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FUE POSTERGADA

La semana que viene declarará la madre superiora del convento de Nogoyá

La declaración indagatoria prevista para este miércoles a la madre superiora del convento de las Carmelitas Descalzas de Nogoyá, la hermana María Isabel, fue postergada hasta la próxima semana.

Lo informó Análisis a partir de fuentes judiciales, el médico forense concurrió a ver a la religiosa y constató que ésta sufría un estado gripal, ante lo cual la Fiscalía decidió postergar la indagatoria, que sería el lunes o martes de la semana próxima. Este lunes los abogados Miguel Ángel Cullen y Guillermo Vartorelli, que llevan adelante la defensa de la madre superiora, habían requerido al fiscal de Nogoyá, Federico Uriburu, que sea postergada la indagatoria prevista en principio para este miércoles a la mañana, quien había adoptado tal determinación el viernes pasado, en base a los testimonios recogidos en los últimos días.

Como se recordará, la religiosa fue imputada el viernes último por el fiscal Uriburu, por el delito de privación ilegítima de la libertad, en base a los testimonios de dos de las ex monjas, que ratificaron lo denunciado por la Revista Análisis en su última edición -tras lo cual se abrió la causa penal-, en cuanto a los excesos cometidos en el convento, como así también la actitud de la religiosa -e incluso por varios años-, de prohibir sistemáticamente la salida de las jóvenes de la congregación. También fue importante el testimonio del párroco de Nogoyá, Jorge Bonín, quien de alguna manera complicó la situación de la religiosa.

El fiscal Uriburu notificó el viernes último a la madre superiora María Isabel (Luisa Toledo es su nombre real) que había quedado imputada por el delito de “privación ilegítima de la libertad en dos hechos” -que establece una pena de prisión de dos a seis años- después de analizar las declaraciones testimoniales de dos ex carmelitas descalzas que transitaron por el convento en los últimos años. Una de ellas estuvo más de diez años y la restante permaneció por espacio de más de dos décadas. Ambas religiosas no solamente ratificaron todo lo denunciado por la Revista Análisis en su última edición, en cuanto al uso de cilicios, látigos, mordazas y el padecimiento de humillaciones y mortificaciones. Además, ampliaron numerosos detalles en torno a sus traumáticas vivencias en el convento y en especial en el período en que se hizo cargo la hermana María Isabel, quien hace diez años es la principal responsable.

Uriburu habría tenido en cuenta también lo consignado por el cura párroco Jorge José Bonín, quien, de alguna manera, complicó a la madre superiora. El sacerdote habría dado cuenta de las decisiones autoritarias de la religiosa imputada y de su negatividad permanente para con las carmelitas, lo que generaba situaciones de tensión y sufrimiento en las religiosas.

 

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