Desde la mañana de este lunes 27 de enero, los trabajadores de la planta La China de la empresa Granja Tres Arroyos empezaron una huelga general en reclamo por los primeros 80 de los 400 despedidos que amenaza concretar la empresa durante esta semana (Ver: Tres Arroyos despedirá...).
REDACCIÓN de EL MIÉRCOLES
Fotos y videos: EL MIÉRCOLES
En la zona de acceso a la planta, en el barrio Matadero de Concepción del Uruguay, se realiza un acampe de trabajadores despedidos acompañados por compañeros activos, ya que entienden perfectamente que, de no adherirse, pueden ser los próximos en la “lista negra”.
También están presentes dirigentes y militantes de diferentes gremios y entidades sociales que conforman el MOSU (Movimiento Obrero Social Uruguayense).
Miguel Klenner, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA), delegación Concepción del Uruguay, tomó la palabra y reclamó que tanto el gobernador Rogelio Frigerio como el ministro de Trabajo, Manuel Troncoso, “se hagan cargo” y se interioricen.
Más allá de la medida, aseguró que realizarán la faena del pollo que ingresó a la planta antes de iniciar la medida de fuerza, pero advirtió “que no saquen más de las granjas”.
Consultado sobre las razones dadas por la empresa, el sindicalista resumió: “El motivo es que somos caros y no se puede pagar, cuando sabemos que el sector está muy activo. Las empresas en Entre Ríos y Buenos Aires están al tope de la producción. El pollo se vende, estamos trabajando”.
“Querían que firmemos un preventivo de crisis, el cual condena los compañeros al 50 por ciento de indemnización. Hay gente que me está llamando con medicación y piden que no se le corte la obra social ¿qué hacemos con esa gente?”, preguntó.
El conflicto empezó a gestarse en noviembre de 2024, cuando la empresa de la familia De Grazia resolvió quitarles a los trabajadores un pago adicional que cobraban desde hace casi 40 años, lo que representaba en la liquidación final el 21 por ciento del sueldo. En las negociaciones, la patronal intimó a que aceptasen la reducción salarial o despedían gente.
“Hoy estamos hablando de despidos cuando deberían tomar gente. Está la empresa Becar (del mismo grupo empresario) que está faenando, así que mal no le está yendo. Se viene el trabajo esclavo, contratado”, destacó.
También, el gremialista denunció que la empresa uruguayense Euler, que se dedica al rubro de construcción de galpones, pinturas y albañilería, está trabajando en la faena, “sacándole trabajo a los compañeros”. “No tienen la culpa esos muchachos, los mandan a trabajar. Les están pagando la mitad de lo que deberían cobrar. No están respetando al gremio. Acá hay extorsión. Quieren que la gente baje sus salarios, el aguinaldo lo querían pagar en cuatro cuotas, hay compañeros que no cobraron vacaciones e, incluso, se atrasan en el pago de las quincenas. Lo que queremos es que se reincorpore los compañeros”, agregó.
Insistió en que el empresario Joaquín De Grazia, dueño de la empresa, “la está haciendo a palas”. “Cuando fuimos esenciales (en referencia a la época de la pandemia) se la llevó a toda. No puede ser que en el 2001 le dimos el presentismo para que la empresa se salve y hoy sea la potencia que es, lo quieran eliminar arbitrariamente. No es que lo proponen, ya está descontado en los recibos de sueldos de los haberes, ya están aplicando la indemnización al 50 por ciento”, remarcó, y sumó: “Hay varios compañeros con problemas de salud, con la cuota alimentaria, separaciones, chicos que se deben atender con el psicólogo. Si quieren pelear que lo hagan con los gremialistas, pero no con los obreros”, reclamó.
También pidió que “el presidente Milei vea que esto no es una pyme, que se haga cargo, que estos empresarios corruptos se quieren llenar los bolsillos con la sangre y el sudor de los trabajadores”. “Esto será un precedente para que el sector avícola se esclavice. Se viene el trabajo a contrato, al sistema de una cadena de heladerías, que los toma tres meses y los deja afuera”, avisó.
Promesas de crecimiento y denuncia por el peligro del amoniaco
En su alocución, el gremialista recordó la visita de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner: “La empresa prometió seguir creciendo tras los famosos créditos del Bicentenario”.
También aprovechó la presencia mediática para denunciar el peligro con el conviven: “Ya hubo un trabajador de la empresa Euler que perdió un brazo hace unos meses. No es que hubo una fuga de amoniaco, explotó un caño. Gracias a un operario de apellido Basualdo, que con su experiencia pudo dar la alarma y salvó el barrio y la ciudad, porque la cantidad de amoniaco que se maneja en esta empresa es una bomba. Falta inversión y compromiso. Tengo la denuncia hecha ante el Ministerio de Trabajo de que Tres Arroyos no se ocupa de la maquinaria ni toma gente para cubrir vacaciones. Entonces uno debe hacer el trabajo de dos personas”.
Testimonios
Trabajador despedido cuenta su realidad.
Los trabajadores se expresan desde adentro de la empresa.
Víctor Hutt, dirigente del MOSU.
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