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OPINIÓN

El Mayo Argentino

"El tiempo pasó y por esos caprichos del destino -junto a los egos políticos- los ideales se han ido tornado bastante indefinidos políticamente por una eterna crisis de representatividad que sigue sin resolverse desde hace 23 años", opina  el dirigente uruguayense Juan Martín Garay en esta columna.

 

Por JUAN MARTÍN GARAY (*)

¿Qué es ser revolucionario hoy? Ante una proclamada libertad por estos días, recordemos que los argentinos llevamos transitados 214 años desde la revolución de Mayo. Durante estos dos siglos hubieron desencuentros, claudicaciones, reivindicaciones sociales, olvidos, desesperanza, amores, odios, penas, alegrías, entregas, traiciones apátridas, pobres más pobres, incluidos, excluidos, en fin, de todo, “como en botica”. ¿Qué nos queda? Un proyecto nacional trunco porque no hay libertad económica, sólo dependencia externa y a 100 años por delante.

Ante cada conmemoración por el 25 de mayo, tenemos la obligación moral de proyectar ese hecho histórico hacia nuestro tiempo. Generar el “Mayo Argentino” haciendo uso de una maquinaria del pensamiento nacional impregnado de compromiso valedero. Como hoy se tiene sembrada la esperanza desde una desesperanza ya cultivada, tenemos que ser auto críticos para posibilitar en algún momento la sincera ejecución de un programa que tenga como fin último la refundación -en todo concepto- de nuestros principios básicos como país.

Utopía

La “Revolución de Mayo” nos hace creer en la sana utopía de la necesidad que tenemos de repensar nuestro presente y por sobre todas las cosas recapacitar sobre el futuro; todo como punto de partida hacia un necesario cambio profundo. Esta fecha que es muy importante para nuestra Nación debería traer siempre consigo un espíritu esperanzador y de fe, que movilice el sentimiento nacional pero que venga cargado de autocrítica.

Por eso debemos aspirar utópicamente a conseguir -en forma conjunta- el punto político de cohesión y proyección social que permita un mejor desarrollo humano con dignidad. Algo más que necesario en estos tiempos de individualismos plenos y hedonismos puros. La libertad que se proclama, en términos económicos, debe darse a las formas que exijan la justicia y la defensa de la solidaridad humana. Sino no es libertad para todos de manera justa y equitativa, por el contrario, se convierte en una injusta libre inequidad.

El tiempo pasó y por esos caprichos del destino -junto a los egos políticos- los ideales se han ido tornado bastante indefinidos políticamente por una eterna crisis de representatividad que sigue sin resolverse desde hace 23 años. Claramente la partidocracia existente no es parte de la solución a los problemas actuales que siguen vigentes en un esquema complejo. Las medidas de contención sólo han sido paliativos que perduraron. Resulta preocupante la falta trabajo que motorice la cultura el esfuerzo como ordenador social. En nuestra Argentina todos deberíamos poder producir al menos en igual proporción a lo que consumimos.

La tregua

Nuestro país sigue teniendo más grietas que uniones y más desencuentros que hermanamientos. Como dice “Fierro”, “si entre hermanos se pelean los devoran los de afuera”, exactamente es lo que nos pasa. Por eso debemos brindarnos una tregua para que cesen las hostilidades por un determinado tiempo y darnos la posibilidad de avanzar en la construcción de una fraternal ciudadanía.

En un escenario complicado en lo político, social y económico, abracemos hoy más que nunca a esa Argentina que está mirando hacia adelante buscando esperanza. Conmemoremos un nuevo aniversario de la “Revolución de Mayo” pero terminemos con las grietas y hagamos que otra realidad sea posible. La acción política debe constituir siempre un poder que organice a la comunidad para orientar lo social en los términos que mejor satisfagan las aspiraciones generales.

Esta fecha patria nos tiene que interpelar para que empecemos a darnos de una buena vez la oportunidad de cultivar el diálogo como forma de encuentro; donde impere el espíritu de Justicia Social y haya una defensa férrea de la dignidad humana, tutela de los desprotegidos y una clara lucha contra la exclusión y la pobreza. Por más utópico que sea, solamente todos juntos y hermanados podremos transformar la realidad, seamos revolucionarios, generemos un cambio profundo para luego dar un paso al costado, pensemos en la gente, es lo único que debe importarnos. Ahora y siempre.

 

(*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-

 

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