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En defensa de la salud pública y la “sensación de amparo y tranquilidad”

Una uruguayense, usuaria del Hospital Urquiza, resaltó la “sensación de amparo y tranquilidad” que provoca su existencia y la cobertura de la salud pública.

 

REDACCIÓN de EL MIÉRCOLES

 

Romina Blanc, una artesana y música de Concepción del Uruguay, quiso compartir sus sensaciones y vivencias en el nosocomio con el resto de la comunidad, sensaciones y vivencias que contradicen mensajes que apuntan a socavar conquistas sociales que involucran a toda la sociedad.

Lo hizo relatando una situación personal que comparó con la idea que se intenta instalar desde algún sector político de que todo lo público es malo y no sirve.

Por eso, criticó a los medios locales que “quieren dejar la sensación de que somos una mierda como sociedad y que todo funciona absolutamente mal, que hay que barrer y hacer todo nuevo”, dijo.

 

"Quiero decir esto del hospital porque, en otras ocasiones, es un refugio para gente que, si le pasa algo, no sabe ni qué hacer".

 

En un medio uruguayense “se decía que era una ‘odisea’ para las personas que quieren ir a sacar un turno al hospital (Urquiza) y que todo es muy difícil, muy complicado, muy confuso”, expresó en un video que reprodujo en su cuenta de Facebook, tras un hecho puntual y la indignación que le provocó una noticia publicada.

Graficaba esa nota una foto en el acceso al hospital, de un grupo de personas durmiendo en el piso por la noche tapados con frazadas. “Quizás eso alguna vez sucedió. No sé de cuándo es la foto, yo lo que quiero contar es que fui la semana pasada a sacar un turno al Hospital. Soy usuaria de la salud pública. Cuando es una cuestión menor puedo ir en cualquier horario, pero como esto era una especialidad de neurología infantil para mi hijo, que tiene una enfermedad crónica, un tipo de epilepsia completamente tratable y recontra estudiada... Fui bastante temprano un lunes –prosiguió- y me encontré con una cola de gente delante de mí no muy extensa. Después, cerca de 6 de la mañana -que es el horario de apertura del hospital- ya había más gente detrás de mí, perfectamente ordenada tomando mate, mirando su celular, nada fuera de lo común. A las 6 en punto abrieron la puerta, había dos señoritas vestidas como enfermeras que se encargaban de ubicar a las personas para que esa cola fluyera, que no obstaculizara el paso de nadie porque éramos muchos. También respondían a las preguntas de la gente que estaba ahí esperando. Llegué a la ventanilla y me dieron el turno”.

"Me siento privilegiada de vivir en un país en el que yo pueda contar con estas herramientas"

Romina siguió contando que, luego de otorgársele el turno, una médica los atendió a los cinco días, “súper bien y nos dio la medicación para que mi hijo tenga para los siguientes dos meses sin que yo le dijera nada”. “Le conté que tengo una obra social, pero que estoy presentando algunos papeles de tipo carta documento para que reconozcan el cien por ciento de la medicación. En algún momento eso se va a dar, pero todavía falta, y lo que quiero remarcar es esa sensación de amparo y tranquilidad que a mí me brinda la salud pública hasta que yo pueda sondear estos obstáculos”, agregó.

Le dieron la caja de los medicamentos, con un valor que –estima- de no menos de 50 mil pesos cada una de estas. “Entiendo que hay otras enfermedades crónicas que son atendidas por el hospital de muy buena manera, pero yo hablo de lo que conozco, que es esto”, resaltó.

“A la doctora le expliqué la situación y ella me dijo: ‘tomá esto, quédate tranquila hasta que puedas resolverlo, y si no lo podés resolver vení de nuevo conmigo y listo’”, profundizó luego.

“La sensación de alivio que eso me genera como mamá... Me siento privilegiada de vivir en un país en el que yo pueda contar con estas herramientas. En esa cola había gente de todos los lugares de los alrededores y, más allá de algunas quejas porque no todo funciona bien, que alguien pueda decir ‘yo un día fui y me atendieron para la mierda, etcétera’, hay cosas que se deben pulir, que se deben mejorar, pero lo que tenemos está bueno y puede ser mejor”, subrayó.

Blanc resaltó: “Quiero decir esto del hospital porque, en otras ocasiones, es un refugio para gente que, si le pasa algo, no sabe ni qué hacer. Y no estoy hablando solamente de gente que no tenga obra social, porque yo también la tengo y a veces me lleno de dudas y de incertidumbres porque los trámites llevan mucho tiempo, y a veces no hay plata”.

“Quiero hablar bien del Hospital que es algo maravilloso, que lo tenemos, está ahí para que lo usemos, para que nos sintamos que somos parte de algo. Eso está buenísimo. Si de los impuestos que pago me sacan un cachito para...(el hospital) pero sí, ¡dale! No estamos solos, vivimos con gente, la suerte va y viene, tiene que estar alguien que lo tiene que gestionar y se tiene que ocupar de eso. No quiero que eso deje de existir porque me parece que es un logro que hemos conseguido como personas, que es maravilloso. Entonces, ¡atenti!”, finalizó.

 

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