empecé a entrenar más seguido. Y después, cuando te integrás a un grupo vas hablando del tema, cada vez te enganchás más. En esos momentos no había grupos, aún “L@s Lokit@s que corren” no habían empezado, nosotros más nos habíamos unido con un grupo de Colón. La primera carrera larga que corrí fue en la localidad de 1º de Mayo, fueron 10. Con ese grupo de Colón fuimos a varias partes a correr, lo que era una novedad, a diferencia de ahora que casi todos los fines de semana hay tres opciones.

Carrera de Yaboty. Foto de Germán Reula.

Eran los inicios del furor del running...

Sí, claro. No de las maratones en asfalto que siempre estuvieron con más o menos auges, pero de ese tipo de carreras eran las primeras. Han evolucionado: en principio eran con 300 corredores tal vez  y ahora, por ejemplo, en Yaboty (Misiones) son 1500, y su organización cambió a esa escala también: tienen autos, camiones, camionetas.

No deja de ser un negocio.

Claro, pero eso es algo que hay que destacar, la gente dice “es un negocio” como si fuese algo malo y en realidad...

Es necesario.

Lo ve malo aquel que nunca organizó una carrera. Hoy en día hacerlo implica un montón de dinero. Muchas veces lo que se le brinda al corredor no es acorde al monto que paga. Claudia González, una compañera de equipo, corrió en una carrera donde pagó siete mil pesos de inscripción que es autosuficiencia y autoevacuación, en cien kilómetros no tuvo ni un solo puesto de nada en todo el transcurso de la carrera, lo único que te brindan es que la carrera pasa por determinados puestos de lugares donde podés comprar cosas. La premiación es un vidrio que le dan a los tres primeros que van llegando, la única diferencia es que al primero que llega le dan una botella de champagne, y  al ser autoevacuación nadie te buscará si te accidentás. Son cosas que entendemos ya como excesivas. También lo son las que tienen puestos cada dos kilómetros, es mucho porque dejan de ser de aventuras. Pero bueno, la gente lo va pidiendo así, cada vez participan más que tal vez no tengan tanto espíritu de sacrificio como teníamos al principio, que cada 10 haya agua; ahora los requisitos son cada vez mayores, la gente se mal acostumbró; están los dos extremos que el organizador gradúa de acuerdo al público que tiene. Participa cada vez más gente porque lo ven cada vez más fácil, son cada vez menos agresivas.

 

EL ENTRENAMIENTO Y LOS CAMBIOS EN LA VIDA

“El entrenamiento es algo básico, pero hay gente que no lo toma de esa manera y tal vez la caminan. Muchos lo toman como la posibilidad de hacer una práctica deportiva al aire libre y controlados, acompañados, porque por más que quedes último la organización te brinda el acompañante, es como la escoba del rally, bueno en el cross es así. En definitiva, tanto para el que compite como para el que lo hace recreativamente, te obliga mucho más a cuidarte en la salud de lo que lo hacías antes. El deporte lo que hace es alejarte de cualquier tipo de adicción. Los jóvenes, por lo general, arrancan mucho más competitivamente de lo que lo hace uno de grande. Siempre te obliga a ordenar la vida, a realizarte controles médicos... Más ahora, tras las circunstancias que llevaron a la muerte a tantos corredores”, agrega.

 

Y esas mejoras no son sólo físicas.

El que participa siempre tendrá una mejora en la salud, tanto física como mental. Tendrá grupos de contención donde relacionarse, tendrá más actividad social, se organizan más viajes. Además de la superación, porque si sos el último en la próxima vas a querer mejorar, así pienses que nunca vas a ganar o siquiera estar en un podio, no importa, siempre vas a querer mejorar y eso no se manifiesta sólo en la vida deportiva sino en la vida que uno tiene.

¿Qué cambió de tu vida cotidiana al empezar a correr?

