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Desde hace cuatro meses la CARU no difunde los datos sobre las aguas del río Uruguay por diferencias internas

El organismo binacional no difunde desde octubre de 2021 los datos de la vigilancia de playas, algo imprescindible en temporada veraniega. La razón es una diferencia interna entre las delegaciones argentina y uruguaya sobre los criterios para definir si las playas son aptas o no. En Concepción del Uruguay, los muestreos los realiza semanalmente Salud Ambiental.

 

REDACCIÓN de EL MIÉRCOLES DIGITAL

 

Desde hace una década que la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) monitorea las aguas del río Uruguay en casi todo el recorrido del río a su cargo –es decir el tramo que comparten la Argentina  y Uruguay– “para prevenir efectos nocivos sobre la salud de la población”. Sin embargo, desde hace cuatro meses (prácticamente todo el verano) el organismo binacional no da a conocer los resultados de ese monitoreo.

Según el periódico colonense El Entre Ríos, los técnicos de la CARU siguen extrayendo muestras del agua de las playas y analizándolas, pero esos resultados no son divulgados, sin que por ahora haya respuestas oficiales acerca del motivo. En efecto, al ingresar al sitio web de CARU se constata que durante todo el verano no ha sido publicado un solo informe sobre la calidad del agua de las playas. Como puede verse en la captura de pantalla que adjuntamos, el último informe está datado el 26 de octubre de 2021. Este sábado se cumplen cuatro meses exactos.

De manera inevitable surgen algunas preguntas ante esta situación: ¿Por qué razón se omite difundir los informes? ¿De qué podría servir que en marzo se sepa que una semana de diciembre, de enero o de febrero no habría sido recomendable bañarse en alguna de las playas de las que disfrutan tanto las comunidades entrerrianas como las personas visitantes en esta temporada?

Diez años de informes

Entre sus principales responsabilidades, la CARU tiene la de evaluar la calidad del agua del río Uruguay. Para eso, en 2007, la CARU (junto con la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande) inició el “Programa de Vigilancia de Playas del Río Uruguay” para monitorear la calidad del agua del río aguas arriba de la Represa de Salto Grande hasta Monte Caseros-Bella Unión, y poco después, en 2012 amplió el monitoreo hacia el sur, hasta Nueva Palmira. Los equipos técnicos de ambas Comisiones realizan mediciones “in situ” y extraen muestras de agua para su análisis en laboratorios públicos y privados de ambos países.

Durante estos años, el programa de vigilancia permitió que comunidades y turistas fueran advertidos al detectarse excesos de coliformes fecales, algas, enterococos o escherichia colli en diferentes playas de la región (ver Informe del verano pasado). Sin explicaciones oficiales hasta el momento, durante la temporada 2021-2022, esto no ocurrió.

El “Programa de Vigilancia de Playas del Río Uruguay”.

Así, por ejemplo, al inicio de la temporada se dio a conocer que las aguas del Itapé serían aptas para bañarse en ellas, pero esos estudios no habían sido realizados por la CARU, sino por la Dirección de Salud Ambiental de la Municipalidad uruguayense (ver nota).

Monitoreo propio

Este medio consultó sobre esta situación al coordinador de Salud Ambiental de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, Francisco Savoy.

El funcionario explicó a El Miércoles Digital: "Nosotros hacemos nuestro propio monitoreo, nuestra propia medición para cada playa en específico, y lo hacemos todas las semanas, en las cinco playas. Tomamos los mismos parámetros del Digesto de la CARU, y su metodología para evaluar si son aptas o no. Excepto cianobacterias, que ellos miden y nosotros no, nosotros trabajamos tres parámetros (coliformes, escherichia colli y enterococos). Dicho en criollo, para saber si hay caca en el agua. Las muestras son tomadas por personal de Salud Ambiental y el análisis lo realiza un laboratorio privado de Concepción del Uruguay", explicó el funcionario.

Savoy añadió que “todos los informes son públicos”, y recordó que se encuentran publicados en el sitio web de la Municipalidad, en el siguiente enlace: https://cdeluruguay.gob.ar/enlaces/informe-monitoreo-de-playas

 

Sin respuestas de CARU

Pero ¿qué pasa en el resto de las playas de la región? ¿Las demás municipalidades realizan sus propios controles, o (como especula el periódico colonense) “no sería de extrañar que algunas gestiones comunales sintieran cierto alivio porque en este verano no les tocó lidiar con algún molesto informe de CARU que alertara sobre contaminación en las playas de su jurisdicción”?

Lo cierto es que desde la CARU no ha habido hasta ahora una explicación oficial de la omisión en la publicación de resultados desde el mes de octubre de 2021 hasta hoy. Las versiones aseguran que que los informes habrían dejado de publicarse como una derivación de un entredicho entre las delegaciones argentina y uruguaya por el denominado Digesto del Río Uruguay, el instrumento legal que establece los parámetros de la calidad del agua.

Como es sabido, la CARU sigue siendo un órgano burocrático al arbitrio del poder político, es decir que los delegados no son personal técnico, ni tampoco son electos, ni deben cumplir requisito alguno de formación específica para integrar el organismo. De modo que con cada cambio de gobierno, cambian las delegaciones, y al menos del lado argentino, casi nunca se trata de personas con formación específica en materia de río, de saneamiento o de ambiente.

Cambio de digesto

En 2019, casi al final del macrismo, las delegaciones de ese momento aprobaron un nuevo digesto, que recibió cuestionamientos por parte de organizaciones ambientales: plantearon que el nuevo digesto estipula indicadores menos exigentes que los que ya estaban incluidos en las normas. La nueva delegación de la Argentina se sumó a ese cuestionamiento y propuso revisarlo (ver nota). Pero la delegación oriental no accedió hasta el momento.

La diferencia entre las delegaciones sigue en pie. Y lo cierto es que a raíz de ese entredicho, la publicidad de los informes comenzó a frenarse, porque a fines de 2021 Uruguay habría considerado que ya es momento de divulgarlos en base a los criterios del nuevo digesto, y la Argentina se habría opuesto, por las razones ya comentadas. Incluso se debatió dar a conocer ambas miradas, algo que también fue rechazado. Sensatamente, ya que sería trasladarle a la ciudadanía algo que es responsabilidad técnica y política del organismo: que decida qué debe considerarse apto y qué no. Desde entonces no han podido ponerse de acuerdo, y así hasta ahora no hay informes públicos.

Este medio intentó recabar una respuesta de la delegación argentina en la CARU, pero no hubo respuesta formal, aunque se anunció que en estas horas habrá una declaración.

A la espera de las plantas

El principal problema de las aguas del rio Uruguay es el vertido de los efluentes cloacales directos. Por eso lo que busca el monitoreo propio que explicaba Savoy es “dicho en criollo, para saber si hay caca en el agua”. O mejor dicho, cuánta caca, porque no hay modo de que no la haya.

En ese sentido, desde hace años se anuncia oficialmente un plan para construir plantas de tratamiento de efluentes cloacales en todas las ciudades costeras del río Uruguay. En los últimos tiempos se avanzó con los llamados a licitación para las plantas de Gualeguaychú (en abril del año pasado) y de Concordia (en diciembre).

 

 

 

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