BNA
Inicio » Cultura » Como si el tiempo se hubiese detenido                           

Como si el tiempo se hubiese detenido                           

Los fervores artiguistas alentados por  los gobiernos nacional y provincial integran el conocido relato oficial: decir una cosa y hacer otra muy diferente. El centralismo actual es tan opuesto a las ideas de Artigas como el intento de copar la Justicia y la inclinación a perpetuarse en el poder.

Artigas
"El oficialismo en los últimos tiempos ha descubierto a Artigas por impulso del psicoanalista Pacho O’Donnell, quien ha mostrado su destreza de equilibrista como funcionario de Alfonsín, Menem y los Kirchner". (Ilustración: Biblioteca de Jorge Villanova).

 

Por MARIO ALARCÓN MUÑIZ  (Especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL)

Mañana será celebrado el bicentenario del Congreso de Oriente o Congreso de los Pueblos Libres, convocado por Artigas en Concepción del Uruguay con el fin de impulsar la declaración de la independencia e iniciar la organización institucional del país dentro de un marco republicano y federal. .

De aquella asamblea participaron representantes de la Banda Oriental, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Córdoba.  También Misiones lo hizo, enviando diputados guaraníes que lamentablemente llegaron con retraso, cuando las deliberaciones estaban concluyendo. A pesar de esa circunstancia, fue el de Concepción del Uruguay el único congreso de nuestro país al que accedieron diputados de pueblos originarios.

La historia oficial ha ocultado o disimulado el Congreso de Oriente. No ha sido la única inquietud provinciana archivada por el poder central, sus seguidores y el puerto. El historiador José María Rosa sostiene que allí fue declarada la independencia, un año antes que en Tucumán. Otros autores no hacen referencia a ese punto, pero coinciden en señalar que casi todos  los diputados portaban el mandato de declarar formalmente la independencia.

Se carece de suficiente documentación acerca de esta reunión. Las actas se han extraviado o alguien las ocultó o las destruyó. No obstante, hay constancias de la apertura del congreso el 29 de junio de 1815 con un informe de Artigas sobre la situación imperante.

En su alocución, el caudillo remarcó el fracaso de una misión porteña integrada por el coronel Pico y el sacerdote Rivarola, quienes un mes antes lo visitaron en Paysandú, proponiéndole la separación de la Banda Oriental respecto de las demás provincias.

Artigas rechazó enfáticamente la propuesta e insistió en que su propósito no era independizarse del conjunto de provincias sino de España y de cualquier otro dominio extranjero, para integrar un gran estado nacional confederado.

 

LOS PRINCIPIOS DE ARTIGAS

La información disponible destaca que el Congreso de Oriente respaldó a Artigas y resolvió enviar una delegación a Buenos Aires para gestionar la firma de “un tratado de paz y unión” entre la Liga de los Pueblos Libres y el gobierno porteño. Integraron la misión los diputados Barreiro, Cabrera, García de Cossio y Diez de Andino.

Además del tratado los representantes llevaron la propuesta concreta de declarar la independencia; sancionar una constitución republicana y federal que consagrara la autonomía de las provincias y la división de los tres poderes del Estado con una Justicia independiente de los otros poderes y elegir una capital que no fuera Buenos Aires, además de otros requerimientos menores. Estos puntos eran coincidentes con los que dos años antes habían planteado los diputados artiguistas ante la Asamblea General Constituyente de 1813, de la que fueron expulsados. La segunda misión también golpeó en tapera.

 

LOS NEOARTIGUISTAS

Por estos días los 200 años del Congreso de Oriente están motivando actos y declaraciones de diverso carácter. El oficialismo en los últimos tiempos ha descubierto a Artigas por impulso del psicoanalista Pacho O’Donnell, quien ha mostrado su destreza de equilibrista como funcionario de  Alfonsín, Menem y los Kirchner.

El entusiasmo neoartiguista llegó a Entre Ríos, donde Urribarri encontró una figura nueva para exaltar en sus discursos. Claro que además de acordarse de Artigas porque luce bien y novedoso, es necesario conocer sus pensamientos y actitudes.

Conviene saber entonces que el caudillo sostenía con frecuencia aquello de “naide es más que naide”. Cuando se presentaba ante sus seguidores en los fogones gauchos, proclamaba: “Mi autoridad emana de vosotros y cesa ante vuestra presencia soberana”.

Buen mensaje para quienes se desvelan por seguir  de cualquier manera colgados del badajo oficial.

Además distribuía tierras entre los gauchos pobres, los indios y los negros. A propósito, cabe recordar a los funcionarios neoartiguistas aparecidos recientemente que el próximo 15 de setiembre se cumplirá otro bicentenario: el del reglamento de tierras de Artigas. Será una buena oportunidad para tener en cuenta que la última distribución de 40.000 hectáreas a colonos pobres por parte del gobierno de Entre Ríos está cumpliendo 55 años. Desde entonces, sólo sumaron tierras a sus patrimonios personales algunos funcionarios y legisladores

 

EL TIEMPO NO HA PASADO

Tampoco guarda la menor relación la exaltación de la figura de Artigas por parte de quienes se han sometido incondicionalmente al poder central. Es por lo menos  irrespetuoso vivar aquí a Artigas y vivir aplaudiendo en Buenos Aires. La patria federal es otra cosa, tal como la concibieron el caudillo y sus seguidores.

Pensaron en provincias autónomas, no sometidas. Pensaron fondos provinciales para asistir al poder central, no al revés. Pensaron una Justicia independiente con jueces capaces de actuar sin vínculo político alguno, idea que contrasta frontalmente con la reciente destitución del juez Luis María Cabral y otras acciones anteriores de similar violación del principio de independencia de poderes.

“Es muy contradictorio pretender la defensa de Artigas, fundador del federalismo rioplatense, e imponer una política centralista que ahoga económicamente a las provincias o las somete. Federalismo es letra muerta de la Constitución, y eso indigna.  Gobernadores como el actual de Entre Ríos, convertidos en marionetas y mendigos de la Casa Rosada, son la cabal muestra del desvío”, acusa una declaración que acaba de publicar la Junta Abya Yala por los Pueblos Libres, centro de estudios que agrupa a trabajadores, investigadores, docentes, estudiantes, artistas, periodistas, cooperativistas y escritores de Entre Ríos, Santa Fe y  la Banda Oriental.   En fin, es como si estuviéramos empezando. Doscientos años no son nada.

 

Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectores

Sumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo.

Deja tu comentario

comentarios

Destacado

El adiós a Hugo Cettour, un hombre de la salud y la política

Tras luchar denodadamente contra el cáncer, dio su último adiós el médico uruguayense Hugo Ramón …