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"Los gobiernos que buscan la armonía son virtuosos, los timoratos con máscara de armonía sólo aplazan conflictos".(Imagen: La Sexta).
CONTRASTE CON PROPUESTAS DEL MST Y EL PS

Bordet y Benedetti en un tácito acuerdo que deja la Constitución para después

Los candidatos con más chances en las elecciones provinciales de este domingo coincidieron en cinco puntos que revelan una coalición de hecho dentro del neoliberalismo. Evadieron por igual la obligación de anunciar un banco estatal como exige la Constitución, aceptaron un endeudamiento brutal con el FMI para sostener la gobernabilidad en el orden nacional y provincial, y se mostraron prontos a defender contra viento y marea el modelo Monsanto. También cumplieron su compromiso de votar en bloque las iniciativas del presidente Macri en el Congreso, y en una quinta coincidencia cerraron filas contra las voces de alertas por otro mundo posible y urgente. Otros candidatos piensan distinto.

 

Por DANIEL TIRSO FIOROTTO (Especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL).

 

Por tácito que sea, no es menos acuerdo el que sostienen los principales candidatos Atilio Benedetti y Gustavo Bordet, rumbo a las elecciones de este domingo, las más anodinas de las que tengamos memoria.

Sin diferencias de fondo, hicieron en los últimos días un ejercicio de discusión que sonó más a apariencia. Si no fuera por amagues del tipo “lo invito a un debate y me lo niega”, “no necesito traer gente de afuera”, diríamos que los postulantes del peronismo y el radicalismo en Entre Ríos más que para el ring están para el casorio.

Aquí analizaremos candidaturas personales y partidarias con la idea de colar fino, y esta advertencia: qué difícil exigir otra cosa en esta instancia electoral, cuando son los partidos los que están vaciados y no las personas. Y cuando no le va mejor a sindicatos crecidos en la fragmentación, la burocracia y el negocio; ni a las universidades encerradas en su globo colonial; ni a la prensa resignada al rol de ver y convalidar; ni a las organizaciones tan dispuestas al soborno.

 

Obstinación neoliberal

Este recorte nos presentará un tanto injustos, entonces ¿por qué no hacemos silencio? Es que atisbamos algunas grietas en el mundo, como la que se presenta hoy día en México con Andrés Manuel López Obrador por un lado y los zapatistas por otro, ambas experiencias aleccionadoras.

El nuevo secretario de ambiente de México, Víctor Manuel Toledo, dijo esta semana al asumir sus funciones que las claves para salir de las crisis del mundo moderno están en los saberes de las comunidades indígenas y en el florecimiento de la madre tierra.

¿Por qué, preguntamos nosotros, los políticos argentinos y entrerrianos se sienten tan distantes de estas verdades, y en cambio tropiezan una y otra vez con la obstinación neoliberal? ¿Atribuiremos todo a intereses mezquinos, o están obrando como consecuencia de una formación colonial que hace a las instituciones vernáculas incapaces de esquivar los parámetros occidentales?

Escribimos también porque hacer la vista gorda no ayuda a nadie. Eso de palmear la espalda es para los que quieren que nuestros vecinos en rol dirigente sigan hundiéndose en el mismo fango, cuando en verdad están en condiciones aún de dar el volantazo y hacer política en otro sentido por muchos años.

Hoy las cartas están echadas, las urnas se abrirán en horas, pero los tres poderes seguirán en la provincia, y todos, incluso aquellos que sean reelectos o sigan en la oposición, en sus partidos y otras instituciones, tendrán oportunidades de revisar las cosas, como todos lo hacemos a diario.

Así podremos salir del enredo en que nos desenvolvemos (por derecha y por izquierda) en modernidades decadentes con máscara de progreso, un enredo que nos tiene tristes, con el ceño fruncido incluso cuando celebramos victorias pasajeras, enfermos de frustraciones, sin advertir que a la vuelta de la esquina hay un mundo comunitario en silencio, esperando su hora; que un sol antiguo y futuro vuelve a salir para recordarnos quién manda.

Nos hemos atribuido el derecho de torcer miles de años de historia en relación con las semillas, el suelo, el paisaje.

