Federico Bruno apuntará a los Juegos Panamericanos en Santiago

Dijo que su gran objetivo para este año es lograr una medalla en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.

Cumplirá 30 años el próximo 18 de junio y se ha consolidado como uno de los mejores atletas argentinos de los últimos tiempos y, probablemente, el mejor mediofondista del historial. Sin embargo, mientras Federico Bruno disfruta de un momento óptimo de resultados y marcas, también siente que aún tiene un campo muy amplio por recorrer en su deporte. “Ahora volví de las competiciones de pista cubierta en Europa y estoy muy feliz. No sólo por haber cumplido los objetivos, sino por la confianza que me dan para las competencias al aire libre”, dijo en declaraciones a Clarín.

El 25 de enero, en Valencia, ganó los 3.000 metros llanos en 7'47''21/100 y batió un récord sudamericano que tenía tres décadas de vigencia, desde que lo fijara el colombiano Germán Navarrete también en pistas españolas en 1991. Pocos días después, en un torneo internacional en Miramas (Francia), Bruno se mantuvo en ese alto nivel, quedando segundo con 7'50''63/100. “La carrera en Valencia fue casi ideal, aunque en el último kilómetro, ya sin ‘liebre’ iba muy solo, pero con toda la decisión de buscar la mejor marca posible”, cuenta. Bruno ya acumula una valiosa experiencia en pruebas indoor, donde ya participó en dos Campeonatos Mundiales y donde también, durante la gira del invierno pasado, mejoró dos veces el récord sudamericano de los 1.500 metros con 3'39''09/100 en Valencia y 3'38''03/100 en Sabadell.

Es un verdadero polivalente ya que se viene luciendo tanto en pista cubierta como en las pistas al aire libre, las convencionales, y ha comenzado a incursionar con todo suceso en carreras largas, de calle o ruta. Y aunque es un especialista en mediofondo, en distancias de 1.500 a 5.000 metros, ya está programando un futuro para las distancias mayores.

“El año pasado, después de aquella gira de pista cubierta, se me complicó todo, imprevistamente, por un virus cuando iba a competir en el Campeonato Iberoamericano en Alicante. Al principio, pensamos que podía ser Covid, pero después fue algo distinto, que me obligó a parar varias semanas. Me perdí ese Campeonato y, sin embargo, una vez que retomé los entrenamientos todo funcionó muy bien, fue una temporada casi ideal y me da la idea de lo que planifico para este año y cómo hacerlo”, cuenta.

Ese retorno fue brillante con el 21k de Buenos Aires, a fines de agosto. Detrás de la “legión africana”, Bruno fue el mejor entre los argentinos y su marca de una hora, dos minutos y 10 segundos es la segunda mejor de la historia de nuestros atletas, sólo superada por el récord de Antonio Silio –un especialista en la distancia- desde hace tres décadas. Dos meses más tarde, en el clima cálido y húmedo de Asunción, Bruno fue una de las figuras del plantel argentino que con todo suceso se presentó en los Juegos Odesur.

Allí venció en los 1.500 y 5.000 metros llanos, sus distancias favoritas. Y completó el ciclo al ganar por tercera vez consecutiva el 10k de San Isidro/Campeonato Nacional, superando al favorito etíope Gerba (vencedor de aquel 21k) y a los mejores fondistas sudamericanos que estaban especialmente invitados. Pese al clima muy caluroso, Bruno consiguió esa mañana de diciembre una marca de 28'23'', que también es la segunda de la historia en el atletismo argentino, donde Silio mantiene el récord.

“Aunque todavía no soy un especialista en esa distancia, me gusta hacerla cuando tengo el tiempo y la oportunidad. Ese día, el clima afectó mucho. Si se dan las condiciones, intentaré ese récord en algún momento”, promete. Momentos después de la prueba, Bruno recibió un mensaje del propio Silio –entrerriano como él, pero de Nogoyá- alentándolo en sus objetivos.

Bruno había asomado como un gran proyecto del atletismo argentino hace más de una década, acaparando títulos y récords de mediofondo en las categorías juveniles. Inclusive, fue finalista del Campeonato Mundial “Junior” del 2012 en Barcelona. Entre sus formidables dotes físicas y su espíritu aguerrido, que ya se veía inclusive frente a los mayores en aquellos primeros tiempos, tenía el destino para excelente mediofondista.

