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Fragmentos de un discurso por el día del periodista

Hoy por la mañana desperté con un saludo por el día del periodista. El periodista, para mí, es igual al ciclista, al ceramista o al chapista, en tanto que su trabajo ronda alrededor de una actividad.

 

Por  MARIO DANIEL VILLAGRA SEGOVIA (*)

 

En Argentina es, de hecho, una muestra más de la homogenización de una historia contada desde Buenos Aires y Córdoba.

Se celebra, pues, la creación de la” Gazeta de Buenos Ayres”, un órgano de difusión creado por Mariano Moreno, en donde publicaban, entre otros, él y Bernardo de Monteagudo; bien por ellos.

En honor a la "Gazeta de Buenos Ayres", en 1938, el primer congreso de periodistas, mantenido en Córdoba, propuso tal fecha como el Día del periodista.

Lo que se dispuso en ese encuentro fue el "Estatuto del periodista profesional".

Con el tiempo, también devino la discusión sobre la jubilación del periodista. Eso lo tuve que leer; y también he leído confesiones tales como: “es una patriada”, “la voz de los oprimidos”, “un trabajo contracorriente”, “es mi vida”, “perdón si no estoy a la altura”, entre otras declaraciones.

Para los entrerrianos y para toda la Argentina hay un día y un personaje que pasan desapercibidos en la formación de los periodistas. En 1907, José Modesto Gillard fue asesinado por trasportar una imprenta para Antonio Ciapuscio, destinada a reabrir el periódico “El Pueblo” de Villaguay.

También leí autocríticas, como que en el día del periodista hay poco para festejar y mucho para reflexionar sobre el quehacer  y lo qué “nos están haciendo”, dijo uno. Solamente con recordar a Rodolfo Walsh y José Luis Cabezas. Desde luego, aún se sabe de aprietes a los periodistas y a los medios de comunicación, mediante abuso de poder político y económico.
Aún más, han manifestado denuncia hacia los festejos lujosos para los periodistas en su día, por la complicidad entre empresas y gobierno que debajo del agasajo se oculta. En estos momentos hay despidos y cierre de medios enteros. Ya se sabe que en el último año hubo miles de despidos.

LO PARTICULAR DE MI TRABAJO

En lo personal, publico, publiqué y publicaré en medios; me han pagado, me deben, lo haré voluntariamente, nunca me han contratado. Entonces, no se puede decir que me han despedido, en términos técnicos, pero sí me han prohibido entrar a un lugar para ejercer la comunicación social. Yo no soy periodista, más bien participo del discurso periodístico, y doy mi fragmento.

Ejercer el periodismo, para mí, no basta con estar informado, ni mucho menos con publicar. Publicar, ese acto particular de entrar en la política —consciente o inconscientemente—, debería ser un acto medido. Por eso, cuando escribo, mido mis ideas. Podría decir que pienso escribiendo y escribo midiendo mis ideas. Y no busco ninguna verdad, pues como dice Roland Barthes, “muy simplemente porque el lenguaje no está del lado de la verdad ni del error. Está en los dos lados a la vez, por lo tanto no se puede saber si es enserio o no”.

“La prensa libre es el ojo siempre vigilante del espíritu del pueblo (…) el nexo expresado de palabras que unen al individuo con el Estado y con el mundo y con el mundo y la cultura”. 
Carlos Marx

Para eso, el periodista tiene los archivos y los hechos. Entonces, no se trata ni de estar informados ni de admirar la erudición y el ser culto; todo eso en suma, más una escucha atenta, pueden hacer verdad histórica.

Una verdad histórica, por ejemplo, es mí experiencia con los inquilinos: luego de desarrollar un periodismo, que por definición debe ser investigativo, la transición fue la organización. Los periodistas me hacían notas como inquilino, pero yo comencé en ese tema publicando periódicamente sobre ese asunto ciudadano. Terminé co-redactando una ordenanza municipal, y apoyando un proyecto le ley nacional. Eso, entiendo, es una consecuencia de transitar el periodismo alternativo y comunitario.

De manera tal que doy mi fragmento del discurso en torno al día del periodista desde la periferia. Desde fuera de ese lugar donde lo ejercí, y de donde aún tengo y tienen noticias.  Pues el periodismo, entre otras cosas, trata de hacer noticias, leerlas y retroalimentar el mismo trabajo. El problema del periodista, es que ese trabajador está formado para pedir trabajo asalariado, y no para autogestionar su trabajo de forma cooperativa.

“El periodismo es un género literario mayor de edad, como la poesía, el teatro, y tantos otros.”
G. G. Marquez

Pero el trabajador no está aislado. Es por eso que hay una sociedad que, por más que tenga medios cooperativos para consumir, no los consume. Los grandes medios de comunicación han creado un hábito de consumo para el animal político y “dominar las mentes mientras se endurecen los corazones”, como dijo B. Brecht.

Las clases dominantes tienen sus propios periodistas, que si la conocen, han olvidado aquellas palabras de Mariano Moreno: “si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.

Solo así el periodismo tiene algún sentido, alguna significancia.

 

(*) Publicado en el "Blog de Villa".

 

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