Cuando los cancilleres de Bolivia nos dicen “jallalla” toman una voz antigua de nuestro suelo, incorporada al grupo gobernante, para decir “por la vida”. ¿Acaso los dirigentes tienen que estar extirpados de sus tradiciones, como ocurre en Entre Ríos, en la Argentina? Gobernar por la vida parece hoy en las antípodas del rumbo tomado por el gobierno de Ente Ríos y la principal oposición, esa coalición. Con toda su estructura encima, los católicos han estado sin embargo más avispados y se nota en la encíclica “Alabado seas. Sobre el cuidado de la casa común”.

 

De serenos a timoratos

Y bien: digamos que por años nos habituamos a peleas en las que los contrincantes desenvainaban al primer grito, y por eso nos extraña la relación de Bordet y Benedetti, más suave que la media, por ahí con algún alarde para romper con tanta dulzura.

“Nuestro termómetro es el contacto con la gente”, dice Bordet, pero con la gente que lo aplaude, porque sabemos que se niega a dar audiencias a asambleístas, obreros desocupados, productores, damos fe.

“A mí, Toyota no se me escapa”, se jacta Benedetti y cuántas de esas se les escaparon ya al gobierno nacional que él expresa. Sin embargo, la relación habitual es fluida, y eso resultaría auspicioso si no fuera que el maquillaje oculta una suerte de pacto en temas vitales para el territorio: el uso de la tierra, el manejo financiero, las deudas, la obstinación neoliberal; y nos recuerda la calma que precede a las tormentas.

Los gobiernos que buscan la armonía son virtuosos, los timoratos con máscara de armonía sólo aplazan conflictos. Véase, si no, lo que ocurrió cuando el mayor de los timoratos, Fernando De la Rúa, abandonó a las provincias al punto que debieron hacer sus propias monedas, los bonos. Y bien: ¿ubicaremos en ese plano la falta de resolución de Gustavo Bordet en torno de temas productivos y ambientales en Entre Ríos? Hasta ahora sí, pero le quedan probablemente cuatro años y medio para desmentirnos.

 

Gobernar por la vida parece hoy en las antípodas del rumbo tomado por el gobierno de Ente Ríos y la principal oposición

Buenos vecinos

La actual gestión de gobierno en la provincia no ha iniciado el camino para salir del brete económico, y la principal “oposición” no muestra signos distintos. Ambos, como peronistas y radicales que son, practican neoliberalismo a regañadientes, y lo hacen porque el endeudamiento que permite este modelo les facilita la gobernabilidad en los órdenes nacional y provincial, mientras administran el desbarajuste heredado, aunque el país quede más herido en su soberanía y su ambiente.

Para aparentar cierto movimiento y ocultar vicios, el gobierno provincial le pide fondos al nacional, y el nacional le da lo que no tiene (y que saca vía endeudamiento externo), a cambio de que el gobierno de la provincia mueva como fichas a los legisladores nacionales para aprobar en el Congreso nacional lo que resuelva Buenos Aires.

Esa connivencia nos endeuda y maniata, e involucra al Pro, a los radicales y a los justicialistas. Pero permite tapar los desbarajustes de la nación y la provincia, con responsabilidades compartidas de distintos gobernantes. (Si la Caja de Jubilaciones de Entre Ríos padece déficits millonarios se debe a la mentira de gobiernos anteriores que escondieron sus pésimas gestiones nombrando empleados públicos a mansalva -más de 20 por día hábil en algunos años-, sin mayor planificación. Esa expansión del empleo se dio en plena época de privatizaciones, y sus principales responsables hoy dan consejos sobre cómo salir del nuevo neoliberalismo, no ya el de los Menem sino de los Macri).

La confluencia de provincia, nación, economía minera (sojera), y deuda externa, convida a ciertos sectores de la población pero excluye a los nietos del pueblo que pagarán esta ficción, y no será en paz. Lo que estos gobiernos están sembrando es grave, y lo podemos decir porque Bordet y Benedetti dan la imagen de buenos vecinos, incluso decentes en la fauna política.