En 2016 sorprendió cuando, por la posibilidad de llegar a los Juegos Olímpicos de Rio, optó por el maratón (en ese momento, las marcas de clasificación en esa distancia eran más accesibles que en las de pruebas de pista). Consiguió esa marca (2h15'40'' en Hamburgo) y pudo participar en los Juegos, aunque en condiciones muy difíciles y sólo su inmensa voluntad le permitió completar el duro y agotador recorrido. Correr maratón quedó, entonces, para otra época, si se da. Afortunada y paulatinamente, Bruno volvió a su verdadera especialidad, el mediofondo. Y allí se fue consolidando.

Después de varios intentos -había “acariciado” la medalla dorada de los 1.500 metros desde el 2011- en el Campeonato Sudamericano de Asunción 2017 conquistó esa distancia. Y fue el primer triunfo argentino en más de seis décadas, desde que Nilo Riveros triunfara en el estadio de River en 1952, en la carrera donde Osvaldo Suárez hizo su debut internacional y llegó sexto. A partir de ese momento, con una planificación y un entrenamiento más adecuados, concentrado en esas distancias y sumando experiencia internacional, Bruno se ha establecido como el mejor mediofondista del historial de nuestro país, además de iluminar un camino en el que están floreciendo –como nunca- varios jóvenes de grandes condiciones (José Zabala, Diego Lacamoire y Nacho Erario, entre ellos).

Ya batió cuatro veces el récord argentino de la distancia clásica del mediofondo, los 1.500 metros, y lo colocó en 3'36''18/100, dos años atrás en Castellón. En total, corrió 11 veces por debajo de 3'40'' y “siento que todavía puedo mejorar mucho más”. Abordó otra prueba de gran tradición para los mediofondistas como es la milla y se convirtió en el primer argentino en correr por debajo de cuatro minutos, al marcar 3'59''27/100 en su ciudad natal, el 31 de marzo de 2021. En otras pruebas al aire libre está entre los mejores argentinos del historial y los mejores sudamericanos de la actualidad como 7'54''34/100 en 3.000 metros (2015) y 13'31''42/100 en 5.000 (2019) registros que, de acuerdo a su reciente incursión de pista cubierta, seguramente podrá mejorar.

“Mi gran sueño para este año es lograr medallas en los Juegos Panamericanos, en Chile, en octubre. Le apunto a eso. Estuve cerca en Lima y ahora me siento con toda la confianza para conseguirlo. Por eso, mi planificación es para llegar bien preparado a esos Juegos” anticipa. Ese plan le implica no realizar la gira del verano europeo para carreras de 1.500: “Entre los viajes y carreras continuas, hay un desgaste. Prefiero llegar con pocas carreras y fresco, pero a punto para aquella fecha. Y en Concordia entreno bien, tengo todo lo que necesito, la pista para trabajos de velocidad y otros buenos caminos cuando necesito sumar volumen, kilómetros”.

Bruno tiene en agenda el 21 de abril para una cita importante: el meeting Payton Jordan Invitational en uno de los “templos” del atletismo estadounidense, el estadio de la Universidad de Stanford, California. Allí tratará de conseguir su mejor marca en los 5.000 metros. “Si hay buen clima, allí estará todo. Muchos rivales importantes, liebres, la atmósfera del lugar. Ya hice una buena experiencia en carreras en Estados Unidos. Si soy capaz de pasar los tres kilómetros en 8 minutos, llegaré con las energías suficientes para rematar. Sueño con una marca importante”.

Después vendrán los compromisos de la región (competencias nacionales y el Sudamericano) y en agosto, el 21k de Buenos Aires. ¿Por qué no intentar el Mundial en Budapest? “Este año, no, por lo que comentaba… Quiero llegar con pocas carreras a los Panamericanos, y si voy al Mundial, tendría que tener mucha suerte para, a lo sumo, llegar hasta semis… En cambio, el 21k lo puedo correr más relajado, sin presiones, voy a un ritmo que no me provoca ningún stress. Y después ya me concentro en la preparación específica para los Juegos”.

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