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Otro desaparecido uruguayense: Carlos Oscar Godoy, poeta y cineasta

Hijo de un trabajador ferroviario, Tito, como lo llamaban, estudiaba cine en Córdoba y realizó al menos dos cortos, que no se han podido recuperar hasta ahora. También era poeta, y su obra integra antologías editadas en los últimos años. Aquí, parte de su historia y su poesía.

Por AMÉRICO SCHVARTZMAN de EL MIÉRCOLES DIGITAL

 

Había nacido el 25 de abril de 1951 en Concepción del Uruguay. Su familia se radicó en Córdoba en 1962. Su padre era ferroviario y su madre costurera. Carlos Oscar, o Tito como lo llamaban, estudió cine en la Escuela de Artes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Ya antes se había sumado al Peronismo de Base donde militó hasta entrado el 73, cuando aquél se disuelve, y, luego de un tiempo de búsqueda, entra en la Juventud Universitaria Peronista (JUP).

Tito fue secuestrado el 7 de julio de 1976 en en el Barrio Alta Córdoba según algunos testimonios, o en la Ciudad Universitaria según otros. Y fue visto por última vez en La Perla en ese mismo mes.

La ficha de Carlos Oscar Godoy Almada en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) lleva el número 9.058. Los datos que figuran allí afirman que desapareció el 7 de julio de 1976, secuestrado en Córdoba. Aunque la Conadep no registró testimonio de su paso por un centro clandestino de detención, se supo años después que había sido visto en La Perla, uno de los principales centros clandestinos de la dictadura en la provincia de Córdoba, ubicado sobre la ruta, y por él pasaron unos 3.000 detenidos que fueron víctimas de torturas y abusos de todo tipo. La Perla había comenzado a funcionar como CCD en 1975, y estuvo operativa hasta 1979.

Fotografía tomada de "Conversaciones con Oscar Moreschi sobre el cine en Córdoba en las décadas del 60 y el 70", de Oscar Moreschi y Fernando Ramírez Llorens (publicado en "Entrevistas de la Red de Historia de los medios" en 2013). Moreschi fue compañero de estudios de Carlos Oscar Godoy.

La que fue novia y compañera de estudios de Godoy, Ana Mohaded, cuenta que “en 1973 empieza a estudiar Cine en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, allí lo conocí y nos enamoramos. Formamos parte del Centro de Estudiantes”. También refiere que Tito hizo al menos dos cortos, “pero ese material ya es casi imposible de encontrar”. Ana, en el testimonio que brindó para el libro Palabra viva, dice que solo conserva una foto de Carlos, y algunos poemas “garabateados en unos papeles antes de que lo secuestraran”.

Tito fue secuestrado el 7 de julio de 1976 en en el Barrio Alta Córdoba según algunos testimonios, o en la Ciudad Universitaria según otros. Y fue visto por última vez en La Perla en ese mismo mes.

No alcanzó a publicar su poesía en vida. Su texto más conocido (que no tiene título pero se conoce como “Para la muerte”) fue incluido en Palabra Viva, obra colectiva editada por la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina que recopila textos y biografías de autores víctimas del terrrorismo de Estado, asesinados por la siniestra Triple A, que comenzó a operar desde 1973, o por la dictadura cívico militar instaurada el 24 de marzo de 1976. En el prólogo se explica que “algunos, muy pocos, de estos 103 escritoras y escritores detenidos-desaparecidos, alcanzaron en vida el reconocimiento de sus pares y de los lectores. Otros, la mayoría, vieron coartada violentamente su capacidad creativa y nos privaron de conocerla, de admirarla y gozarla, de aprenderla”.

Portada del libro editado en 2005.

La ficha de Tito está incluida también en la publicación Los de Filo: estudiantes y graduados de la Facultad de Filosofia y Humanidades de la UNC desaparecidos y asesinados en los 70, que editó esa casa de estudios al cumplirse 35 años del golpe. El sitio El decidor, que también recupera parte de la obra de Tito, afirma: “Godoy es un poeta que supo amalgamar el sentimiento del amor íntimo y personal con el fuego amplio y abarcativo de la poesía de denuncia social”.

 

PARA LA MUERTE

Para la muerte

quiero la luz,

el color de las llamas

para que el calor de la lucha

marche con mis cenizas.

Quiero seguir sintiendo esa lucha sobre mí,

y la lluvia,

y los fríos,

y la sombra de un árbol,

y la Revolución

y todo lo que hoy me tiene junto a ti.

Me cuesta saber

que estás detrás de cada deseo mío

arrugando la carne de tus muslos

y la piel de tus senos.

Me cuesta saber

que estás creciendo a mi lado,

quizás acortando todo lo que para la vida

y nuestra lucha tenés dentro de vos.

Me cuesta mirarte de noche

dormir en mi pecho,

rozarte los brazos,

y la boca,

y sentir que te quiero.

Hoy, he medido los huesos

de mi cuerpo flaco,

y he calculado la fuerza

de mis músculos tensos.

Quería saber si aguantan el peso de tu amor

Me cuesta saber que seguiré queriéndote,

hasta que la lucha entregue

la roja mancha de la muerte

o el blanco jazmín de la revolución.

Me cuesta saber que quizás nunca apriete

el fruto de tu vientre

(...)

Hoy he medido la fuerza de mi lucha

la seguiré por mi pueblo

y por ti.

 

(1974)

 

Más información:

Vínculos para la memoria: los informes de "El Miércoles" sobre las víctimas uruguayenses del terrorismo de Estado

 

 

(*) Agradecemos a Esteban Caffa el habernos advertido acerca de la ausencia de Carlos Oscar Godoy Almada en la lista de victimas uruguayenses del terrorismo de Estado.

 

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