Las fuentes de este sistema, del que se agarran provincia y nación, se llaman deuda externa y minería. El FMI auxilia a Cambiemos y al PJ en sus campañas. Los dos sectores mayoritarios medran allí. Bueno sería transparentar los demás aportantes, pero los favores que la provincia les hace a ciertos banqueros aquí nos dan algún indicio.

Los partidos son también corresponsables de los derroches (por ejemplo en privilegios), que provocan en alguna medida el déficit, y responsables de la economía primaria, extractiva, contaminante, que come del plato de nuestros nietos y atenta contra la biodiversidad.

 

Toda una confesión

La deuda fundada por la dictadura se incrementó durante gobiernos peronistas, radicales y Pro, aún en tiempos de privatizaciones, en tiempos de buenos precios internacionales de la producción primaria, y especialmente en estos años, cuando los programas de Menem, De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Fernández y Macri mostraron sucesivamente su fracaso.

Está documentado el apoyo explícito del actual gobierno provincial al plan de la nación para facilitar el endeudamiento; casi todos entraron en el mismo juego. El presidente y los gobernadores son corresponsables, por más que cada cual busque tejer su propio relato para abandonar el barco cuando zozobra. Ninguno de los gobiernos investigó la deuda como correspondía, todos hicieron oídos sordos a los gritos de los expedientes que logró forjar Alejandro Olmos.

Si el neoliberalismo es deuda externa, aquí tenemos a la provincia y la nación de la mano, hermanadas en la deuda. Si neoliberalismo es capital financiero, aquí en la provincia el gobierno justicialista se ha negado durante todo su mandato a cumplir con la orden constitucional de fundar un banco estatal, y todo para favorecer a un empresario privado amigo de su partido que cumple ese rol. Y el radicalismo, en connivencia, no habla tampoco de la fundación del banco.

Cuesta creer, pero Buenos Aires ciudad y Buenos Aires provincia resistieron un poco más, no privatizaron los bancos Ciudad y Provincia, aunque un sector favorecido en el gobierno de Macri sea el financiero.

Si neoliberalismo es promoción de la agricultura a escala con transgénicos, insecticidas y herbicidas, entonces estamos a pleno con Mauricio Macri y Gustavo Bordet, sin diferencias. La insistencia de Bordet por fumigar al lado de las escuelas es toda una confesión. Como los jueces le fallaron en contra, ahora quiere sostener esa posición ante la Corte, en vez de consensuar una ley superadora que proteja el ambiente y el trabajo y los alimentos.

Pero mientras deja que sean los jueces los que resuelvan las distancias, cuando su mandato ya expira, está provocando un verdadero desconcierto en muchas familias y pymes campesinas, a la vez que promete enfrentar a los ambientalistas. Con riesgo, claro, de quedarse sin el pan y sin las tortas.

 

Villanova, Nadia, Daneri y Kika

 

Hemos escuchado a candidatos a la legislatura desde el socialismo, como Jorge Villanova, y desde el MST-Nueva Izquierda, como Nadia Burgos, que prometen cumplir la Constitución y fundar un banco provincial o estatizar el que fue privatizado. Burgos dice banco con control obrero. Villanova se espanta de los fondos del pueblo transferidos al capital privado en estos años, y se compromete a promover la fundación del banco estatal en orden al artículo 74 de la Constitución.

Se pueden discutir detalles, pero no el fondo de la cosa. Si el dúo Bordet – Benedetti tuviera mejores ideas que las de la Carta Magna debiera convocar a una Constituyente, jamás eludir su articulado.

No todo da lo mismo. Ahí nombramos a Villanova y Burgos, por caso. Y del mismo modo reconocemos por ejemplo en Jorge Daneri todo un arsenal de ideas en torno de la vida sana y la preservación de la biodiversidad en la provincia, la “agenda verde”, con el testimonio de una trayectoria, aunque no le alcanzaran los votos para estas generales.

Para enfriar el planeta convendría calentar los Congresos, ¿será tarde para darnos cuenta?

