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Felices reflexiones

El tiempo no tiene partes diferenciadas, es un río eterno que no se detiene. Somos nosotros quienes lo dividimos, y creamos mitos y rituales al hacerlo. Juntarse o no juntarse, hacer regalos o no, armar o no el arbolito, no es entonces lo más importante… Y en cambio quizás lo sea reflexionar sobre qué es lo importante para cada uno, como persona y como comunidad.

 

Por A.S.

 

El fin de año es una época marcada por ciertos rituales que, para la mayoría de las personas, son tan indiscutibles como sagrados: que hay que juntarse con la familia, que hay que armar el arbolito, que llega Papa Noel, o el Niño Dios, o los Reyes Magos, que concluye un ciclo y comienza otro, que hay que plantearse nuevas metas para el año que empieza…

Sin embargo hay quienes viven esta época con angustia: porque no pueden o no tienen con quién juntarse o no desean hacerlo, o porque les trae malos recuerdos, o quizás dejaron de creer en algunos de los mitos vinculados con estos rituales.

La palabra “mito” viene del griego “mythos” y significa “relato” o “cuento”. Los mitos han sido estudiados por la filosofía, por la antropología... Forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, y cumplen varias funciones, entre ellas explicar o justificar aspectos de la vida social. Por ejemplo: el mito bíblico de cómo fue creada la mujer –después del varón y a partir de una de sus costillas– fue usado durante siglos para justificar el dominio del varón sobre la mujer.

Y los mitos siguen entre nosotros: no los han eliminado la educación ni los avances científico-tecnológicos. Incluso se asegura que uno de los mitos de nuestra época es precisamente el poder de la ciencia y de la tecnología. Y funciona como cualquier otro mito: ¿para qué nos vamos a preocupar por el cambio climático, el desastre ambiental causado por la forma en que producimos energía o alimentos? Si la ciencia, ese nuevo mito todopoderoso, seguramente le encontrará la solución. Entonces seguimos, como si nada...

Los mitos pueden adaptarse a cada época o sociedad, y crear nuevos rituales. Por ejemplo, el arbolito de Navidad es ajeno a la narración del nacimiento del Niño Dios. Adornar árboles a fines de diciembre, cuando se produce en el hemisferio norte el solsticio de invierno, era un ritual en Europa vinculado con el deseo de abundancia para el año siguiente. En el sur, en cambio, es el solsticio de verano en esta fecha, y los pueblos aborigenes celebran al Tata Inti (el padre Sol) que brinda más calidez a la Pacha Mama (la madre Tierra) y se renueva el ciclo. Parecido, pero diferente.

Otros mitos son mucho más recientes. El de Papá Noel, por ejemplo, en la imagen que todos conocemos, es un personaje inventado por un dibujante que contrató la empresa Coca Cola hace menos de cien años. Fue en 1931 que Haddon Sundblom creó esa imagen que se impuso en todo el mundo.

Pero el mito más poderoso vinculado con esta época es quizás la idea de que algo termina y algo empieza. Hoy casi toda la humanidad celebra el inicio del “año” en la misma fecha, pero a lo largo de la historia el año hubo diferentes mediciones, y por eso hay fechas distintas de inicio y fin. Los chinos, por ejemplo, celebrarán su año nuevo el 12 de febrero. Y no será el 2021 sino el 4717. Y como se habrán dado cuenta por la cifra, tiene casi 2.700 años más.

¿Eso significa que ese año sí está bien, y el nuestro está mal? No, solo nos recuerda que la medición es arbitraria, que si bien hay “ciclos” naturales (por ejemplo la sucesión de las estaciones, que refleja el recorrido de la tierra en torno del sol), lo que no hay son años “naturales”.

El tiempo no tiene partes distintas, es como un río eterno que no se detiene. Somos nosotros quienes lo dividimos. Y creamos mitos y rituales al hacerlo.

Juntarse o no juntarse, hacer regalos o no, armar o no el arbolito, no es entonces lo más importante… Y en cambio quizás lo sea reflexionar sobre qué es lo importante para cada uno, como persona y como comunidad. Qué queremos ser, cómo queremos vivir... Por eso les deseo felices reflexiones en estas fiestas. 

 

(*) Esta columna sale en el noticiero de Somos Concepción del Uruguay, todos los miércoles, y en la radio de la UNER 91.3, en el programa El Reverso. Esta, última columna del año 2020, se emitió el miércoles 23 de diciembre.

 

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