El docente y gremialista Víctor Hutt señala en este artículo lo que espera para el sector docente este 2022. "El gobierno de Entre Ríos, al mejor estilo oligárquico, no duda en sacudir el látigo ante la clase trabajadora, así como no dudó en recortar salarios con la ley de emergencia en 2020", remarcó.
Los docentes de la provincia de Entre Ríos venimos sufriendo pérdida del poder adquisitivo del salario desde hace varios años y el 2021 no fue la excepción, luego de un 2020 en que se nos mantuvo el sueldo congelado, mientras la inflación escalaba al 36,1% anual, nuestro sueldo se mantuvo absolutamente congelado, recién recibimos una pobre actualización en febrero de 2021, pero que fue en promedio del 20%, con lo que podemos decir que cerramos el 2020 con una pérdida del 16%.
En lo que corresponde a 2021, a comienzo de año obtuvimos una actualización del 35%, en cuatro tramos, que marcaba un buen comienzo de las negociaciones, pero necesitábamos continuar con el diálogo paritario hacia adelante, porque como se esperaba, ese 35% fue superado ampliamente por la inflación, reclamamos la reapertura de paritarias y tardaron en abrirse, primero se abrió para los empleados estatales y se ofreció un muy insuficiente 7% extra, para llegar a un 42% anual ante una inflación del 50%, luego nos convocaron a los docentes con el mismo ofrecimiento, un 7%, que ya formaba parte de los sueldos de diciembre que están realizados en el sistema de liquidaciones provincial, esperamos continuar con el diálogo y lo que recibimos fue un abuso de poder, mientras la recaudación provincial aumentó un 70% en el interanual, el gobierno provincial actualiza los salarios un 42%, muy por debajo del índice inflacionario.
Si observamos a nuestro alrededor, otros sectores laborales e incluso trabajadores docentes de otras provincias, encontramos muchos ejemplos de paritarias que arrojaron por encima del 50% de actualización salarial, hasta 54% en algunas provincias vecinas, que han logrado, aunque sea por muy poco, ganarle a la inflación, han recuperado una pequeña parte del poder adquisitivo del salario, ante esos ejemplos, nuestro 42% anual no da para más.
Es importante y necesario que las decisiones sean tomadas por los y las docentes, que no permitamos las imposiciones con mayor o menor agresión desde los partidos políticos de todos los sectores que quieren imponernos las decisiones que les convienen a ellos.
Ya no hay espacio para este tipo de negociaciones con un gobierno que no escucha, que sólo hace abuso de su posición dominante, como tantas veces en nuestra historia la necesidad nos obliga a profundizar la lucha por nuestro salario, por la recuperación de lo arrancado en éstos últimos años, que ya acumula más de un 30% de recorte en los últimos años.
Venimos de un año 2013 en el que nuestro sueldo mínimo logró alcanzar el valor de la canasta básica total, después de haber caído al 52% de la misma allá por los trágicos años del estallido del 2001, pero éste gobierno provincial nos llevó nuevamente a tocar fondo, en los peores momentos de la pandemia nuestro sueldo mínimo llegó a ubicarse en el 44% de la línea de la pobreza y en tiempos de reactivación económica, de crecimiento de las ganancias de los sectores concentrados, el sueldo mínimo docente se sigue ubicando muy lejos del valor indicado como línea de la pobreza, estamos en un 61% y si no fuera por el impacto de los montos en negros recibidos de Nación, estaríamos en el 57% de la canasta básica total.
Ya sabemos lo que viene y tenemos que decidir personalmente y colectivamente, cada docente en el conjunto, si continuamos por este camino o cambiamos el escenario, vendrán ataques y amenazas, castigos tan duros como los descuentos sobre nuestros sueldos que son el sustento de nuestras familias, el gobierno de Entre Ríos, al mejor estilo oligárquico, no duda en sacudir el látigo ante la clase trabajadora, así como no dudó en recortar salarios con la ley de emergencia en 2020, tampoco duda en manejar la opinión pública a partir de una extensa red de medios adictos en toda la provincia, esto es lo que se vislumbra para el 2022.
Se viene una lucha que será dura y se deberá sostener en el tiempo, la opción es seguir perdiendo salarios, seguir perdiendo ingresos, las decisiones no serán tomadas por algunos pocos, las decisiones serán tomadas por las mayorías, pero en cada decisión, en cada opinión o voto en asamblea deberá existir por detrás la convicción de no bajarse de la lucha a mitad de camino, cuando aparezca el látigo del patrón que ya sabemos que aparecerá.
No nos podremos quedar callados en cada asamblea, tendremos que expresar todas y cada una de nuestras opiniones sobre los pasos a seguir, porque detrás de cada palabra deberá estar el compromiso de la acción, detrás de cada voto en asamblea deberá estar el cuerpo para sostenerla, de nada servirá decidir luchas para que las sostengan otros u otras, esa forma de participación nos debilita, “opinión, voto, decisiones democráticas, compromiso, acción, cuerpo” o ya sabemos lo que nos deparan los planes del gobierno.
Es importante y necesario que las decisiones sean tomadas por los y las docentes, que no permitamos las imposiciones con mayor o menor agresión desde los partidos políticos de todos los sectores que quieren imponernos las decisiones que les convienen a ellos, porque seremos nosotros, los y las docentes, los que luego deberemos sostener esas decisiones, es importante y necesario que estemos atentos, que detectemos las infiltraciones de ese tipo en nuestras asambleas, que no permitamos los discursos que sean agresivos al interior de nuestras organizaciones de trabajadores, esa violencia que se intenta imponer desde algunos sectores hacia el interior de los trabajadores de la educación, son sin dudas funcionales a las patronales, a las decisiones las tomamos entre todos, las sostenemos entre todos y es importante y necesario que exista unidad entre los que llevaremos a cabo la lucha, se opina, se vota, se respetan las decisiones mayoritarias, nos guste o no nos guste, así funciona la democracia, lo demás es violencia funcional a las patronales, tenemos que ser tan combatimos como lo podamos sostener con el cuerpo, como lo decidamos entre nosotros, es por eso que pensando en el comienzo laboral de 2022 nos preparemos para dar la batalla más fuerte que podamos, que guardemos recursos para enfrentar los días de descuentos, que preparemos las zapatillas para marchar y marchar, que busquemos quién nos cuide las mascotas porque es posible que tengamos que realizar campamentos en los lugares que se decida, que preparemos los gorros por si nos toca estar muchas horas en una ruta. Nos preparamos para la lucha o nos seguirán recortando el valor adquisitivo del salario, nos seguirán empobreciendo, se seguirán enriqueciendo los más ricos y cada vez será más injusta la distribución de la riqueza.
(*) Víctor Hutt, trabajador de la Educación, ex secretario general de Agmer Uruguay.
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