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LT 11 según "El gordo" Puchulu

El día previo a que la emisora pública cumpliera otro año más de vida, el reconocido periodista y escritor, Juan Luis Puchulu, "El gordo" para todo el mundo, colgó en su cuenta de face un texto de su autoría realizado el año pasado; seguramente con ayuda de alguien cercano, ya que hace tiempo lucha contra la enfermedad de Pakirson. Pero no hay dudas el texto es de él, sin vueltas. Fiel a su estilo repasa parte la vida de la AM, con algunas anécdotas dignas de un libro. Después de tantos años de estar frentes a sus micrófonos, adentro y afuera de la emisora, organizando, pensando e incentivando actividades, como las maratónicas jornadas solidarias de la recolección de juguetes,  entre las cientos de iniciativas.

El texto es el siguiente:

A 65 años de LT11 la radio

Mañana se cumple un aniversario más de mi querida Radio LT11,... el lugar que elegí en mi adultez para seguir jugando,... dejó acá, para quien guste, la carta que escribí el año pasado y que lleyeran en los festejos del 65 aniversario.

El 27 de agosto 1920 desde el teatro Coliseo nacía la radiofonía en Argentina. 31 años más tarde comenzaba a transmitirse desde Concepción del Uruguay, a través de nuestra querida LT11.

A lo largo de su historia, muchas veces dieron por muerta a la radio. Sin embargo ella siempre supo escaparse al futuro.

Cuando salió primero la televisión, hubo quienes se animaron poner hasta fecha de defunción. Aún así, fue la televisión la que terminó en muchos casos imitando a la radio y sus formatos para aprender a acercarse a la gente.

Más cerca en el presente con Internet y la circulación de información instantánea, se dijo que la radio tendría su Knock out definitivo. De igual manera salió airosa, sabiendose adaptar a los nuevos tiempos, mutando y mudando muchas veces, aprovechando, sobre todo, los soportes tecnológicos para, incluso, lejos de morir, expandirse y llegar cada vez más allá a través de las transmisiones online.

Por eso lo que hacemos acá hoy es celebrar los 65 años, hablando del futuro de la radio. Por que a nadie le cabe dudas, ya, de que la Radio es futuro. Y, creo lo es, sobre todo, por su rol de compañera y la posibilidad de ser una ventana a la imaginación.

Siempre pensé que la Radio es la magia de todos los sentidos.

Uno en radio cuenta una noticia o narra una historia y el oyente siente que se lo relatan a él. Por eso la radio es mágica y es diálogo.

Además, sin conocer al locutor el oyente lo imagina a su manera, lo dibuja y le pone características propias.

Una vez a mi me ocurrió en Concepción del Uruguay, en lo que creo fue algo así como la primera huelga mundial de murgueros.

Ese año se había tercerizado el carnaval y los empresarios no cumplían.

Era dantesco ver las murgas entrar a la plaza Ramírez disfrazadas y en silencio. Me enteré que estaban las partes negociando en el edificio del centro comercial y allí fui.

Cuando quise entrar a cubrirla como periodista un murguero me freno de golpe y me prohibió pasar. “Soy el Gordo Puchulu, de la Radio LT11”, le dije. El murguero largando una carcajada repondió: “¡Qué vas a ser el Gordo Puchulu! ¿Te enfermaste o te pusieron a régimen a vos? ¡Andá!”. Y no me dejó pasar. Ese hombre tenía un concepto y una imagen mía, que había armado de tanto escucharme, muy distinta a la que en realidad era.

La Radio me hizo conocer personas de fama, artistas, pero también hombres que andaban de novio con la vida, verdaderos poetas que conversaban cotidianamente con la luna y andaban de madrugadas saltando charcos. Esos eran mis preferidos. Por ahí circularon Matraca, Nicolita y el Cantor, entre otros.

Nicolita, era ese personaje al que Dios no le había dado lugar donde dormir, pero si los caminos para caminar. Era una caminante sin tiempo.

Por esa época uno de programas más escuchados era “La Noche de Entre Rios” de un bohemio llamado Roberto Román. Trabajaba con él, el gran poeta entrerriano Jorge Enrique Marti. Una noche muy fría íbamos a cerrar la puerta y lo encontramos a Nicolita. Le pregunté. “dónde duerme usted, esta noche?”. “Donde me agarre la madrugada”, contestó. Me pareció inhumano dejarlo afuera, así que lo invité a pasar. Al otro día, entre a la Radio y, entre risas, los compañeros me decían que el director quería hablar conmigo y andaba con pocas pulgas. ¿Qué Pasó? Nicolita se había cagado encima y había pasado la noche caminando por los pasillos. El living era una sola mancha marrón que lo recorría de punta a punta. Por supuesto las cosas que me dijo el director son irreproducibles.

En lo personal la Radio me dio un espacio para jugar, para reirme, para imaginar. Por eso nunca pude decir que iba a la radio a trabajar. Además, me dio una cosa que no me olvido más que son los amigos. Hoy a algunos me los encuentro a la vuelta de la esquina y a otros a la vuelta de una nube.

Pero de cualquier manera, siempre que los encuentro en la vida o parado sobre un recuerdo es una fiesta.
La Radio también es formadora y como a tantos a mi me formó. No se puede trabajar en la Radio sin ser una buena persona, sin tener un compromiso, y sobre todo sin ser solidario.

Vivimos en una ciudad de enorme sentido solidario. Este año vamos a cumplir 33 años de la “Campaña del juguete”, un momento ya emblemático donde la ciudad con la radio como nexo expresa su solidaridad con los gurises que no pueden tener juguetes. En el año 1993 nos dio la oportunidad de ser solidarios con toda Concepción del Uruguay. Con ella hicimos la “Primer campaña de las voluntades”, recaudando fondos para las instituciones locales; campaña que fue reconocida con una mención de honor por APTRA como el “Programa más solidario del año”. Que por otro lado cuando le dije a Patricia que me iba a la plaza a hacer una campaña de más de 100 horas sin dormir, me dijo: “Ya no sabés que inventar para no dormir en casa”.
Además en la segunda mitad de los 90’ desarrollamos varias “Campañas del Abrigo”, entre otros desafios solidarios protagonizados por la radio.

Por supuesto todos tenemos maestros y el mío es el Profesor Visagno. Que no solo me enseño el oficio, sino que me llevó a amar la profesión.

Termino contando una anécdota. El Pato Viganoni presentaba un disco. Era un fenómeno de popularidad en la zona. La cancha de Atlético estaba llena. Yo llevaba diez minutos hablando y él no salía por que se encontraba retrasado. Según Lito Paroli, estaba afinando. Finalmente el Pato se acerca y yo digo: “Con nosotros el Pato –y alargo la “o” generando un suspenso que enmudeció al estadio- Lauritto!!!!”, Lito Paroli, Visagno, entre otros se agarraban la cabeza y no aguantaban la risa,…

Por eso tengo un profundo agradecimiento a la radio. Por que sin dudas la radio me hizo muy felíz!!

Gordo Puchulu.

 

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