Lo que más potencia es la confianza en uno mismo. Te permite ponerte determinadas metas y, a la vez que las cumplís, te pones otras más elevadas y la vas a cumplir, así sucesivamente, no sólo en las carreras, sino en la vida. Te permite ver que no todo es imposible, si me hubiesen dicho cuando empecé que iba a poder ganar carreras, por supuesto que iba a pensar que era imposible. El proceso no es sólo físico, sino mental,  vas incorporando cada vez más confianza. Te permite pensarlo y entrenás para que sea así, es un círculo virtuoso que te permite progresar. Siempre digo que el que empieza excedido de peso y tiene poca autoestima empieza caminando rápido, luego corriendo y terminando carreras, va adquiriendo cierta confianza que te permite avanzar en esas dificultades. Eso mismo vas volcando con tu familia. Hoy puedo tener un nivel de vida que puede tener cualquier profesional del deporte con respecto a la alimentación, al descanso. Algunos lo ven como una total falta de libertad, que no salgo, que no me quiero acostar tarde, no quiero comer determinada cosa, y para mí es todo lo contrario, toda esa vida, la rigurosidad, me permite estar equilibrada.

 

Seguramente lo ven como “desequilibrio”.

Hay gente que lo ve como un desequilibrio, en cambio yo no. Cualquier día que salgo, que como algo no debo, me siento desequilibrada, pero bueno, eso depende mucho de cada persona. Tengo claro cuáles son los objetivos, son las cosas que te permite el deporte: planificar objetivos. El mío puede ser ganar en tal parte, pero para otro puede ser completar cualquiera de 15, los 5, lo que sea. Hay que aprender que las metas son necesarias y que no te quitarán libertad, sino que simplemente te marcarán el camino. En vez de sacarte libertad te la va a dar porque tenés en claro hacia dónde vas, eso es fundamental. Cuando me compré el reloj con GPS dije: esto es como la balanza, una vez que empezás a medirte debés tomar la decisión de lo que vas hacer, sino te comprás el reloj te da más o menos lo mismo, te parece que fuiste rápido, pero una vez que tenés el instrumento es más difícil desviarte del camino.

 

Sin embargo, respeta a quienes toman la actividad de otra manera: “Hay que tener la voluntad y la intención. Hay gente que se compra el reloj y no le importa mejorar los tiempos y eso también está perfecto, porque ese no es su objetivo. Siempre me molesta mucho el que condena al que participa de una carrera para competir, porque de la misma manera que nosotros participamos para competir, me parece perfecto el que participa por el hecho de hacerlo y nada más, cada cual tiene su objetivo diferente”.

 

Lo que no quiere decir que no lo pueda cambiar.

Hay frases que te marcan en la vida y yo me doy cuenta ahora que quiero hacer cross y velocidad. Me acordé que un corredor me dijo una vez que si quería ser buena en algo debía elegir, y en ese momento dije: “no, no voy a elegir”, hablo de por lo menos cinco años atrás. No me enojó pero no me gustó. Entonces, en ese momento decidí que iba a ser buena en las dos cosas, pero entre lo que me dijo esa vez y relacionarlo recién lo hice ahora. En fin, correr te puede permitir conectarte, resolver muchos problemas, como en el libro de (Haruki) Murakami cuando dice “¿qué pienso cuando corro?”. Bueno, los que corremos sabemos que muchas veces no pensamos en nada. Otra cosa es que me acercó a la meditación, al yoga y todas esas cosas, porque uno empieza a entender que todo se relaciona, que la mente enfocada te permite durante las carreras que puedas no dispersarte, mantener el objetivo claro. No sé si otros deportes te lleven a exigirte durante tanto tiempo.

 

LA SOCIALIZACIÓN

Al margen de la socialización de cualquier actividad, por lo que decís, tenés un entrenamiento muy individual. En tu vida social, ¿cómo te afecta?

En dos años, con mi grupo entrené sólo dos veces. A mi entrenador Marcelo Casado le pido un programa semanal o de dos semanas, justamente por una cuestión de organización de horarios. No sé si me gusta o molesta entrenar con un grupo, directamente no puedo, no tengo alternativa, y cuando la tengo no la elijo porque podría hacerlo los domingos cuando salen hacer fondos y me acostumbré, no sé si a estar sola como manejar tus horarios, pero tengo obligaciones laborales y de madre. Lo que sí organizo es cuando hacemos salidas en bicicleta, aunque últimamente no estoy haciendo. Un poco el deporte te lleva a hacerte mucho más independiente, te vas convirtiendo en ermitaña porque te acostumbrás a resolver todos los problemas sola. En cuanto a la vida social también te lleva a que sean las 9 de la noche y estés recontra cansada, cuando mis amigos organizan algo me deben avisar una semana antes por lo menos, porque debo organizar mis horarios, mis cosas y entrenamiento para poder ir. Esto te lleva a tener un orden, para mucha gente es impensable tener un plan de entrenamiento por una cuestión de personalidad en sí de cada uno. Uno se organiza por necesidad o porque ya es así. Si querés tener resultados debés tener un orden absoluto.

