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OPINIÓN

UNA PROVINCIA MEJOR

Con características espasmódicas, cada vez que se publica un estudio sobre los efectos de los agro tóxicos sobre la salud humana, el tema entre en el radar de los medios y se generan interesantes discusiones en las que la gente hace catarsis sobre sus temores y angustias generadas por el modelo, los funcionarios de producción se ven sumamente incómodos para justificar sus acciones, diputados y senadores demuestran su ignorancia y desinterés, y quienes hace mucho tiempo tratamos de advertir sobre las consecuencias del modelo productivo tenemos quince minutos de fama durante entrevistas que siempre nos dejan muchísimas cosas por decir, cosa que es imposible hacer dados los tiempos televisivos y radiales.

Por DARIO GIANFELICI (*)

Decir, por ejemplo, que en 2008 se reformo la Constitución de la Provincia de Entre Ríos y se generaron los artículos 83; 84; 85 y 86 que sentaron las bases de una política ambiental que deviniera en política de estado con continuidad, firmeza y apoyo político y social.

Especialmente el artículo 84: “Un ente tendrá a su cargo el diseño y aplicación de la política ambiental. Son sus instrumentos, sin perjuicio de otros que se establezcan: la evaluación ambiental estratégica, un plan de gestión estratégico; el estudio y evaluación de impacto ambiental territorial; los indicadores de sustentabilidad; el libre acceso a la información; la participación ciudadana en procesos de toma de decisiones que afecten derechos, y la educación ambiental atendiendo principalmente a las culturas locales.
La ley determinara la creación de un fondo de recomposición ambiental, y estrategias de mitigación y adaptación vinculadas a causas y efectos de del cambio ambiental global.”
Este artículo, permítaseme decir que me siento orgulloso de haber participado en su redacción, es una síntesis perfecta de lineamientos políticos ambientales claros, sustentables y, fundamentalmente, consensuados con las comunidades involucradas.

Desde el 12 de octubre de 2008, fecha en que entro en vigencia este documento, poco, o nada, se ha hecho con un texto que, de haberse cumplido, podría haber sentado bases ejemplares de protección ambiental en una provincia que lo requiere desesperadamente.

Mientras el control sobre eventos ambientales, malas prácticas y excesos diversos siga teniendo como prioridad la producción y no la conservación pensando en las generaciones futuras.

Mientras el estado nacional siga generando caja basado, casi exclusivamente, en la exportación de commodities; cerrando los ojos, en complicidad con grandes productores y multinacionales envenenadoras, a los efectos de un modelo de producción basados en transgénicos y aplicación de químicos que generan contaminación, enfermedad y muerte… y dólares claro.
Mientras los legisladores sigan mirando para otro lado cuando los aviones fumigadores sobrevuelan las escuelas rurales.
Mientras todo esto pase, no podemos hablar de salud, sustentabilidad, ni defensa de la vida.

De poco valdrá, entonces, que investigadores comprometidos como lo fue Andrés Carrasco, como lo son Damián Marino, Damián Verseñazi y otros tantos que, anónimamente, intentar detener la pesada maquinas en marcha.
La Constitución está a disposición de todos y no requiere más que el trabajo de leerla, tanto en este tema como en muchos otros, para generar una provincia mejor.

Cerrito, 5 de agosto 2016.

(*)Medico rural – Ex Convencional Constituyente

 

 

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