O la experiencia municipalista a través del lúcido Kika Kneeteman y su equipo en Larroque, con políticos capaces de decir Pachamama, decir Buen vivir y convivir, decir comunidad, alimentos sanos y cercanos, en franco desafío a las rejas occidental moderno capitalistas de la economía de escala.

Salta a la vista que hay otras visiones incluso en los partidos, opciones minoritarias por ahora con bajas chances, pero frente a las cuales tanto el oficialismo como la oposición mayoritaria se muestran anestesiados, haciendo equilibrio sobre intereses sectoriales.

En el tema que más incide en la economía regional, la agricultura, Bordet actuó con alguna desaprensión que ha dejado a todos en un estado de confusión porque le asignó al Estado un rol bobo. Bordet no ha mostrado un plan agropecuario sustentable, con principios firmes, con programas de adaptación gradual. ¿Cuántas marchas de vecinos alrededor de la Casa Gris ninguneó?

Como testigos de la militancia de la guerrera Nadia Burgos por el ambiente, en distintas asambleas, nos preguntamos cómo respondería la tibia Legislatura con otro fuego, si a esta joven le dieran los votos. Lo que sería con el rockero avicultor y profesor de historia Villanova. Para enfriar el planeta convendría calentar los Congresos, ¿será tarde para darnos cuenta?

 

La famosa comisión

No fue fructífera la decisión de crear una mesa de diálogo y dictar al mismo tiempo un decreto para achicar de mil a cien metros la distancia de fumigación, alrededor de las escuelas, y hacerlo además sin fundamentos sólidos. La mesa duró lo que un suspiro, y cumplió con una premisa demasiado trillada: formar comisiones para entretenernos.

Es probable que Bordet gobierne Entre Ríos otros cuatro años, de ahí la necesidad de señalar sus debilidades. Jugar a la indefinición puede ser redituable en las urnas, pero no para el territorio.

Sin pedir perdón por sus desatinos (grueso error), el ex gobernador Sergio Urribarri fue en cambio más autocrítico que Bordet al modificar en los hechos su conducta de años, y hacer de la Cámara Baja que preside una campana de resonancia de algunos de los tremendos problemas ambientales que sufre la provincia.

Ya son decenas los informes sobre la situación ambiental por erosión grave del suelo, contaminación del agua de los arroyos con sustancias químicas.

Legisladores propios y de la oposición prefirieron ausentarse. Menospreciaron a pensadores que expusieron allí razones irrefutables. Bordet también se perdió esas razones. Así, ¿quién se queda con los resortes de la economía? Los que aguantan. ¿Y quiénes son? Los poderosos.

Hay que reformular la producción agropecuaria, programar, acompañar, y el Estado está muy presente pero no para eso sino para garantizar el latrocinio, es decir, la continuidad del sistema contaminante, expulsor, que lleva a tantos al hacinamiento en los barrios y que endeuda a nuestros nietos y bisnietos para preservar los privilegios de unos pocos, entre ellos los miembros de los tres poderes, legisladores, jueces, ministros, secretarios, gobernador, presidente, que en muchos casos cobran del Estado en un mes lo que un jubilado cobra en dos años.

 

Otras deudas

¿Ha mejorado la situación en el ambiente? Tanto la nación como la provincia gestionan y concretan interesantes encuentros y material didáctico para generar conciencia ambiental. Es justo decirlo. Mientras tanto, las políticas contaminantes no cambian en el fondo. Con Bordet continuó la tala rasa, a razón de más de 10.000 hectáreas por año; su gobierno no tomó decisiones en torno del problema de la erosión del suelo, permitió el riego con sustancias químicas cerca de escuelas, no hizo un plan para reformular ese sistema, y habilitó la venta de maderas a las pasteras del Uruguay, que ahora prometen otra industria más.

Al tiempo que declaraba a la provincia libre de fractura hidráulica (esperó para eso tener certezas de que no ganaba su partido en la nación), la provincia se convirtió en principal proveedora de arenas para el fracking realizado en la Patagonia. Eso se llama especulación, doblez. Y todo con aval de la llamada “oposición”.