 

TENER UN ENTRENADOR PARA “NO COMETER LOCURAS”

¿Cuánto ayuda tener un entrenador?

Es importante tener un entrenador. Pasé por una situación fea pero después me terminó ayudando cuando, por estrés, me quebré la cadera en 2013. Hay varias cosas: es común que cuando uno empieza esté llevado por el furor, que todos te invitan y vas a una carrera todos los fines de semana, aunque ahora por plata no se puede tanto, hacíamos carreras largas y no sabés cuando el cuerpo te dirá basta. ¿Cómo iba a tener entrenador si recién empezaba? Sin embargo, eso les digo a los que empiezan: buscate un entrenador.

" Lo que descubrí es que corro para estar sana"

A veces hay que pasar por esas situaciones para darte cuenta de cómo es.

Sí. Al ser una fractura por estrés el hueso no se mueve, se quiebra por dentro del hueso mismo. Cuando me hicieron la radiografía la médica no podía creer que me bajara de la camilla como si nada. Tenía dolor pero te acostumbrás. Y eso se termina soldando solo como todas las fracturas, sólo con reposo. Ahí aprendí bastante. Al año siguiente me fracturé la tibia, al otro me fisuré la tibia y después me fisuré un hueso del pie. Todo consecuencia de las sobrecargas de entrenamiento. Cuando aprendés de las lesiones es cuando fortalecés la mente.  Después de eso empecé con Marcelo (Casado) y no me fracturé más. Entreno la mitad de lo que hacía antes pero bien asesorada. Tengo conocidas que para una carrera de 21 entrenan 150 por semana. Mi entrenador dice que son locuras, que están mal, que castigan el cuerpo con un montón de kilómetros que no son necesarios. En mi caso, cuando preparaba una carrera de 90 mis fondos eran de 16. Si no sabés nada, pensás: “¿cómo vas a preparar a alguien para correr 90 con fondos de 16?”. Otra cosa es que el año pasado hice una dieta estricta y bajé 8 kilos, desde entonces cambié totalmente la alimentación. Todo eso me ayudó a no tener lesiones, primero porque pesaba mucho menos kilos y la alimentación es mucho mejor, y con un entrenamiento menos exigente. También influye la edad en la recuperación, no es lo mismo a los 20, que a los 30 ó 40.

 

ENEMIGA DEL AZÚCAR

Mencionás la alimentación ¿hasta qué punto influye?

Todo lo que hemos aprendido con respecto a la alimentación sería egoísta no divulgarlo, porque lo vivimos y logramos mejoras, no sólo en la competencia, sino en la vida diaria. Tengo compañeras de mi edad que toman cantidades de pastillas por día por temas físicos o psíquicos, la actividad física más la buena alimentación te permite alejarte de las enfermedades, de los problemas que tiene cualquiera que se alimenta de manera normal que lo normal no es lo sano. Me focalizo en combatir el azúcar,  tal vez porque mi viejo tuvo un ACV y está en cama postrado.

 

Y eso lo querés compartir.

Participo de un grupo solidario con Roxana León,- en ADEDIP (Asociación por los Derechos y la Dignidad de las Personas) donde promuevo la vida sana y acompaño a los chicos y adolescentes a participar en las carreras locales. Además, les llevo las medallas y los trofeos y hablamos de Geografía y demás. Una de las chicas, que fue la primera interesada en participar porque cuando estudiaba el padre no la dejaba, ahora se volvió a Misiones y seguimos en contacto, me manda fotos de sus carreras allá. Cuando llego al grupo del asentamiento y están todas las madres del grupo del barrio Difunta Correa, empiezan con “escondan el azúcar porque viene Betina”, cargándome, porque las reto porque toman mate dulce, les digo: “Es una pavada pero es una mínima mejora que tendrán”. “¿Por qué, nos dará diabetes?”, me dicen. Y sí, te dará diabetes y te cortarán las piernas… “Sos una exagerada...”. Entonces lo que hacemos es llevar frutas el día que vamos. En fin, lo hago en todos lados. Mi casa, según mi hijo Franco, no es una casa normal porque no hay azúcar.

