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Foto: Aníbal Noro

El gran pescador

Quienes frecuentamos los ríos y arroyos de nuestra provincia estamos bastante acostumbrados a verlos y a escucharlos, que con su estridente ruido a matraca anuncia su presencia. Si nos desplazamos en canoa o en bote a remo pareciera que nos va marcando el camino, por que cuando nos acercamos el vuela y se posa en alguna rama de la misma costa unos metros más adelante hasta que logramos alcanzarlo y de nuevo se vuelve adelantar.

 

(*) Por ANÍBAL NORO  (Especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL)

 

Hay registrados en el mundo unas 30 especies distintas de Martin Pescador en los 5 continentes. Todos tienen cabezas grandes, picos largos, afilados y puntiagudos, patas cortas y colas rechonchas. La mayoría de las especies tienen un plumaje brillante con solo pequeñas diferencias entre los sexos, algunos con colores muy llamativos, en nuestro país hay registros de 4 especies y en nuestra provincia tenemos 3 , el Martín Pescador Grande (Megaceryle torquata) , el Mediano ( Chloroceryle amazona) y el Chico (Chloroceryle americana), los tres comparten el mismo ambiente , pero hoy nos vamos a ocupar del primero de ellos.

El Martín gigante neotropical, Martín pescador de collar o simplemente Martín pescador grande (Megaceryle torquata).

Su distribución es muy amplia, se lo encuentra desde el sur de Texas hasta tierra del fuego. Tiene un largo total de 36 a 41centímetros, posee la forma típica de los martínes pescadores, pico largo de coloración negruzco, robusto, copete bien marcado, cabeza y dorso de coloración gris celeste, cresta con línea negra.

Ambos sexos tienen un collar blanco rodeando el cuello, con la garganta de color blanco, el vientre es acanelado rufo, con subcaudales blancas en el macho y rufas en la hembra. Cubierta interna de las alas de color blanco en el macho y rufas en la hembra. Patas parduzcas.

Foto: Aníbal Noro

Las hembras son idénticas a los machos, salvo por presentar el pecho de color azul pizarra, separando el blanco de la garganta con el rojizo del vientre y subcaudales (macho subcaudales rojizas), las cubiertas internas de las alas de color rojizo, las distingue en vuelo de los machos que las tienen blancas.

Vive a orillas de arroyos, ríos, lagos, lagunas, esteros en nuestra zona y también se lo suele ver en canteras y en humedales, en zonas suburbanas y urbanas.

Se lo observa de manera solitaria o en parejas. Su alimento preferido son los peces y por lo tanto es un gran pescador se zambulle desde la rama de un árbol como todos de los martínes pescadores, cuando la turbidez del agua no le permite capturar peces opta por otros alimentos como insectos, anfibios, reptiles o mamíferos. Tiene la costumbre de golpear la presa contra la superficie donde se posa (rama, piedra, etc.).

Si bien su estado de conservación es de preocupación menor , quienes recorremos el Rio Uruguay en la Provincia de Entre Ríos desde el año 2019 coincidiendo con la aparición de las Cianobacterias (verdín) en el agua hemos notado una disminución de avistajes, lo que no quiere decir que estén desapareciendo tal vez buscan lugares donde el agua limpia les permita hacerse de su alimento.

El nido lo construye en barrancas de tierra o arena, tienen 2 metros de profundidad y 15 centímetros de diámetro, al final una cámara donde ponen de 3 a 5 huevos de color blanco. Incuban ambos sexos, los pichones abandonan el nido a los 35 días aproximadamente.

Es sin dudas una de las aves más llamativas de nuestra zona, es el ave emblema del Club Observadores de Aves de Concepción del Uruguay , el Güirá Pirá,  que significa Martín pescador en Guaraní.

Y como muchos animales también tienen su leyenda en este caso rescato una de origen Tehuelche  y cuenta que:

Amakáik la bella hija de Guluen el jefe de la tribu estaba por casarse con el joven Ieskat, el más fuerte y afamado guerrero de la tribu, gran cazador y pescador, la fecha de la boda estaba fijada para dos días después de la luna llena.

Llegado el gran día todos los jóvenes guerreros de la tribu salieron al amanecer a cazar y pescar para agasajar a la pareja con las mejores presas que pudieran obtener, también Ieskat salió a pescar, como era tradición debía ofrendar a la novia con su mejor pez como señal de amor y protección para toda la vida.

Amakáik junto a sus doncellas fueron hasta el río para bañarse y prepararse para la boda pero entonces ocurrió lo impensado, pese a que la joven futura consorte era una experta nadadora, se arrojó a las aguas del caudaloso río y no volvió a ser vista. La desesperación y gritos de sus amigas alertaron a Ieskat que ya estaba de vuelta con el fruto de su gran pesca.

Llegó hasta el borde del río agitado y gritando enloquecido de dolor y pena, se arrojó al río y se sumergió tantas veces en busca de su amada que los demás miembros de la tribu temieron que también el sucumbiera a las bravas aguas, pero no fue así, agotado y al borde de sus fuerzas salió del agua, blasfemando contra Kooch el Dios creador del Universo y también contra E-lal creador de los hombres. Tal era su enojo y su furia que tomó una gran piedra y la arrojó hacia el cielo, tratando de lastimar a los dioses, tal como ellos lo habían lastimado. En ese momento surgió de entre las nubes un enorme relámpago, seguido por un ensordecedor trueno, el pecho de Ieskat recibió de lleno el impacto y ante los ojos azorados de la tribu se convirtió en un pájaro que ellos nunca habían visto.

Desde ese momento el Martín Pescador (así llamaron a la nueva ave) se posa en la ramas, vigila el agua y hace vuelos rasantes, cada tanto atrapando un pez para comer. Todos dicen que busca incansablemente a su amada Amakáik y lo seguirá haciendo por los siglos de los siglos, o hasta que los dioses perdonen su osadía y lo dejen yacer en el cielo junto al espíritu de su amada.

Y también Marcelino Román en "Pájaros de Nuestra Tierra" nos hablaba así de esta maravillosa ave:

 

E l M a r t í n P e s c a d o r

Retacón, pura cabeza,

con esa facha parece

tras de feo, medio zonzo ;

mas de zonzo nada tiene.

Tiene el pico agudo y recio,

blanca gola y blanco vientre,

el pecho marrón rojizo,

lomo verdoso luciente.

Ríos y arroyos recorre

y entre árboles se detiene.

Cuando de anidar se trata

la barranca lo guarece,

donde hace a su modo un túnel

sin ningún inconveniente.

El oficio de la pesca

lo alimenta y lo divierte.

Aunque es de los que se mojan

la vez que pescando quieren,

tiene viveza y recursos :

sale con la suya siempre.

Sujeta el vuelo en un punto

sobre la lenta corriente,

mientras hunde la mirada

descubridora de peces.

De pronto como flechazo

en el agua se sumerge

-Fijo el ojo, listo el pico-

y, como el tino no pierde,

con un blanco pecesito

al instante reaparece.

Con lo lindo de sus días

de tanto en tanto se yergue

y en su canto de matraca

toda su alegría enciende.

 

(*) El autor de esta nota es coordinador del Club de Observadores de Aves (COA) Güirá Pirá, intérprete naturalista y fotógrafo de naturaleza.

 

 

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