Ya son decenas los informes sobre la situación ambiental por erosión grave del suelo, contaminación del agua de los arroyos con sustancias químicas (el río Gualeguaychú está tapizado de hierro y aluminio), islas de basura en los arroyos (Paraná es de lo peor), con estudios sobre sábalos en donde el cien por ciento de los ejemplares aparecieron con plástico en sus intestinos… ¿No demoramos demasiado un proyecto provincial para abordar estas problemáticas?

 

Doble rasero

Se engaña Bordet si cree que es mérito propio el resultado tan holgado de las PASO. Él gobernó Concordia y está gobernando desde Paraná, llamó a una mujer como candidata a vicegobernadora, una mujer de Victoria que además juega desde un ministerio clave; puso de primer candidato a diputado a un hombre con alta imagen en Paraná, y llamó a elecciones en el peor momento de sus adversarios, por la situación económica del país.

A diferencia de esa astucia electoral, el candidato de la oposición pertenece a una pequeña (en cantidad de habitantes aunque grande en nuestro corazón) ciudad como Larroque, no ha gobernado ninguna de las ciudades grandes, y eligió como candidato a vice a un hombre, no a una mujer, y tampoco de Paraná, Concordia, Gualeguaychú, Concepción  del Uruguay, La Paz, sino de Basavilbaso.

Los candidatos oficialistas pertenecen a ciudades en las que viven la mitad de todos los entrerrianos, los opositores a ciudades donde vive el uno por ciento de todos los entrerrianos… Vaya changüí. A lo que se suma la situación de la municipalidad de Paraná, con el intendente Varisco ocupado en visitar los tribunales a raíz de sus turbios financiamientos de campaña.

Lo que hizo la oposición en la provincia puede ser meritorio en el sentido de buscar personas con las que se pueda desarrollar un proyecto conjunto, gente con talento quizá, no sabemos, pero al parecer Benedetti y el ministro nacional Rogelio Frigerio no han entendido, a pesar de sus años de militancia, cómo es la dinámica electoral en Entre Ríos, de modo que entraron a jugar al básquet en una cancha de fútbol, y el resultado parece enojarlos. ¿Qué esperaban?

 

El verbo posponer

En Entre Ríos hace años que la Pachamama está dando gritos en los arroyos, los ríos, el suelo, el aire, y la dirigencia parece entregada a un sistema que no escucha, como no escucha los mandatos antiguos del pueblo que dicen hospitalidad, comunidad, reciprocidad, dicen vida en relación con el entorno. Todo muy distinto a lo que reina: la especulación, la competencia, el capital, la ganancia, el individualismo, la terquedad, el doble rasero, y para el pueblo expulsión y hacinamiento.

Posponer no es política de Estado. Para los próximos cuatro años al justicialismo le convendrá planificar, decidir, programar, escuchar de verdad, no para la tribuna. De lo contrario los problemas se potenciarán y explotarán. Con declamaciones bien difundidas no alcanza, con acusar a otros no alcanza, con ingenierías contables no alcanza, con aprovechar la poltrona de la oposición y esperar su desgaste no alcanza. Como no le alcanza al radicalismo esa crítica de la procrastinación del oficialismo sin atender la de su partido.

Ahora, ¿veremos un día a las personas como tales, a las comunidades como tales en la biodiversidad, o todo se resumirá a “electores”, números, clientes, cantidad, conveniencia, y el monte será un “recuso”?

Lo decimos porque es probable que estemos ante dos candidatos que nos permiten conversar tranquilos como pocas veces ocurrió en política, dos candidatos que no pertenecen a las mafias que supimos conocer, y aún así podemos sospechar futuros sismos, si seguimos conjugando el verbo posponer.

Quizá sea hora de mirar menos a las personas, de señalar menos a los individuos, y analizar un sistema colonial centralizado que se sostiene en partidos vaciados, corporaciones parasitarias, universidades desabridas, organizaciones del pueblo fragmentadas. ¿Cuánto podemos pedir, en ese orden, a los individuos sin ser injustos?

Ahora, ¿sus partidos se harán permeables a los saberes de otro orden, que abren mil puertas donde todo parece clausurado, como escuchamos hoy en México, en Bolivia?

 

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