¿Cómo te bancan en tu casa esa rutina y ese tiempo?

Convivo con mi hijo que tiene 12 años y entrena en básquet mucho tiempo, se va a las 14 y vuelve a las 20.30. Si lo voy a buscar, sino se queda en el club Rocamora hasta que cierran la puerta. Le hace más caso a los profesores que a mí con respecto a la vida saludable, pero bueno, no importa. La galletita más violenta que hay son las Maná. Fritos nada. Suele acompañarme en las carreras aunque es difícil que coincidamos los fines de semana porque juega seguido. Mi hija es cero deportes, come cosas fritas, lo hace casi como una actitud rebelde. Pese a que tiene 20 años, no le digo nada, el ejemplo lo ve, sabe cómo vivo, qué consumo, si ella decide tener otra forma de vida...

 

Tal vez algún día le caerá la ficha.

Y bueno, con la pareja pasa lo mismo, salvo que tenga el mismo tipo de vida es imposible.

 

¿En cuánto repercutió en tu salud la práctica regular de este deporte?

En los análisis que se pueden medir, que se hacen todos los años, sí, me da impecable. Los remedios que tuve que tomar fueron en los momentos que me lesioné.  Eso lo vi, y es importante, cuando me lesionaba y pasaba más tiempo en el médico que entrenando es porque estoy haciendo las cosas mal. Además dejé de fumar a partir de que empecé a aumentar la exigencia aeróbica.

"Un poco el deporte te lleva a hacerte mucho más independiente"

¿No te dan ganas de volver a fumar?

El olor a cigarrillo siempre te da ganas. Pero ni se me ocurría, entro, huelo, y digo: “No, ni ahí”.

 

Carrera del Paso Vuriloche.

 

MÁS LA AVENTURA QUE EL ASFALTO

Si tenés que elegir entre carreras de asfalto o de aventura, ¿cuál elegís?

Las de aventura. Hay algunas de 42 en asfalto como la de Rosario, el circuito es relativamente fácil porque el recorrido es prácticamente llano, si estás medianamente entrenado, la disfrutás. Pero, en general, en la de asfalto nunca descansás, sobre todo las más cortas. Las de aventura son otra cosa, pese a que a muchos no le gusta embarrarse. Salvo los élites que van al máximo, nosotros vamos más relajados, tenemos más margen para la respiración aunque siempre debés estar muy concentrado porque tenés que ir mirando el terreno. Son totalmente diferentes a las de calle.

 

¿Cuáles serían tus desafíos deportivos más significativos? Al menos de los que te planteás hacer.

Siempre digo que mi gran desafío son los 250 de Des Sables, en el desierto del Sahara, donde se corría el París-Dakar, por Marruecos. Son ocho días. Autosuficiencia: lo único que te dan son ocho litros de agua por día. Es una carrera por etapas creada por el francés Patrick Bauer en 1986. La temperatura alcanza durante el día los 40°C, mientras que en la noche es gélida. ¿qué me lo impide? La plata. La realidad es esa, porque la inscripción sale 3000 euros, además tenés el pasaje, hay que llevar un determinado tipo de mochila, comida, zapatilla, medias, etc. Lo veo complicado por la complejidad económica. Por lo pronto, nos anotamos los 165 de Fiambalá (Catamarca), que son cuatro días en desierto. También para correr en Usuahia en marzo. Me gustaría correr la Spartathlon, en Grecia, 246 entre Atenas y Esparta, como lo hizo Filípides. Además sería bueno completar un Ironman (“hombre de acero”): se recorren 3,8 nadando, 180 en bicicleta y 42 corriendo. Quisiera entrenar y ganar un kilómetro vertical, es una carrera de ascenso de montaña, donde se sube un kilómetro a lo largo de aproximadamente cinco. Otro objetivo sería generar un movimiento local de atletismo asistido, donde se acompañe a personas con discapacidad motora grave a participar en carreras. La modalidad más difundida, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, es trasladar a personas en sillas de rueda en carreras de calle.

 

¿Quiénes te ayudan tanto en lo deportivo como en lo económico?

Además de Marcelo Casado,  el doctor Mauro Lombardo,  el Centro Espacio Vital, de Pamela González, con las terapias y masajes deportivos. El Centro de Kinesiología y gimnasio del kinesiólogo y profesor Rubén Montañana. En  lo económico la Universidad de Concepción del Uruguay, la empresa de Servicios Profesionales de Arquitectura Bonnin - Keller y la empresa Aluplast, fábrica de aberturas de aluminio.

 

LEER Y ESCRIBIR

Betina agradece a la reconocida psicóloga deportiva Susana Avella, que fue quien la incitó a la concientización de la actividad: “Lo refuerzo con lecturas y prácticas, además de realizar actividades de meditación y yoga. Esa fue una de las consecuencias de mi lesión más grave, fractura de ramas ileo e isquiopubiana. Por ella descubrí cuál es el precio que quiero pagar por lograr mis metas: mucho sacrificio, mucha entrega, mucho amor por lo que hago”.

 

¿También te gusta escribir al respecto?

Soy de leer muchos libros o artículos sobre fortalecimiento mental, donde encuentro que hay gente que le molesta que le digan que no, porque eso es como lo desafía a hacerlo, a mí no me importa que me digan que no.  Además de leer sobre el tema, escribo como un diario íntimo, antes y después de las carreras o entrenamientos. Eso ayuda. Por ejemplo, leo lo que escribí antes de competir en la de Reyes en el 2017 (Concordia), por ejemplo, entonces permite darte cuenta como fuiste evolucionando, no sólo en el entrenamiento, sino mentalmente.  Cuando hoy llegás a una carrera y te anotaste en 66 y pensás que vas a ganar es porque el entrenamiento lo tenés, lo que te va a llevar a ganar o no, bueno, capaz que hay una que corre 50 veces más que yo, eso lo voy a saber después de la carrera. Algo que siempre me planteo en cada carrera es por qué lo hago. Lo que descubrí es que corro para estar sana, si siento una molestia inmediatamente me hago una placa, no es que espero y sigo entrenando, mi objetivo no es ganar ni estar flaca, hoy es estar sana. Lo que me saque de eso pierde el sentido. Además, quiero contagiar de esa vida sana a toda la gente que pueda. No me interesa que me saluden porque gane o no, sólo me interesa que se vean lo que se gana por tener una vida saludable, si no ganara tal vez no lo verían tan claro.

 

CERCA DE LAS 150 COMPETENCIAS

Desde 2011 hasta septiembre de año contabiliza unas 113 carreras de pedestrismo entre 10 y 76, a eso se suman 18 en bicicleta, y  cuatro carreras en equipos (tres dúas y un tría). En la mayoría de las carreras, obtuvo premios en su categoría. De estos, se destacan los podios en el Maratón Internacional de Reyes (Concordia) en 2015, 2017 y 2018.

En forma paralela al pedestrismo, practica ciclismo y canotaje, habiendo participado en travesías, inclusive, en el Río Bermejo de 175.

En 2012 tuvo su primer triunfo, en Villa Urquiza, Paraná, donde también luego tuvo podios generales.

 

LOGROS EN EL 2017

* Segundo puesto en Fiambalá, Catamarca (37 kilómetros de desierto),

* Cuarta en Paraná en la Copa Salomón de nivel nacional.

* Décima en Yaboty, Misiones (39 kilómetros, de selva).

 

LOGROS 2018

* El 3 de febrero fue segunda en la categoría femenina en la “Vuriloche Ultra trail”, en Bariloche, en un recorrido de 76 kilómetros de montaña.

* Ganó el 27 de mayo en Fiambalá (62 kilómetros de desierto, en dos etapas)

* Ganó en la prueba de la UCU en junio, y el de la UTN en agosto en calle, también en Termas lo hizo el mismo mes.

* Ganó el 9 de septiembre en El Soberbio, Misiones, 68 kilómetros de selva.

 

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